El bot¨ªn de Esquinache o c¨®mo obtener una licencia
Le o¨ª decir a Ram¨®n Mendoza por la radio que para construir la famosa esquina del Bernab¨¦u hab¨ªa tenido que enga?ar al Ayuntamiento, pero no di cr¨¦dito a mis o¨ªdos: como en el coche tengo todo el rato fantas¨ªas er¨®ticas, que suceden invariablemente alrededor de una esquina, pens¨¦ que se hab¨ªa mezclado la informaci¨®n de la radio con la de la cabeza alumbrando una noticia disparatada.-Oiga, que voy a construir en mi esquina una cosa grande para equipamientos sociales -dice que le dijo al de la ventanilla.
-Pues aqu¨ª tiene la autorizaci¨®n -respondi¨® amablemente el funcionario.
El presidente del Real Madrid cogi¨® el papel, se fue a su esquina y, en lugar de equipamientos y tonter¨ªas as¨ª, que no dan un duro, empez¨® a construir locales comerciales como un loco. El caso es que, si no lo confiesa p¨²blicamente, aqu¨ª no se entera ni Dios. O sea, pens¨¦, que si el vendedor de kleenex de Vel¨¢zquez, esquina a Mar¨ªa de Molina, se presenta en el municipio y dice que quiere levantar en su esquina un centro para la tercera edad, le dan un papel con el que puede inaugurar una farmacia y forrarse, que en esa zona hay mucho hipocondriaco.
Al d¨ªa siguiente, le¨ª la noticia en el peri¨®dico, y entonces no daba cr¨¦dito a mis ojos. Al olfato y al tacto hace tiempo que no les hago caso, y el gusto lo perd¨ª comiendo en restaurantes chinos de tercera, de manera que me qued¨¦ a solas con mi sexto sentido, y lo que me dijo mi sexto sentido es lo que viene dici¨¦ndome desde la infancia: que las esquinas son un negocio. Lo que pasa es que han estado siempre muy mal vistas, porque de las esquinas, tradicionalmente, s¨®lo han sabido obtener ganancias las putas, los chulos, los mendigos, los desorientados y los traficantes de drogas; hab¨ªa que tener mucho valor para coger una esquina y reivindicarla para clases sociales que ignoran lo que es el esquinamiento, porque nunca se han dado un esquinazo. S¨¦ lo que digo: me han dejado tirado en la esquina m¨¢s de una vez y me he dado contra la esquina m¨¢s de dos.
El valor de Mendoza consiste en sacar negocio de lo que conoce, porque Mendoza ha sido un ni?o pobre que en lugar de empe?arse en hacerse un pasado, que es a lo que se dedican los reci¨¦n llegados, ha decidido crearse un porvenir. Y el porvenir se levanta sobre la propia experiencia. Si has sido repartidor de ultramarinos, por ejemplo, a lo que debes aspirar es a tener un supennercado y no un despacho de tr¨¢fico de influencias. De igual modo, si te has pasado la infancia en una esquina, tu obligaci¨®n moral es sacarle partido a esa esquina, o sea, convertirla en un emporio. A lo mejor, al principio te desprecian, porque no hay nada m¨¢s tira do que trabajar en una esquina, pero cuando des el sal to cualitativo, cuando a la esquina vaya a recogerte un ch¨®fer en un Jaguar, te lo perdonan todo y te hacen marqu¨¦s de Esquinache o portavoz de algo.
O sea, que esto no es una cr¨ªtica, sino un paneg¨ªrico, porque lo que ha conseguido don Ram¨®n, adem¨¢s de forrarse con su esquina, es que el Ayunta miento le pida perd¨®n, o casi. Quiero decir que, en lugar de presentarse los municipales al d¨ªa siguiente de su confesi¨®n para sacarle a palos de la esquina, se han limitado a afear su conducta urban¨ªstica. Vamos, que no es que no se enteren, es que cuando se enteran le dicen que, por favor, legalice la situaci¨®n, porque es que es un esc¨¢ndalo, y hasta le dan 60 d¨ªas, mientras que a una vieja desahuciada la ponen en la calle con su colch¨®n en 48 horas. Y yo, que me he pasado la vida jugando a las cuatro esquinas, intuyendo que ah¨ª hab¨ªa una pasta, he dejado que el bussines se me escapara vivo. Qu¨¦ desastre.
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