"Un avance serbio hacia el Sur supondr¨ªa una guerra con las grandes potencias"
Andreas Papandreu alude a las prioridades de Grecia cuando asuma la presidencia de la Comunidad Europea (CE) el pr¨®ximo mes de enero: construir una Europa social; incrementar la productividad en su pa¨ªs para competir en el mundo, y defender una pol¨ªtica exterior que lleve la paz a los Balcanes, una de las principales preocupaciones de Grecia. El l¨ªder socialista afirma que un avance serbio hacia el sur significar¨ªa una guerra balc¨¢nica con intervenci¨®n de las grandes potencias.FIregunta. El fallecido Willy Brandt predijo que en cuanto la Europa -occidental y del Este- de la posguerra fr¨ªa hubiera tenido bastante mercado libre e inseguridad social se inclinar¨ªa de nuevo hacia la izquierda. En el antiguo Este, Polonia ha sido la primera en regresar a la izquierda. En Occidente, usted hizo una activa campa?a contra la privatizaci¨®n, la austeridad y los despidos en Grecia y fue recompensado con un triunfo electoral aplastante que le devolvi¨® al poder. ?Presenciamos un nuevo giro hacia la izquierda y, si es as¨ª, a qu¨¦ es debido?
Respuesta. Creo que Willy Brandt estaba en lo cierto en lo que respecta a su interpretaci¨®n b¨¢sica de la evoluci¨®n de los acontecimientos. Y Grecia es la primera victoria socialista clara en Europa en estos tiempos. Pero podr¨ªa ser prematuro decir que ese momento ya ha llegado. El regreso del PASOK en Grecia es m¨¢s bien un precedente. Representa algo que est¨¢ empezando a brotar y que tenemos que alimentar con mimo si queremos que florezca. Hay muchas expectativas. L¨®gicamente, hemos prometido medidas que garanticen no ya el Estado de bienestar, sino la "sensibilidad social" en nuestra pol¨ªtica. Al mismo tiempo, este nuevo comienzo se ver¨¢ abortado si no logramos incrementar nuestra productividad de forma que podamos competir en la nueva y fiera econom¨ªa global.
P. En su campa?a tambi¨¦n se mostr¨® partidario de la integraci¨®n europea. ?Puede usted lograr sus objetivos sociales y al mismo tiempo cumplir los r¨ªgidos criterios de convergencia -reducir el d¨¦ficit presupuestario y la inflaci¨®n- estipulados en el Tratado de Maastricht?
R. Yo estoy a favor de Maastricht. Grecia vot¨® a favor. Queremos una Europa unida. Pero tenemos reservas. Los objetivos de Maastricht son todos econ¨®micos. Son criterios bancarios para la estabilidad, con la deuda, la inflaci¨®n y el d¨¦ficit como los principales culpables, que deben ser controlados para converger formalmente hacia la unidad. La opini¨®n del PASOK desde el principio ha sido que el problema con el Tratado de Maastricht es que no establece objetivos que est¨¦n tambi¨¦n relacionados con el empleo, con la dimensi¨®n social de Europa, o con una pol¨ªtica fiscal adecuada que apuntale las partes m¨¢s d¨¦biles de Europa.
P. ?Piensa desempe?ar personal y activamente el papel de Grecia cuando ¨¦sta asuma la presidencia de la CE, en enero?
R. S¨ª. Y tendr¨¦ tres prioridades. En primer lugar, construir una Europa social. No podemos seguir dejando a la gente: en la calle con una indiferencia total[ por lo que pueda pasarles ma?ana. En segundo lugar, aunque igualmente importante y tal vez una condici¨®n previa para lo primero, es incrementar la productividad e inculcar en la Comunidad una mentalidad de competitividad en la econom¨ªa mundial. En tercer lugar, defender¨¦ una pol¨ªtica exterior que lleve a la pacificaci¨®n en los Balcanes.
P. Los serbios han ganado en el campo de batalla de Bosnia. Sali Barisha, el presidente de Albania, ha advertido que los serbios ahora tendr¨¢n las manos libres para avanzar hacia el sur en busca de la Gran Serbia e intentar limpiar Kosovo de sus musulmanes de raza albanesa. ?Cree que hay algo de cierto en este punto de vista?
