Una ficci¨®n sobre geri¨¢tricos
?Han o¨ªdo hablar del Plan Geronte? Geronte es el nombre de un concurso que busca tratamientos alternativos a la tercera edad. Por un casual, he tenido acceso a los tres informes que optaron, en su momento, al concurso. S¨®lo voy a hablar de uno de ellos. Los otros dos no son m¨¢s que otros ejemplos de la tendencia en la publicidad de agrandar el producto hasta tal volumen que al final resulta incre¨ªble. Se cantan tanto las alabanzas de las galletas Mar¨ªa que al final el fabricante se averg¨¹enza, porque la publicidad es excesiva. ?Pero si s¨®lo son galletas! Sin embargo, el tercer informe parece tener mucha m¨¢s miga. Se trata del Proyecto Owen. Bajo el nombre reza un lema: "Haga de la ¨²ltima fase de su vida un homenaje". El tal Owen, Philip K. Owen, quiere revolucionar el geri¨¢trico. Su proyecto es un modelo de perfeccionamiento de las residencias, para hacer que los ¨²ltimos a?os de la vida de los hombres sean plenos. La idea es sacar al m¨¢ximo el geri¨¢trico de la sociedad, ya que la sociedad como dial¨¦ctica no vale para nada. As¨ª que lo divide por un procedimiento fundamental. Una persona llega a los 70 a?os y, o se quiere olvidar completamente de lo que ha vivido, o bien quiere vivir para recordar. Hay tantas personas que a esa edad han perdido la memoria que, seg¨²n Owen, es porque necesitaban perderla. Algo en la vida les ha sobrepasado. Han querido vivir m¨¢s de lo que pod¨ªan, o han deseado m¨¢s de lo que su mente pod¨ªa darles. Otras, en cambio. tienen tantas cosas de qu¨¦ acordarse y disfrutan tanto acord¨¢ndose... Dos maneras distintas de alcanzar la felicidad. Hecho que lleva a dividir el geri¨¢trico en dos pabellones. Nada m¨¢s entrar te dicen: "?Usted, qu¨¦ quiere, 1) recordar o 2) olvidar?". Si eliges olvidar, te llevan al pabell¨®n izquierdo, donde todos los mecanismos y los f¨¢rmacos est¨¢n especialmente dise?ados para olvidar. Al contrario que en el pabell¨®n derecho, donde todo son tratamientos y revisiones de la memoria. Por ejemplo, si ves una pel¨ªcula, no se trata de identificarte, sino de ver c¨®mo en ella te puedes recordar. En cambio, los est¨ªmulos que se proporcionan en el pabell¨®n de los que olvidan son suplantaciones. Un lugar en el que puedes cambiar la identidad: ?Y usted qui¨¦n es?Pues, mire, yo era el hermano de Mae West y cantaba canciones country antes que ella. ?Y usted? Bueno, qu¨¦ casualidad, yo era Frank Sinatra. ?No me diga? Pues yo era Elektra. ?Y a qui¨¦n le importa si has sido ladr¨®n o asesino? A esa edad ya no importa nada. