Los 'quintos' de San Mart¨ªn piden perd¨®n y limpian las pintadas con que inundaron las calles
En la fr¨ªa ma?ana de ayer, domingo, los madrugadores de los churros pudieron observar c¨®mo una docena de muchachos de 17 a?os, distribuidos en cuatro cuadrillas, sal¨ªan de un almac¨¦n municipal portando carros de limpieza, escobones, botes de pintura blanca y rodillos. Eran los quintos del municipio e iban a borrar las fechor¨ªas que cometieron hace un par de semanas cuando se iban a incorporar. Estuvieron un par de horas cubriendo de blanco sus propias pintadas y cepillando el asfalto en las carreteras del pueblo.
Les acompa?aba el personal de limpieza del Ayuntamiento de San Mart¨ªn (5.400 habitantes); cada cuadrilla tomaba una direcci¨®n diferente; eso s¨ª, bajo la atenta mirada del concejal de Servicios y Medio Ambiente, Jos¨¦ Antonio Hern¨¢ndez, que pasaba lista para ver si faltaba alguno. Como as¨ª fue. Eran los mismos muchachos que hace un par de semanas celebraban su noche de quintas pintando en las paredes de viviendas privadas y centros p¨²blicos cruces gamadas e insultos a vecinos.Fue una noche nefasta. Uno de los quintos, Sudi, sufri¨® un desgraciado accidente al prenderse los cohetes que portaba bajo el brazo: tuvo que ser trasladado por la Cruz Roja local a la Unidad de Quemados del hospital de La Paz. Aunque evoluciona favorablemente de las quemaduras que presenta por todo el cuerpo, deber¨¢ permanecer ingresado hasta marzo; ha perdido, adem¨¢s, las tres primeras falanges de los dedos de una mano.
Entre los brochazos de pintura blanca que iban ocultando las pintadas anteriores, Casito, que hab¨ªa empalmado la trasnochada del s¨¢bado con el madrug¨®n del domingo, explicaba: "A m¨ª ya me han dicho de todo. En el supermercado, una se?ora hasta me quer¨ªa pegar. Y me parece que no es para tanto. Los de hace dos a?os se pasaron m¨¢s".
En la misma cuadrilla que Casito, Atila, F¨¦lix, Casca y Pichurri (y es que en San Mart¨ªn a todo el mundo se le conoce por el mote familiar) pintaban con el mismo af¨¢n y, por lo menos, dos de ellos encontraban divertida la tarea. Mientras tanto, el resto de sus compa?eros retiraban las hojas secas y limpiaban las tres v¨ªas de acceso al pueblo por las carreteras de Toledo, Madrid y ?vila.
Los que se mostraban encantados eran los empleados de limpieza del Ayuntamiento. "La ayuda es divina", dec¨ªa Corona, un barrendero de San Mart¨ªn de toda la vida. El abuelo de uno de los quintos observaba el trabajo y se mostraba benevolente: "Se han pasado, s¨ª, pero son buenos chicos". Y eso que su nieto era de los que no se hab¨ªan levantado para participar en la limpieza.
Desde los balcones, algunas vecinas les animaban en el trabajo y hasta hubo quien les llev¨® madalenas y caramelos para que no se enfrentaran al trabajo con el est¨®mago vac¨ªo. Para ayudar a pasar las madalenas y los caramelos, tambi¨¦n hubo quien ofreci¨® un trago de vino. El alcalde de San Mart¨ªn, Jos¨¦ Luis Garc¨ªa S¨¢nchez, que segu¨ªa de cerca el trabajo de los arrepentidos, interrumpi¨® el envite previniendo que aquello no acabara en borrachera colectiva.
Una carta colectiva
Las fechor¨ªas de la fiestas les ha supuesto 20 denuncias vecinales por da?os materiales y un interrogatorio personalizado por la Guardia Civil que instruye el atestado, que pasar¨¢ a los juzgados de Navalcarnero.
Los 19 protagonistas de la noche de quintos (el grupo lo integraban 42 muchachos) se reunieron la pasada semana con el alcalde, para pensar c¨®mo compensar parte de los da?os. All¨ª surgi¨® la idea de formar los escuadrones de limpieza y de escribir una carta, firmada por todos, en la que los muchachos ped¨ªan p¨²blicamente disculpas y se ofrec¨ªan, como se?al de arrepentimiento, a "trabajar gratuitamente en algunos servicios del Ayuntamiento".
El Ayuntamiento pretende demostrar a los futuros quintos que conviene reformar la tradici¨®n o devolverla a sus or¨ªgenes, cuando los virtuales reclutas escrib¨ªan ingeniosos versos en papel de embalar que luego colgaban en las puertas de las casas de las mujeres de sus ojos.
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