El fin de la escapada
EL BANCO Espa?ol de Cr¨¦dito (Banesto) y su presidente, Mario Conde, ven¨ªan siendo protagonistas de modo permanente en el primer plano de la opini¨®n p¨²blica espa?ola durante m¨¢s de un lustro. Ayer, d¨ªa de los Inocentes, este protagonismo, que en ocasiones revest¨ªa aspectos de huida hacia adelante, fue frenado en seco. El Banco de Espa?a intervino Banesto, y con ello resucit¨® el fantasma de la crisis bancaria en nuestro pa¨ªs, que ya hab¨ªa sido la m¨¢s profunda de Europa hace tres lustros.Al amparo de la Ley de Disciplina e Intervenci¨®n de las entidades de cr¨¦dito, y horas despu¨¦s de que la Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores (CNMV) decidiera interrumpir la cotizaci¨®n de las acciones, la m¨¢xima autoridad monetaria suspendi¨® al consejo de administraci¨®n y lo sustituy¨® por un nuevo ¨®rgano presidido por Alfredo S¨¢enz (el hombre que reflot¨® Banca Catalana), en el que est¨¢n integrados representantes de las grandes instituciones financieras de nuestro pa¨ªs. Esta decisi¨®n extrema trata de garantizar los intereses de los depositantes y accionistas. El Banco de Espa?a asegur¨® en su comunicado la liquidez de la instituci¨®n en los mercados monetarios nacionales e internacionales, lo que debe contribuir a generar una cierta tranquilidad en el ambiente.
La noticia de la intervenci¨®n ha sorprendido, pese a que exist¨ªan datos, desde hace tiempo, sobre las dificultades del banco. Los problemas para la ampliaci¨®n de capital en marcha, los resultados del tercer trimestre o el anuncio de no repartir dividendo en varios ejercicios eran noticias que hablaban ya de lo grave de su situaci¨®n.
No obstante, es dif¨ªcil anticipar las implicaciones que la decisi¨®n pueda tener no s¨®lo sobre los intereses m¨¢s directamente asociados al banco intervenido, sino sobre las sociedades de la corporaci¨®n industrial -entre ellas, su participaci¨®n en un importante grupo de medios de comunicaci¨®n-, el conjunto del sistema bancario y, en general, sobre la econom¨ªa espa?ola. La intervenci¨®n de Banesto es el dato que faltaba en una coyuntura caracterizada por la depresi¨®n y por un tono vital de enorme desconfianza.
Por ello es muy importante esclarecer con pelos y se?ales, y sin demoras, las circunstancias que han conducido a esta decisi¨®n y la profundidad del agujero de Banesto, que no cumpl¨ªa con ninguno de los coeficientes de solvencia. Hay que alabar la pr¨®xima comparecencia en el Parlamento, con car¨¢cter urgente, del ministro de Econom¨ªa, Pedro Solbes y del gobernador del Banco de Espa?a, Luis ?ngel Rojo.
M¨¢s all¨¢ de los numerosos rumores sobre la situaci¨®n de Banesto en los ¨²ltimos tiempos, sobre las condiciones de acceso a los mercados monetarios nacionales e internacionales, sobre las circunstancias en que se ha desarrollado la gesti¨®n de Mario Conde o sobre la volatilidad y artificialidad de la cotizaci¨®n de sus acciones, el Banco de Espa?a y la CNMV deben transmitir clara y detalladamente los fundamentos de una de las decisiones m¨¢s importantes para el sistema bancario espa?ol, y exigir las responsabilidades que se deriven.
Experiencias hay en exceso en nuestra historia reciente (recu¨¦rdese el caso de Rumasa, en el pasado, o el de KIO y la cooperativa ugetista PSV) como para justificar la necesidad de ese amplio ejercicio de transparencia y de informaci¨®n. Es imprescindible tener presente que la intervenci¨®n de Banesto y la suspensi¨®n de su consejo de administraci¨®n -plagado de apellidos relacionados a trav¨¦s de generaciones con la banca- trascienden al sistema financiero para afectar al conjunto de la econom¨ªa espa?ola; salvaguardada la liquidez, queda por garantizar lo m¨¢s delicado, la credibilidad del sistema en su conjunto.
La crisis de Banesto est¨¢ relacionada de un modo directo y total con coordenadas econ¨®mico-financieras. Todo indica que se ha generado un enorme problema de gesti¨®n, en un momento d¨¦bil de la econom¨ªa, y por personas no siempre ni necesariamente expertas.
El protagonismo, a veces social, a veces pol¨ªtico, de su presidente quiz¨¢s haya perjudicado al banco en su vertiente ejecutiva o profesional. Pero el problema de Banesto no es de ideas o posicionamientos p¨²blicos, sino de balances, claridad en las cuentas y acierto en las decisiones.
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