R. S¨®lo es cierto en lo que respecta a que en Serbia hay grupos pol¨ªticos y militares con la fijaci¨®n de "avanzar hacia el Sur" . Pero Slobodan Milosevic [el presidente ser biol y los de su entorno -llam¨¦moslo Belgrado- entienden claramente que un avance hacia el Sur supondr¨ªa la guerra. No una guerra solo entre Albania y Serbia, sino una guerra balc¨¢nica con la intervenci¨®n de las grandes potencias. Yugoslavia no debi¨® ser dividida por el simple hecho de que se ejercieran presiones para el reconocimiento de Croacia y Eslovenia en diciembre de 1991. Eso est¨¢ muy claro. Pero no estoy seguro de que los europeos responsables de la divisi¨®n de Yugoslavia quieran que esta herida siga abierta. No olvidemos que, si la guerra estalla en Kosovo, la presencia musulmana en Europa ser¨¢ mucho mayor. Si los musulmanes y los serbios lucharan en Kosovo, no cabe duda de que las fuerzas musulmanas acudir¨ªan en ayuda de sus hermanos. Entonces habr¨ªamos trasladado a suelo europeo la clase de conflicto que no se ha visto aqu¨ª desde hace siglos. Por decirlo m¨¢s claramente, Belgrado no tiene intenci¨®n de avanzar hacia el Sur, o, si la tiene, cometer¨ªa una terrible estupidez. Y a juzgar por lo que veo, Belgrado no es est¨²pido.
P. Cuando Grecia asuma la presidencia de la CE, ?intentar¨¢ levantar las sanciones impuestas a Serbia?
R. Mire, Serbia se ha estado comportando de una forma -me refiero al momento actual- que justificar¨ªa el fin de las sanciones. La orientaci¨®n b¨¢sica de Belgrado en estos momentos, en octubre de 1993, es la paz.
P. Ahora que est¨¢ en el poder, ?cu¨¢l es su postura respecto a SkopJe [como Atenas llama a los que el resto de la CE denomina Macedonia]?
R. Es muy dif¨ªcil hacer entender la l¨®gica del Gobierno griego a alguien que no forma parte de la escena. Nuestro principal problema es el nombre. Durante d¨¦cadas ha habido un grupo de presi¨®n muy fuerte y con muchos recursos en Canad¨¢ y en Australia cuyo objetivo es crear una "gran Macedonia", un nuevo Estado que incluir¨ªa la parte septentrional de Grecia. Para poder construir ese Estado se tiene que contar con un nombre. Skopje quiere el nombre de Macedonia. Ese es el origen de la actitud negativa del pueblo griego, independientemente del partido al que pertenezca cada uno, a la hora de reconocer un Estado con el nombre de Macedonia. No tenemos tendencias o intereses expansionistas. Hablando desde el punto de vista militar, no representamos una amenaza para Skopje. Y ellos no representan una amenaza para nosotros. Pero no es posible reconocer legalmente a Skopje de iure con el nombre de Macedonia, ni con ning¨²n otro derivado de ¨¦l.
P. ?Cree usted que en el futuro los temas de guerra y paz en los Balcanes depender¨¢n menos de instituciones como la OTAN y, la CE y m¨¢s de los profundos cimientos hist¨®ricos de la regi¨®n?
R. El papel de la OTAN no ha sido definido todav¨ªa, de modo que no se puede saber qu¨¦ repercusiones tendr¨¢. Tambi¨¦n hay que tener en cuenta la iniciativa francesa para crear una nueva alianza militar europea. Pero eso ser¨¢ en el futuro. Las guerras balc¨¢nicas, en mi opini¨®n, han hecho que afloren los v¨ªnculos ortodoxos. Y, por supuesto, la ca¨ªda del comunismo en la URSS ha hecho que la religi¨®n ortodoxa vuelva a la vida cotidiana del pueblo ruso. Es cierto que esto es un lazo. Era algo latente, ero con la evoluci¨®n en los Balcanes est¨¢ adquiriendo una apariencia real.
P. A usted se le recuerda en EE UU como un antiamericano exaltado que siempre estaba amenazando con acabar con las bases norteamericanas en Grecia. ?Qu¨¦ opini¨®n tiene de EE UU ahora que ha terminado la guerra fr¨ªa?
R. Hoy EE UU no es s¨®lo una superpotencia, es la superpotencia. Es una realidad.Los norteamericanos siguen desarrollando su estrategia planetaria, y los pa¨ªses como Grecia poco pueden influir. Las dificultades que surgieron entre Grecia y EE UU en el pasado se debieron al famoso tri¨¢ngulo Washington- Ankara-Atenas, no a EE UU en s¨ª. El problema, como todos sabemos, es que Grecia est¨¢ en la misma alianza de seguridad que Turqu¨ªa, la OTAN. Pero esa alianza no nos protege frente al ¨²nico pa¨ªs que supone una amenaza para nosotros: Turqu¨ªa.
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