Conmoci¨®n y miedo en Hoyo de Manzanares pese a la detenci¨®n del asesino de la anciana
![Vicente G. Olaya](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F3999f9b3-4836-4ebe-80b5-967b77478797.png?auth=5e2790ad9bce473b3d2a4dbf5708475b5163274a37c560eafeef1a8bfcc6dd46&width=100&height=100&smart=true)
El primer homicidio acaecido en la historia reciente de Hoyo de Manzanares ha con mocionado a esta poblaci¨®n serrana de 3.100 habitantes. Tras la muerte de Felisa Crespo Garc¨ªa, de 72 a?os, el pasado 20 de noviembre, los cerrajeros han observado un aumento de los pedidos para colocar rejas en viviendas y locales. Algunos comerciantes declaran que a¨²n tienen miedo. El alcalde, Francisco Mart¨ªnez Blasco, independiente, cree que la detenci¨®n del presunto autor del crimen, Abilio G. D., de 26 a?os, "ha supuesto un alivio para todos, y Hoyo volver¨¢ pronto a la normalidad".
Francisco Arque, cerrajero de Hoyo, asegura que la gente a¨²n tiene miedo. "Estos ¨²ltimos d¨ªas he recibido una docena de pedidos para cerrar viviendas y locales", certifica. Los comercian tes se declaran conmocionados tras el homicidio de la due?a del bar. Una propietaria de una tienda asegura: "Vamos a enrejar todo el negocio". Esta vecina, que prefiere no identificarse, dice que, un a?o antes de su muerte, la v¨ªctima hab¨ªa colocado verjas en todas las venta nas excepto en la que sirvi¨® de entrada al homicida. Seg¨²n las investigaciones desarrolladas por la 112 Comandancia de la Guardia Civil, el criminal entr¨® en la vivienda de Felisa, situada sobre el bar Mi Casa, tambi¨¦n de su propiedad, rompiendo una ventana con unas tijeras de podar. El autor de los hechos penetr¨® en la casa en la madrugada del s¨¢bado con el fin de robar la recaudaci¨®n del local y algunas pertenencias de la v¨ªctima."Alguien del pueblo"
"Supon¨ªamos que el homicida era alguien del pueblo porque es dif¨ªcil imaginar que un forastero supiera que el dinero se guardaba en la casa", afirman los vecinos. El autor de los hechos, ya en el interior de la casa, comenz¨® a revolver cajones, lo que alert¨® a la anciana.
Abilio G. D., seg¨²n los investigadores, la apula?¨® una docena de veces en la yugular. Fuentes de la Guardia Civil afirman que "las enormes heridas del rostro de la mujer nos hicieron pensar que hab¨ªa sido asesinada con una escopeta de postas". Posteriormente, las conclusiones del forense cambiaron el rumbo de las investigaciones. El presunto homicida, a pesar de no tener intenci¨®n de matar a su v¨ªctima, iba provisto de guantes quir¨²rgicos para no dejar huellas del robo. De hecho, a pesar de las enormes manchas de sangre que salpicaban varias habitaciones, no se encontr¨® ninguna huella dactilar. En la Guardia Civil reh¨²san desvelar el m¨¦todo utilizado para su localizaci¨®n.
El supuesto criminal, despu¨¦s de matar a la anciana, permaneci¨® todav¨ªa unas dos horas registrando la vivienda y el bar. Abri¨® las m¨¢quinas recreativas, revolvi¨® algunas pertenencias y abandon¨® el lugar, cerrando la puerta con llave. Con ¨¦l llevaba un bot¨ªn de 12.000 pesetas.
Tir¨® las tijeras y los guantes utilizados a unos cien metros del lugar del homicidio, y muy cerca de su propio domicilio. Luego, lav¨® sus ropas ensangrentadas, "aunque no pudo eliminar completamente la sangre", afirman los agentes.
En la tarde del domingo, las amistades y clientes de Felisa comenzaron a echarla en falta. La v¨ªctima ten¨ªa cuatro amigas con las que todos los fines desemana charlaba e iba a misa. Los clientes del local tambi¨¦n se extra?aron de que Felisa no abriese el domingo. Alertaron a uno de sus hijos. Este se present¨® con un juego de llaves y descubri¨® el crimen.
Durante casi dos semanas, el supuesto criminal pase¨® con normalidad por las inmediaciones del bar. "Saludaba como si nada hubiera pasado", dicen. Los vecinos califican a Abilio G. D como "un joven en paro cuyo caracter variaba mucho cuando beb¨ªa". Su familia ha abandonado el pueblo.
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