"Europa no est¨¢ condenada a la decadencia"
Las conclusiones que el Libro Blanco del Empleo incluye son, textualmente, las siguientes:"Por una parte, las econom¨ªas europeas no est¨¢n condenadas fatalmente a la decadencia. Si se consideran los fundamentos cl¨¢sicos de la prosperidad y de la competencia, Europa conserva sus oportunidades. Por la importancia de su capital inmaterial (educaci¨®n, cualificaci¨®n, aptitud para la innovaci¨®n, tradiciones), por la disposici¨®n muy eficaz de un capital financiero y de instituciones bancarias, por la solidez de su modelo de sociedad y las virtudes de la concertaci¨®n social, Europa conserva unas bazas que le conviene hacer frutificar.
De otra parte, teniendo en cuenta la amplitud de las necesidades a satisfacer, tanto en la Comunidad como en el exterior, el eje de reconducci¨®n pasa por el desarrollo de las actividades de trabajo y de empleo, y no por la prioridad dada a soluciones globalmente malthusianas. S¨ª, podemos crear empleo, tenemos que crear empleos para asegurar el porvenir: el porvenir de nuestros hijos que tienen que encontrar esperanza y motivaci¨®n en la perspectiva de participar en la actividad econ¨®mica y social y de formar parte activa de la sociedad en la que viven; el porvenir de nuestros sistemas de protecci¨®n social amenazados, a corto plazo por la insuficiencia del crecimiento y a largo plazo por el deterioro de la relaci¨®n entre activos e inactivos.
En otras palabras, tenemos la inmensa responsabilidad de encontrar, manteni¨¦ndonos fieles a los ideales que han formado la personalidad y la marca de Europa, una nueva s¨ªntesis entre las metas perseguidas por la sociedad. El trabajo como factor de integraci¨®n social, la igualdad de oportunidades -y las exigencias de la econom¨ªa- la competencia y la creaci¨®n de empleo.
Este desaf¨ªo mayor es asunto de todos. Es por ello que defendemos antes que nada la necesidad de perseverar en la construcci¨®n de una Europa unida que multiplicar¨¢ nuestras fuerzas, por la cooperaci¨®n y el beneficio de un gran espacio sin fronteras de ninguna clase. Por ello, apelamos a cada uno, y no s¨®lamente a los responsables pol¨ªticos y profesionales, a tomar su propia parte en el esfuerzo com¨²n, mediante un esfuerzo de comprensi¨®n del nuevo mundo y de participaci¨®n en la obra com¨²n.
Nada ser¨ªa m¨¢s peligroso para nuestra Europa que conservar las estructuras y las costumbres que fomentan la resignaci¨®n, el ensimismamiento y la pasividad. El despertar pasa por una sociedad activada por ciudadanos conscientes de sus propias responsabilidades y animados por el esp¨ªritu de solidaridad hacia aquellos con quienes forman las comunidades locales y nacionales, ricas en su historia y en su sentimiento com¨²n de pertenencia.
La contribuci¨®n que puede aportar la Uni¨®n Europea es, por lo tanto, ayudar a este movimiento que concilia nuestras fidelidades hist¨®ricas y nuestra voluntad de mantener nuestro puesto en este mundo nuevo que surge ante nuestros ojos".
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