25 familias desalojan sin resistencia un bloque que ocuparon hace ocho a?os en Entrev¨ªas

Fue un desalojo muy aparatoso, con un centenar de polic¨ªas y decenas de empleados del juzgado. Pero todo transcurri¨® de forma pac¨ªfica. Veinticinco familias gitanas que ocupaban desde 1985 un cochambroso bloque en los n¨²meros 49 y 5 1 de la calle del Cerro de la Alcazaba, en Entrev¨ªas (Puente de Vallecas), acataron ayer la orden judicial de desahucio solicitada por los due?os de la finca. El Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid les dar¨¢n vivienda en cinco meses. Mientras, se apa?ar¨¢n en casas de familiares o recurrir¨¢n a ayudas municipales para alquilar pisos y pensiones.

A las 9.30 horas el edificio, formado por varios patios con peque?os habit¨¢culos apuntalados y llenos de humedades estaba flanqueado por la polic¨ªa. Los afectados iban y ven¨ªan. Unos opinaban que hab¨ªa que ofrecer resistencia. Otros se quejaban. Poco despu¨¦s, ante la expectaci¨®n del vecindario de esta barriada obrera de Entrev¨ªas, lleg¨® un autob¨²s con cincuenta oficiales judiciales y agentes.El desalojo se conoc¨ªa desde hace semanas. Las asistentes sociales municipales hab¨ªan sugerido a los afectados que se buscasen un acomodo hasta su futuro realojamiento porque la Junta de Puente de Vallecas ayudar¨ªa a los m¨¢s necesitados. Pero a casi todos les pill¨® el toro.

"?donde vamos a ir, sin n¨®minas no nos alquilan pisos y en una pensi¨®n, con los chiquillos, no nos aceptan", manifestaban algunos. Miembros de Integraci¨®n Gitana, que han llevado el caso, les replicaban: "Hombre, pues no ser¨¢ porque no os lo hemos comentado con antelaci¨®n, que es que lo veis todo negro y hab¨¦is esperado al ¨²ltimo momento".

Poco a poco cada cual tom¨® una decisi¨®n de ¨²ltima hora. La mayor¨ªa fueron a casa de familiares. Algunos buscar¨¢n pisos de alquiler o habitaciones en pensiones. Dos mujeres con ni?os peque?os y sus maridos en granjas de desintoxicaci¨®n no ten¨ªan adonde ir. De ellas se ocuparon las trabajadoras sociales. Todos esperaban, como agua de mayo, la llegada del acuerdo firmado por Comunidad y Ayuntamiento en el que se garantiza su futuro realojamiento. Por fin, lo tuvieron al mediod¨ªa. A?os atr¨¢s hubo promesas verbales.

En la barriada exist¨ªan sentimientos contradictorios. "Es buena gente que nunca ha dado una queja o un problema", afirmaban todos los vecinos. "Pero claro, es que se metieron ah¨ª para que les den pisos; a otros les han echado de casas ocupadas sin tantas contemplaciones", a?ad¨ªan.

Sospechas

Algunas personas que a la cara se mostraban a favor de estas familias, luego, a la espalda, manifestaban sus sospechas. "Seguro que a alguno ya le han dado piso, lo ha vendido y se viene aqu¨ª a que le den otro", comentaban varias mujeres en un corrillo. Sin embargo, en el Instituto de la Vivienda de Madrid (Ivima), de la Comunidad, aseguran que ninguna de ellas ha sido titular de un piso p¨²blico anteriormente.Las 24 viviendas para el realojamiento, -a uno no se le dar¨¢ por problemas en su expediente- las aportar¨¢ el Ivima, dos de ellas antes de finales de mes. Y le pasar¨¢ factura a la Empresa Municipal de la Vivienda (EMV) que, en una futura situaci¨®n similar, tendr¨¢ que ceder los 12 pisos que deb¨ªa haber aportado en este desalojo.

La finca pertenece a la inmobiliaria Celca que solicit¨® el deshaucio, concedido por el juzgado 44 de primera instancia. Sus primeros habitantes fueron realojados hace a?os. El inmueble no fue derribado y en 1985 entraron las familias ahora expulsadas.