El primer ministro franc¨¦s es el candidato mejor situado para suceder al presidente Mitterrand
Una vez aprobados los acuerdos del GATT sobre liberalizaci¨®n del comercio mundial, todos los sondeos sit¨²an a ?douard Balladur como el candidato mejor colocado para suceder a Fran?ois Mitterrand en la presidencia de la Rep¨²blica francesa. Para Jacques Chirac la situaci¨®n es desesperada: no s¨®lo Balladur, que anda escapado con muchos puntos de ventaja, sino tambi¨¦n Jacques Delors, Simone Veil, Raymond Barre, Charles Pasqua e incluso Michel Rocard, recogen m¨¢s opiniones favorables que el l¨ªder gaullista como futuro presidenciable.
La f¨®rmula Balladur es simple: se trata de andar siempre por la cuerda floja pero sin descomponer nunca la figura, de recordarles a los gaullistas que ¨¦l es liberal y a los liberales que ¨¦l es gaullista. Cuando lleg¨® al poder pint¨® un panorama muy negro y justific¨® as¨ª el aumento de tasas e impuestos y la disminuci¨®n de las prestaciones sociales.A continuaci¨®n, decidi¨® ocuparse del paro y puso en marcha una serie de medidas que equivalen a m¨¢s de 80.000 millones de francos (unos dos billones de pesetas) de regalo para los empresarios, pero estos siguen sin invertir y el paro sigue creciendo. Dej¨® que todo el pa¨ªs discutiese sobre la viabilidad de la semana de las 32 horas, pero luego aprob¨® una ley dirigida a favorecer el empleo a tiempo parcial, que en realidad flexibiliza un poco m¨¢s el mercado laboral.
La negociaci¨®n del GATT ha sido la apoteosis del balladurismo. Cuando lleg¨® al poder Francia estaba aislada. Jacques Chirac hab¨ªa calificado el acuerdo de Blair House de M¨²nich agr¨ªcola y la campa?a electoral victoriosa de su Agrupaci¨®n para la Rep¨²blica (RPR) se fund¨® en calentar los ¨¢nimos de los campesinos contra el GATT. Uno de cada tres alcaldes franceses es agricultor y uno de cada cinco diputados depende del voto rural. Un grupo de presi¨®n poderoso. Balladur ha sabido escapar a su abrazo. A Chirac le gusta recordar sus or¨ªgenes campesinos, a Giscard tambi¨¦n, aunque sea ti?¨¦ndolos de aristocratismo. Pero el sentido com¨²n de Balladur es urbano y no hecho de refranes rurales.
El primer ministro logr¨® que Francia encabezara la operaci¨®n "excepci¨®n cultural", que Alain Jupp¨¦ se convirtiese en el marcador pegajoso de Leon Brittan y que los servicios bancarios, el Airbus, el t¨¦xtil y otros sectores se sumaran a la conflictividad y escondieran la irritaci¨®n de los subvencionados campesinos franceses.
El voto de confianza que solicit¨® y obtuvo del Parlamento consagra su triunfo y le convierte en el imprescindible unificador de la mayor¨ªa de centro derecha. Las divisiones de Maastricht quedan lejos. Mientras los dem¨¢s presidenciables buscan un hueco para hacer oir su voz, a trav¨¦s del cual reclamar la atenci¨®n del electorado y proponer su particularidad, Balladur sigue imperturbable.
Montado en la cuerda floja, sin tropezar y dispuesto a llegar en cabeza a las pr¨®ximas elecciones presidenciales sin nunca haber hablado de ellas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.