El Rey exhorta a los universitarios de Israel a que aporten iniciativas para consolidar la paz

El rey Juan Carlos alent¨® ayer a los universitarios de Israel a aportar iniciativas e ideas para seguir y consolidar el camino de la paz recientemente emprendido por el primer ministro israel¨ª, Isaac: Rabin, y el l¨ªder de la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP), Yasir Arafat, con la firma del acuerdo de Washington. El Monarca pronunci¨® su ¨²ltimo discurso pol¨ªtico, y tambi¨¦n acad¨¦mico, de su visita al Estado de Israel en la Universidad Hebrea de Jerusal¨¦n, una de las m¨¢s prestigiosas del pa¨ªs, que le concedi¨® el doctorado honoris causa.

El catedr¨¢tico Haim Beinart, experto en la historia de Espa?a, fue el encargado de hacer el laudatio (presentaci¨®n de los m¨¦ritos) del homenajeado, a quien tambi¨¦n elogiaron en sus intervenciones previas a la investidura el presidente de la Universidad Hebrea de Jerusal¨¦n, Hanoch Gutfreund, y el presidente de la Junta de Gobierno del mismo centro universitario, Ralph Halbert. Asisti¨® adem¨¢s al acto acad¨¦mico el jefe de Estado de Israel, Ezer Weizman.Tras recordar que ese mismo centro otorg¨® el honoris causa al escritor espa?ol y Premio Nobel de Literatura, Camilo Jos¨¦ Cela, don Juan Carlos comenz¨® a desarrollar una larga reflexi¨®n sobre el papel de la universidad contempor¨¢nea, a la que, a su juicio, "le queda todav¨ªa mucho que hacer en el camino se?alado" como fuerza motriz de expansi¨®n de la mente para vertebrar la sociedad.

Tono m¨¢s pol¨ªtico

Poco a poco el discurso de don Juan Carlos se fue haciendo m¨¢s pol¨ªtico. Se?al¨® que la paz parti¨® de una "multitud de acciones de buena fe y mejor voluntad (...) que la universidad ampar¨® y suscit¨® en buena parte". "Permitidme exhortar a la Universidad Hebrea, y con ella a todos los universitarios de Israel, a seguir por ese camino", a?adi¨®. Concluy¨® sus palabras en el centro acad¨¦mico con una cita de San Pablo: "Bienaventurados los artesanos de la paz porque ellos ser¨¢n llamados hijos de Dios".

Como sus anteriores alocuciones, la que ley¨® ayer el jefe de Estado espa?ol est¨¢ orientada hacia el futuro e insiste en la necesidad de construir la paz. Sin rechazar esta exhortaci¨®n, todos los anfitriones del Monarca, y los universitarios de ayer no fueron una excepci¨®n, dedican, en cambio, gran parte de sus discursos a recordar el pasado a la vez glorioso y tr¨¢gico de los jud¨ªos en Espa?a hasta su expulsi¨®n por los Reyes Cat¨®licos.

A veces incluso los discursos de los israel¨ªes describen su salida forzosa, como lo hizo el presidente Ezer Weizman, como la primera gran tragedia de su pueblo, que tuvo que sufrir todav¨ªa m¨¢s con el Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial.

A m¨¢s de un miembro del s¨¦quito real le disgusta esa velada comparaci¨®n entre estos dos episodios, diferentes por sus proporciones y su contexto hist¨®rico. Tambi¨¦n les sorprende la reiteraci¨®n machacona del recuerdo de la Inquisici¨®n, de las persecuciones iniciadas tras la toma de Granada y de la expulsi¨®n de 400.000 jud¨ªos hace 500 a?os.

Paralelamente, el ministro de Asuntos Exteriores, Javier Solana, se reuni¨® con una delegaci¨®n palestina encabezada por Faisal Husseini, con quien prepar¨® la visita que Yasir Arafat realizar¨¢ a Espa?a el pr¨®ximo d¨ªa 20.