Precipitado entierro en Medell¨ªn del narcotraficante Escobar
La muerte del narcotraficante desata en Colombia el temor a la venganza de sus 'hu¨¦rfanos'
El de Pablo Escobar, el ya extinto jefe del cartel de Medell¨ªn, una de las mayores empresas mundiales de la droga, fue ayer un entierro tumultuoso y ca¨®tico. Y sobre todo apresurado. Todo estaba previsto para hoy, s¨¢bado, por la familia del narcotraficante colombiano abatido por las fuerzas de seguridad.Pero el Gobierno, s¨²bitamente, decidi¨® sepultar el cad¨¢ver antes de que la manifestaci¨®n de duelo que se iba gestando en Medell¨ªn se convirtiera en un homenaje popular al capo y en un problema de orden p¨²blico.
Muerto a tiros por miembros del Ej¨¦rcito y la polic¨ªa colombianos en un tejado de Medell¨ªn el jueves, el cad¨¢ver de Pablo Escobar, en un sobrio f¨¦retro, fue transportado r¨¢pidamente desde el velatorio hasta el cementerio Jardines de Montesacro.
El Gobierno colombiano de C¨¦sar Gaviria cantaba ayer victoria. El Ej¨¦rcito y la polic¨ªa estaban en alerta total en las ciudades m¨¢s importantes del pa¨ªs por temor a represalias.
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El sepelio de Escobar se convierte en un tumulto
Viene de la primera p¨¢ginaUnas 5.000 personas, con carteles con leyendas como "Viva Pablo, Dios tenga misericordia de ¨¦l", destrozaron el cementerio de los Jardines del Montesacro, al tiempo que entonaban cantos religiosos en honor de quien era considerado un Robin Hood de los pobres, responsable de la muerte de tres ex candidatos a la presidencia y de decenas de periodistas, jueces y pol¨ªticos colombianos.
Escobar gozaba de gran popularidad entre las clases pobres de Medell¨ªn por haber donado casas a los recicladores de basura y canchas deportivas a los j¨®venes de los suburbios. Por eso no resultaba extra?o que muchos de los devotos que asaltaron literalmente el cementerio corearan frases ofensivas contra las fuerzas de seguridad y el Gobierno de C¨¦sar Gaviria, hasta que un grupo de polic¨ªas militares rode¨® el f¨¦retro y aceler¨® los oficios f¨²nebres.
El sacerdote Gabriel Restrepo, que ofici¨® una breve ceremonia religiosa de inhumaci¨®n, se quej¨® amargamente de los destrozos causados por la multitud que se empe?aba en echar una ¨²ltima mirada al rey de la coca¨ªna. La voz de Restrepo, capell¨¢n del cementerio, apenas pudo escucharse ante la algarab¨ªa popular. Abri¨¦ndose paso a empujones, el sacerdote pronunci¨® unas oraciones mientras la polic¨ªa y el Ej¨¦rcito enviaban refuerzos para controlar el desorden que se ex tend¨ªa por el camposanto.
F¨¦retro equivocado
"No quiero pensar c¨®mo qued¨® mi capilla", declar¨® enojado el padre Restrepo. Varios de los asistentes, adem¨¢s de arrancar una puerta, rompieron los cristales del velatorio para sacar al exterior el ata¨²d, con el fin de que los restos de Escobar recibieran el ¨²ltimo adi¨®s de los pobres de Medell¨ªn. Sin embargo, el ata¨²d que sacaron no conten¨ªa los restos de Escobar, sino los de uno de sus guardaespaldas, ?lvaro de Jes¨²s Agudelo, alias El Lim¨®n, que tambi¨¦n muri¨® en el asalto de las fuerzas de seguridad a la casa del oeste de Medell¨ªn en el que se ocultaban los narcos.
"Yo no soy de la familia, pero como si lo fuera. ?l no era tan malo como dicen", coment¨® una anciana, que madrug¨® con sus dos nietos para llegar temprano hasta el cementerio donde fue enterrado el hombre m¨¢s buscado del mundo.
Los deudos y simpatizantes reivindicaban su figura. As¨ª se velaba ayer en Medell¨ªn a Pablo Escobar Gaviria, jefe del cartel de Medell¨ªn, responsable de miles de asesinatos, el m¨¢s notorio y buscado capo del narcotr¨¢fico mundial. Quince agentes especiales le llenaron el cuerpo de plomo el jueves. ?l muri¨® como vivi¨®, peligrosamente, con una pistola en cada mano y tras disparar 12 tiros.
Animosidad y tensi¨®n contenida eran los signos predominantes ayer en las barriadas pobres de la ciudad de Medell¨ªn y en la funeraria donde reposa el cad¨¢ver.
Inicialmente la familia de Escobar hab¨ªa anunciado que postergaba el entierro hasta hoy porque quer¨ªan "que todos los antioque?os lo vean". Sin embargo, concert¨® con la fiscal¨ªa que el sepelio se efectuara ayer tarde, para prevenir los des¨®rdenes que podr¨ªa: desencadenar la avalancha de dolientes y curiosos que, de todos modos, desbordo Montesacro.
