Paloma Hurtado: "Perdonad que no sonr¨ªa, pero es que no puedo"
'Perdonad que no sonr¨ªa, pero es que no puedo". La iron¨ªa, como una exhalaci¨®n, cruz¨® junto a la popular c¨®mica Paloma Hurtado -abrigo de pieles y un ap¨®sito en la cara del tama?o de un pu?o- la puerta de la cl¨ªnica La Paloma. La misma puerta que Hurtado atraves¨® hace ocho d¨ªas al recibir en el rostro el disparo accidental de un polic¨ªa. Ayer, al dejarlas atr¨¢s, habl¨® poco. "Estoy marcada", acert¨® a decir despu¨¦s de que le quitasen los puntos. El juez la citar¨¢ pronto y volver¨¢ a interrogar al agente que la hiri¨®.
La actriz, que alcanz¨® la fama junto a sus hermanas en el programa Un, dos, tres, abandon¨® por la ma?ana la habitaci¨®n 124 de la cl¨ªnica La Paloma. Volv¨ªa a su casa. Tras siete d¨ªas de tratamiento, el cirujano que la ha atendido mostr¨® su satisfacci¨®n por el "buen aspecto de la herida", aunque recalc¨® que hasta dentro de mes y medio no se conocer¨¢ con exactitud el alcance de las secuelas. La posta (del tama?o de un guisante) entr¨® por el p¨®mulo derecho y le atraves¨® la cara hasta alojarse en la parte inferior derecha de la nariz.El dispar¨® tambi¨¦n alcanz¨® al perro de la actriz, un yorkshire enano llamado Chico, que muri¨® en el acto. "?El Chico, el Chico", grit¨® Hurtado nada m¨¢s recibir el impacto. En el momento del accidente, tambi¨¦n la acompa?aba su marido.
La p¨¦rdida del perro ha provocado "ataques nerviosos" a la c¨®mica, a quien atienden dos psiquiatras pagados por el Ministerio del Interior. "Estoy muy agradecida al Ministerio", coment¨® ayer Hurtado.
La salida de Hurtado del hospital no es definitiva. La actriz tendr¨® que regresar peri¨®dicamente para ser sometida a revisi¨®n. Ayer volvi¨® a las seis de la tarde para que le retirasen la mayor¨ªa de los puntos de la cara. Lleg¨® en un discreto Seat Ibiza blanco. La acompa?aba su hijo.
Nada m¨¢s pisar el asfalto, ba?ada por los flashes de los fot¨®grafos, se permiti¨® una iron¨ªa: "Perdonad que no sonr¨ªa, pero es que no puedo". Un abultado ap¨®sito marcaba su rostro. Despu¨¦s, como un suspiro, se introdujo en la sala de ciruj¨ªa.M¨¢s l¨ªvida y mareada
Al salir, apareci¨® m¨¢s l¨ªvida. "Estoy mareada, estoy mareada", repet¨ªa mientras reclinaba la cabeza en su abrigo de pieles y caminaba en direcci¨®n a su coche. ?De qu¨¦ se acuerda de aquella noche? "Prefiero no acordarme de nada". ?Qu¨¦ piensa de la polic¨ªa? "Estoy muy agradecida al Ministerio del Interior, me han dado psiquiatras". ?Qu¨¦ ocurrir¨¢ con su trabajo? "Cuando me recupere volver¨¦ con Chicho [Iba?ez Serradorl". ?C¨®moha reaccionado la gente? "Es ma ravilloso, es maravillo todo...". Paloma Hurtado acab¨® tumbada en el asiento trasero del coche. Inmediatamente, se march¨® a casa, donde la esperaba su marido, quien la misma noche del accidente denunci¨® lo ocurrido.
El agente que la hiri¨® -mientras custodiaba la Brigada de. Documentaci¨®n de Madrid- se encuentra en libertad. Al d¨ªa siguiente de los hechos, declar¨® que la escopeta se le resbal¨® y que al cogerla se le dispar¨®.
Las postas se incrustaron en Paloma Hurtado y en su perro. Paseaban por la calle de Los Madrazo. El marido de la actriz sali¨® Ileso.
El juez volver¨¢ a interrogar al agente. Uno de los puntos que tratar¨¢ de aclarar la investigaci¨®n es por qu¨¦ el polic¨ªa llevaba la escopeta -una Franchi- lista para disparar. El Ministerio del Interior lo prohibe en simples tareas de vigilancia.
Fuentes judiciales se?alaron que al agente se le puede acabar imputando una falta de imprudencia o bien un delito de imprudencia temeraria.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.