Scherezade cabalga de nuevo

?C¨®mo repetir una f¨®rmula de ¨¦xito sin hacer una vulgar fotocopia? Los resultados no siempre son felices; pero a veces una afortunada combinaci¨®n de factores rompe la tendencia y da como resultado un producto estimable: Aladdin es una de esas veces.Voluntaria repetici¨®n de algunos de los supuestos constitutivos de dos pel¨ªculas de gran ¨¦xito inmediatamente anteriores, La sirenita y La bella y la bestia -sin duda, la mejor de esta trilog¨ªa-, Aladdin apuesta por lo seguro y no se aventura por nuevos senderos. Pero el que decide recorrer contiene alicientes suficientemente interesantes como para justificar el viaje.

Como La sirenita y La bella y la bestia, Aladdin cuenta una historia de amor y de superaci¨®n. Y como ambos filmes anteriores, la trama se presenta arropada por lo mejor de la tradici¨®n f¨ªlmica estadounidense, con continuos pr¨¦stamos, homenajes y paro dias de artistas y filmes anteriores, en una mezcla vertiginosa de g¨¦neros, -el musical, el fant¨¢stico, el cine de aventuras, la comedia-, tanto m¨¢s fecunda cuanto que la animaci¨®n le permite alcanzar un ritmo endiablado. Tanto, que a veces se hace dif¨ªcil captar las sugerencias y los gui?os al espectador, por ejemplo los que propone el cambiante y arrebatador personaje del Genio.

Y como las anteriores, apuesta por una animaci¨®n similar, identificable con el look Disney, as¨ª como con los buenos sentimientos que pueblan las ficciones de este estudio: la autenticidad, la amistad, la compasi¨®n. Y con personajes de probada eficacia, como las uniones de seres humanos cori animales antropoformizados, el mono Abu, el impagable loro Yago -gui?o shakespearlano-, el tigre Raj¨¢. Aladdin, en suma, recorre caminos seguros. Y lo hace con pie firme y momentos muy logrados.

La voz del genio

La cuota de innovaci¨®n merece menci¨®n aparte: ese impagable camale¨®n que es Robin Williams, cuya voz es la del Genio en sus m¨²ltiples apariencias. Logra un trabajo asombroso: sin des merecer el de Josema Mill¨¢n, su doblador espa?ol, no hay color aqu¨ª entre la versi¨®n original y la doblada. Los animadores, adem¨¢s de hacerle Genio, le proporcionan la fugaz ocasi¨®n de ser Jack Nicholson, Robert de Niro, un macarra marsell¨¦s y una azafata de avi¨®n entre otros 1 personajes. No desprovecha el regalo y le roba literalmente el protagonismo a Aladino con el impagable desbordamiento de su personaje, bueno y servicial pero sencillamente loco. Un Genio que ha perdido la chaveta.