"El colonialismo literario espa?ol ha sido pobre", afirma Ben Jelloun

El liban¨¦s Amin Maalouf obten¨ªa la pasada semana el Premio Goncourt con la novela La roca de Tanios. Siete a?os antes, un marroqu¨ª, Tahar Ben Jelloun, lograba el mismo galardon con La noche sagrada. Esta consagraci¨®n de la francofon¨ªa norteafricana y de Oriente Pr¨®ximo, opina Ben Jelloun, es fruto del colonialismo, pero de un colonialismo rico, "no como el espa?ol, que es de pobre, porque no ha dado ning¨²n escritor en la lengua de Cervantes". El autor marroqu¨ª participa en Barcelona en unas jornadas sobre inmigrantes extracomunitarios organizadas por la Fundaci¨®n Alfons Com¨ªn.

Cuando a Ben Jelloun se le recuerdan los nombres de autores latinoamericanos como Mario Vargas Llosa o Alejo Carpentier, para rebatir la tesis de la esterilidad creativa hispana, el escritor marroqu¨ª recuerda que el espa?ol ha sido la lengua materna de esos novelistas, mientras que para marroqu¨ªes o argelinos el franc¨¦s es un idioma extra?o. Y compara el espa?ol con otros colonialismos culturales como el ingl¨¦s, que cuenta con exponentes como Salman Rushdie, con quien Ben Jelloun se solidariz¨® el pasado mes de octubre. Una solidaridad que va m¨¢s all¨¢ del puro gesto testimonial proviniendo de un intelectual ¨¢rabe, que pasa a ser objetivamente blanco de iras fundamentalistas."El mundo ¨¢rabe no ha hecho la revoluci¨®n cultural, por eso subsiste el problema del integrismo", explica el escritor, que se ha caracterizado por su cr¨ªtica a la intolerancia isl¨¢mica y a la sordera occidental con el Tercer Mundo. Seg¨²n el autor de La noche sagrada, "el integrismo es la victoria de la comunidad sobre el individuo", que siempre acaba aplastando al hombre. Ben Jelloun opina que no es la sociedad la que debe liberarse de la religi¨®n, sino el Estado. "Hay que separar religi¨®n y Estado, y dejar libertad a los ciudadanos para que practiquen o no sus creencias", dice. Pero esa democratizaci¨®n, reconoce, es un proyecto a largo plazo, "porque los sistemas pol¨ªticos de los pa¨ªses del Golfo o de otras naciones ¨¢rabes son antidemocr¨¢ticos y permiten la corrupci¨®n". Por eso la palabra escrita es peligrosa en esos pa¨ªses y tiene gran trascendencia. A veces, asegura Ben Jelloun, se ponen demasiadas expectativas en lo que dice el escritor y no s¨®lo se espera que cargue con el peso de criticar las situaciones de injusticia, sino que se le pide una tarea social sustitutoria.

Olvidos de Espa?a

Sin embargo, el autor marroqu¨ª ha levantado su voz tanto para criticar los dobles raseros occidentales -la Guerra del Golfo y la de Bosnia- como el silencio de pa¨ªses musulmanes que prefieren no pronunciarse sobre la situaci¨®n de los Balcanes -"quiz¨¢s porque los bosnios son musulmanes heterodoxos", ha subrayado-. Seg¨²n el autor de L'homme rompu y el ensayo La soudure fraternelle -novela y ensayo publicados en Francia a principios de este a?o-, son bastante in¨²tiles iniciativas como el Parlamento de Escritores que se constituy¨® la pasada semana en Estrasburgo (Francia). "Ya hay suficientes asociaciones, grupos, sindicatos; quiz¨¢ ser¨ªa mejor que de vez en cuando los escritores, particip¨¢semos ante los parlamentos que tienen poder e interpel¨¢semos a los miembros del Gobierno sobre el presupuesto o las acciones del ministro del Interior", subraya. "Iniciativas como las de Estrasburgo no conducen a ninguna parte", a?ade.

Ben Jelloun critica, no obstante, con m¨¢s ah¨ªnco la falta de memoria de Espa?a respecto a la inmigraci¨®n de las pateras que llega del norte de ?frica: "Espa?a ha olvidado muy deprisa su pasado reciente". El escritor marroqu¨ª afirma que el ¨²nico medio de evitar esa marea humana es la colaboraci¨®n econ¨®mica europea en el ¨¢rea del Magreb.