Susan Sontag alerta en Estrasburgo contra el nacimiento de un nuevo fascismo
El ausente Sahnan Rushdie centra el primer debate del Carrefour des Litt¨¦ratures
No se puede iniciar ninguna reuni¨®n de escritores sin hablar de Salman Rushdie", afirm¨® ayer la escritora norteamericana Susan Sontag, que inaugur¨® la quinta edici¨®n del Carrefour des Litt¨¦ratures en la ciudad francesa de Estrasburgo. Sontag alert¨® contra la aparici¨®n de un nuevo fascismo,, al que calific¨® de "refascismo" "algo que cre¨ªamos que ya pertenec¨ªa al pasado, a los a?os treinta y cuarenta". Y a?adi¨®: "El siglo XX empez¨® en Sarajevo, y el siglo XXI comenzar¨¢ tambi¨¦n en esta ciudad, una ciudad que ahora ha sido asediada, aplastada y silenciada. A t¨ªtulo personal, pido que Sarajevo sea capital europea de la cultura para salvar su pluralidad cultural, ¨¦tnica y religiosa".
Pero Sarajevo no centr¨® las discusiones de la primera jornada del Carrefour, que finalizar¨¢ el pr¨®ximo lunes. El gran protagonista fue el escritor angloindio Salman Rushdie."Hay todo tipo de autores", dijo Sontag, "y este oficio nuestro no es siempre sin¨®nimo de lucha por la causa de la libertad. Ya es sabido, siempre ha habido amigos de la opresi¨®n. Cierto n¨²mero de escritores, la mayor¨ªa de los que estamos aqu¨ª, hemos elegido la causa de la libertad. El caso Rushdie y el de tantos otros perseguidos demuestra que el oficio de un escritor sigue siendo peligroso". Por eso, concluy¨® Sontag, es necesaria la creaci¨®n de un Parlamento Internacional de los Escritores.
Un manifiesto
Esta iniciativa , que lanz¨® hace dos a?os el fil¨®sofo y soci¨®logo franc¨¦s Pierre Bourdieu, se concret¨® el pasado julio en un manifiesto que defiende "el derecho de la palabra a reinventar el mundo", "el derecho de los escritores a escribir, de los lectores a leer y a imaginarse el mundo a trav¨¦s de la literatura". Este texto ha sido suscrito ya por m¨¢s de 200 escritores de m¨¢s de 40 pa¨ªses (Octavio Paz, Susan Sontag, Claudio Magris, Jos¨¦ Saramago, Juan Goytisolo, Juli¨¢n R¨ªos, G¨¹nter Grass, Paul Auster, Pierre Bourdieu y Jacques Derrida, entre otros). El ¨²ltimo en adherirse, seg¨²n dijeron ayer los organizadores, es el argentino Ernesto S¨¢bato.
El parlamento celebrar¨¢ tres sesiones plenarias en Estrasburgo, y si los participantes se ponen de acuerdo, el lunes pr¨®ximo se har¨¢ p¨²blico el documento de su fundaci¨®n. Una de sus primeras actividades previstas es celebrar una reuni¨®n en Sarajevo, a la que ya consideran capital europea de la cultura, entre enero 11 febrero de 1994.
Ayer, el comit¨¦ de creaci¨®n del parlamento celebr¨® su primer debate, con Participaci¨®n del p¨²blico, y demostr¨® hasta qu¨¦ punto es dificil que todos se pongan de acuerdo y, sin embargo, cu¨¢nto deseo tienen de hacerlo. Dos tendencias se hicieron evidentes: los que quieren actuar, por ejemplo ir a Sarajevo o intervenir en el caso Rushdie, o los que quieren que se convierta en un foco de reflexi¨®n. "?stas dos actitudes no son contradictorias, sino que son incluso necesarias", afirm¨® Christian Salmon, director del Carrefour.
El fantasma de Rushdie plane¨® durante todo el debate y puso de relieve cu¨¢n hondas heridas ha provocado su caso, y a¨²n m¨¢s, qu¨¦ dif¨ªciles son las relaciones entre Occidente y el islam. V¨¦ase un ejemplo. Sontag dijo que en el caso de Rushdie se persigue "no la experiencia de la ficci¨®n, porque casi nadie de quienes le condenan ha le¨ªdo Los versos sat¨¢nicos, sino la idea que se esconde en la ficci¨®n". La escritora y cineasta argelina Assia Djebar dijo que si Rushdie hubiera escrito sus versos en su idioma materno y no en ingl¨¦s no hubiera sido perseguido. "Es el caso de escritores y periodistas argelinos que son perseguidos porque utilizan el idioma del otro. En el fondo, significa la frustraci¨®n del Tercer Mundo. Se considera que utilizan la lengua de Occidente contra su propio pueblo".
Libertad de escribir
El editor franc¨¦s Christian Bourgeois replic¨® tajante: "Si Rushdie hubiera escrito Los versos sat¨¢nicos en Pakist¨¢n, ahora estar¨ªa muerto". Y defendi¨® la libertad de escribir, incluso "contra Dios".
A partir de ah¨ª se gener¨® un apasionado debate en el que intervino el p¨²blico, desde quien se proclam¨® cristiano y dijo, a grades voces, que nadie puede blasfemar impunemente, hasta quien acus¨® a Occidente de imponer su cultura al resto del mundo.
La discusi¨®n subi¨® vehementemente de tono y el escritor antillano Edouard Glissant, a quien el Carrefour rinde homenaje, puso paz. "Es cierto que Occidente ha dominado culturalmente de uno a otro mar, pero estamos aqu¨ª para defender que todas las culturas del mundo son igualmente importantes".
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