Sentada a la sombra de un ¨¢rbol, "porque adentro me estaba asfixiando de tanta gente que hab¨ªa", Luz Marina, una de las seis hermanas del jefe del cartel de Medell¨ªn pidi¨® "paz y justicia para Colombia" y afirm¨® que "si todos fueran rectos, el mundo ser¨ªa distinto". Ella, como su sobrino, Juan Pablo Escobar Henao, hijo del jefe narcotraficante muerto, dijo que la familia no se vengar¨¢ por esta muerte.
En el centro de la capital de Antioquia, que fuera el territorio de Pablo Escobar durante sus 44 a?os, cumplidos dos d¨ªas antes de caer muerto a tiros, las autoridades dudaban entre adoptar medidas preventivas, expresar optimismo por el comienzo de una nueva ¨¦poca de tranquilidad para la segunda ciudad del pa¨ªs. La incertidumbre era la nota dominante.
En las comunas del noreste de la ciudad, donde vive la poblaci¨®n marginada, y en puntos estrat¨¦gicos de acceso a la ciudad encajonada en el valle de Aburr¨¢, se dispusieron retenes y requisas militares. El gobernador de Antioquia, Juan G¨®mez Mart¨ªnez, dijo que espera que el fin de Escobar sea el inicio de un despegue de las actividades industriales y comerciales de la regi¨®n, la de mayor din¨¢mica industrial y primera productora de caf¨¦.
Amenazas de muerte
Mientras tanto, en el cabildo de Medell¨ªn, el alcalde Luis Alfredo Ramos, disertaba en una conferencia sobre el desarrollo de la ciudad en el siglo XIX. Y en Bogot¨¢, se anunciaba que el coronel Hugo Mart¨ªnez Poveda, comandante del Bloque de B¨²squeda que durante 15 meses persigui¨® por tierra y aire a Escobar, ser¨¢ condecorado con la m¨¢xima distinci¨®n de la polic¨ªa. Poveda Mart¨ªnez asumi¨® el mando de los 1.500 polic¨ªas y soldados que constituyen la base del Bloque, despu¨¦s de una temporada en Espa?a, adonde fue enviado para eludir amenazas de muerte.
Quince de sus hombres, los m¨¢s expertos, fueron los art¨ªfices del cerco y muerte de Escobar en una operaci¨®n de tipo comando cuyos resultados elogi¨® hasta el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton. Los agentes, que cada vez estrechaban m¨¢s el cerco de Escobar, terminaron por tenerle a tiro despu¨¦s de interceptar varias llamadas telef¨®nicas realizadas por ¨¦l en los ¨²ltimos d¨ªas. La batalla final se libro sobre los tejados de La Am¨¦rica, un barrio del norte de Medell¨ªn.
En Medell¨ªn con mayor ¨¦nfasis, pero tambi¨¦n en todo el pa¨ªs, marcadao durante la ¨²ltima d¨¦cada por las acciones violentas y terroristas de Escobar, era perceptible la inquietud por posibles venganzas de lo que haya quedado del aparato militar del cartel de Medell¨ªn.
Una pregunta estaba latente en el ambiente de los m¨¢s variados c¨ªrculos colombianos: ?Volver¨¢n a actuar los Pepes (Perseguidos por Pablo Escobar), organizaci¨®n paramilitar surgida a fines de enero que acos¨® con m¨¢s de 20 atentados a los parientes del capo fugitivo, sembrando el terror, no s¨®lo en su familia, sino creando incertidumbre entre la poblaci¨®n?Una fuente pr¨®xima a la direcci¨®n judicial dijo a EL PA?S que "el engendro de los Pepes es un fen¨®meno dif¨ªcil de parar. Tal vez ya se desbord¨®". En cuanto a la muerte de Escobar, no fue muy optimista: "Aunque el cartel ya est¨¢ desarticulado, como afirma el Gobierno, todav¨ªa le quedan muchas patas y colas", a?adi¨®.
Analistas en el fen¨®meno del narcotr¨¢fico, como Ricardo Vargas, del Centro de Investigaci¨®n y Cultura Popular, en Bogot¨¢, creen que con la desaparici¨®n de Escobar lo ¨²nico que se acaba es un viejo modelo, violento, para extender el pujante negocio del comercio de los narc¨®ticos en el mundo.
Viejo modelo
Al viejo modelo del cartel de Medell¨ªn se superponen ahora el del cartel de Cali y otras organizaciones aut¨®nomas como las del norte del Valle, en el occidente del pa¨ªs, y el de la Costa, en el norte sobre el Caribe, que confluye en el nuevo modelo de la multinacional de las drogas. El afianzamiento de este nuevo sector se sustenta en la crisis econ¨®mica en que se debate algunos centros regionales, afirma Vargas.
"Pueda ser que esto [la muerte de Escobar] sea para bien", coment¨® un ciudadano de Medell¨ªn.
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