El 'Guernica'
El Guernica de Picasso ha sido durante muchos a?os el crucifijo que presidi¨® las catacumbas de los rojos en tiempos de la dictadura. Tambi¨¦n sustituy¨® a la Santa Cena en todos los hogares progresistas. En ¨¦l se reconoc¨ªan los m¨¢rtires y los catec¨²menos, los que cre¨ªan en un para¨ªso socialista en la Tierra. Est¨¦ticamente es un cuadro malo, panfletario, period¨ªstico, como son malos, literarios, antiart¨ªsticos, los cristos llagados, coronados de espinas y alanceados, pero esa estampa estuvo cargada de energ¨ªa mientras dur¨® la resistencia, antes de que los perseguidos se transformaran en iglesia. Hoy ese cuadro ha perdido la magia. Se ha convertido en un mal cartel. Incluso se puede afirmar que, el lienzo que se exhibe en el Reina Sof¨ªa es un Guernica falso. Se trata de una enorme ampliaci¨®n del cuadro aut¨¦ntico que era aquella peque?a reproducci¨®n en una cartulina clavada con cuatro chinchetas en nuestro cuarto. Igual que Aza?a quit¨® los crucifijos de las escuelas, los socialistas han borrado el Guernica de la cultura de izquierdas. El falso Guernica vino a Espa?a custodiado por la Guardia Civil, tra¨ªdo por un Gobierno cuyo presidente se llamaba Calvo Sotelo, reinando felizmente en nuestro pa¨ªs un Borb¨®n, hecho tan surrealista como lo es una crucifixi¨®n de oro y brillantes. La imagen de un ajusticiado ha simbolizado el sue?o de los cristianos y la estampa de un bombardeo sintetiz¨® la esperanza de nuestros marxistas. La desdicha es el alimento de los antih¨¦roes. El cuadro que se exhibe en el Reina Sof¨ªa es un Guernica falso, pero hay otros verdaderos que se hallan fuera del museo. Cuba es nuestro Guernica actual, el m¨¢s aut¨¦ntico. La resistencia de Castro y de su pueblo est¨¢ ahora despertando un movimiento de apoyo moral apasionado entre los progresistas de todo el mundo y para los espa?oles pronto ser¨¢ otra vez aquella cartulina en que se ve¨ªa la testa de un toro invicto que emerg¨ªa en medio de la destrucci¨®n. Cuba est¨¢ convirtiendo de nuevo el Guernica en un buen cuadro.
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