"Esta ciudad es la ¨²nica para el teatro"
A este leon¨¦s socarr¨®n de 45 a?os el teatro le asalt¨® a traici¨®n unas navidades, oblig¨¢ndole a mudar la piel de futuro leguleyo. Desde que el primer sueldo de avudante de direcci¨®n le libr¨® de las contradicciones veintea?eras, no ha dejado de estar vinculado a los es cenarios. Comenz¨® en el grupo de Los Goliardos, de cuya savia se nutri¨® el propio Almod¨®var (unos a?os despu¨¦s adaptar¨ªa Entre tinieblas), y sigui¨® alternando obras de autores conocidos con las de su propia cosecha. Ahora prepara en Madrid la obra Feliz cumplea?os se?or ministro, una comedia que recibi¨® el premio Ciudad de San Sebasti¨¢n, que se estrena en Euskadi el pr¨®ximo d¨ªa 6 de enero, y est¨¢ en trance de parir otra que cambia de nombre cada quince d¨ªas (en estas fechas se llama Trapos sucios). Con humor del Norte confiesa traerle al pairo el p¨²blico y desconocer la ciudad de las nueve de la ma?ana; en su casa, los despertadores jam¨¢s amanecen antes de las 10.30.Pregunta. El teatro obliga a vivir en Madrid?
Respuesta. Sin duda. Esta ciudad es la ¨²nica para el teatro en todo el pa¨ªs, ni siquiera Barcelona. De hecho, la gente que quiere un poquito de proyecci¨®n acaba recalando en Madrid.
P. ?C¨®mo le da tiempo a combinar la direcci¨®n, la escritura y la adaptaci¨®n en una ciudad tan ca¨®tica como ¨¦sta?
R. As¨ª planteado, parece que trabajo much¨ªsimo, y yo creo que hago pocas cosas. La media hora que dedico al d¨ªa me da para terminar las 200 p¨¢ginas que tiene una obra, y eso lo hace cualquiera. Los monstruos madrile?os del teatro como Alfonso Paso hac¨ªan una obra cada dos meses. Yo, una cada dos a?os. ?l trabajaba; yo s¨®lo me divierto.
P. ?A qu¨¦ se debe que los madrile?os vayan ahora tan poco al teatro?
R. Quiz¨¢ lo que hacemos no tenga inter¨¦s para los espectadores y por eso seguimos sin p¨²blico. La crisis del teatro no es reciente, viene de hace casi 20 a?os, y fue un problema de adaptaci¨®n a la sociedad democr¨¢tica. En aquel momento el teatro estaba muy mediatizado por la censura y la cr¨ªtica pol¨ªtica. Era una ¨¦poca en que las salas se llenaban por las noches y ahora las ¨²ltimas funciones se vac¨ªan. Yo creo que ni los horarios se corresponden ya con los h¨¢bitos de la gente.
P. ?Se le ocurre alguna soluci¨®n?
R. La verdad es que me da lo mismo que la gente vaya o no al teatro. Adem¨¢s, si por ¨¦xito se entienden salas llenas para seguir viendo el teatro que se hac¨ªa en Espa?a o Am¨¦rica hace 30 o 40 a?os, no lo deseo. Eso no es teatro vivo.
P. Sin embargo, ahora hay un buen plantel de actores y actrices j¨®venes.
R. No s¨®lo actores. Tambi¨¦n escritores y directores j¨®venes. Aunque la crisis est¨¢ ah¨ª y es grave, yo soy optimista y creo que ¨¦ste es un momento de creaci¨®n excepcional, quiz¨¢ porque creo que el teatro no lo hace el p¨²blico: lo crean los artistas. La crisis espabila.
P. ?Qu¨¦ le sobra al urbanismo madrile?o?
R. Esta ciudad todav¨ªa mantiene muchas costumbres mediterr¨¢neas de charla en la puerta con su vecino, pero eso cambiar¨¢. Zonas de arquitectura futurista como Azca son retr¨®gradas. Se retrocede al tipo de construcciones fabriles, que son hostiles a los transe¨²ntes.
P. ?Sale a meditar al campo?
R. A m¨ª el campo me parece un paraje lleno de insectos. Soy un completo urbanita, as¨ª que ni siquiera voy al Retiro. S¨®lo caigo en la tentaci¨®n de pensar en largarme de la ciudad cuando estoy en un atasco monumental. Naturalmente, me dura s¨®lo unos segundos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.