Mejor guionista que directora
Algo para recordar
Sleepless in Seattle. Directora: Nora Ephron. Guionistas: Nora Ephron,
David S. Ward y Jeff Arch.
Fotograf¨ªa: Sven Nykvist. M¨²sica: Marc Shaiman. EE UU, 1993. Int¨¦rpretes:
Tom Hanks, Meg Ryan, Bill Pullman, Ross Malinger y Rob Reiner. Estreno en Madrid: Palafox, Rialto, Vaguada, Albufera, Arlequ¨ªn (versi¨®n original subtitulada).
Debido al machismo dominante en el mundo cinematogr¨¢fico, hay muy pocas mujeres directoras de cine. Esta situaci¨®n hace incluso que comiencen a proliferar en Europa los festivales de cine integrados ¨²nicamente por pel¨ªculas dirigidas por mujeres, lo cual viene a ser algo as¨ª como la otra cara de la misma moneda. Esto es todav¨ªa m¨¢s duro dentro del todopoderoso cine norteamericano, por lo que tiene mayor m¨¦rito que la guionista Nora Elphron haya rodado su segunda pel¨ªcula poco despu¨¦s de la primera y tambi¨¦n que la haya hecho sobre un gui¨®n propio.
Lo curioso es que el modelo a seguir que ha tomado Nora Ephron a la hora de plantearse su segunda pel¨ªcula no es el denominado cine feminista, sino el del m¨¢s tradicional y exquisito cine para mujeres: un tipo de comedia sentimental escrito, producido y dirigido por hombres, pero destinado al p¨²blico femenino. Hay que reconocer, no s¨¦ si en su favor o en su contra, que Algo para recordar no tiene nada que envidiar a aquellas producciones. Parece dirigida por un hombre.
El problema es que toma como evidente modelo un cl¨¢sico de la altura de T¨² y yo (1957), de Leo MacCarey, y el resultado queda mucho m¨¢s cerca de otro gran cl¨¢sico, El noviazgo del padre de Eddie (1963), de Vincente Minnelli, donde tambi¨¦n hay un ni?o, el hoy conocido realizador Ron Howard, que busca novia a su desconsolado padre viudo. Aunque Nora Ephron demuestra mucho m¨¢s oficio como realizadora del que en realidad tiene, gracias a la sabia construcci¨®n del gui¨®n en que se sustenta, el resultado queda muy lejos de sus brillantes modelos.
Curiosa construcci¨®n
Evidentemente, lo mejor de Algo para recordar es su curiosa construcci¨®n. Narra una peculiar historia de amor entre un arquitecto que acaba de quedarse viudo y una periodista que en el ¨²ltimo momento decide plantar a su prometido, pero de manera que s¨®lo en la ¨²ltima parte de la pel¨ªcula se ven alguna vez y ¨²nicamente comparten la escena final gracias a una tradicional estructura de acciones paralelas llevada hasta sus ¨²ltimas consecuencias, algo casi tan antiguo como el propio cine, pero que nunca se hab¨ªa llevado tan lejos. Sin embargo, esta novedad da al resultado un cierto tono de situaci¨®n ¨²nica demasiado estirada, que, a pesar de estar bien resuelta a niveles de estructura dram¨¢tica, llega a ser pesada por una realizaci¨®n que no est¨¢ a la misma altura. Con lo que se demuestra que Nora Ephron, autora tambi¨¦n de los guiones de, por ejemplo, Se acab¨® el pastel (1985), de Mike Nichols, y Cuando Harry encontr¨® a Sally (1989), de Rob Reiner, es mucho mejor guionista que realizadora.
Esto tambi¨¦n significa que los actores est¨¢n correctos, pero por debajo de sus posibilidades. Tanto un Tom Hanks mucho m¨¢s comedido que de costumbre, incluso quiz¨¢ demasiado, como una Meg Ryan que no tiene un solo momento para desarrollar su gran habilidad para la comedia sentimental. Sin olvidar al ni?o Ross Malinger, eje de la historia, que una vez m¨¢s, y quiz¨¢ inevitablemente, vuelve a resultar repipi.
Babelia
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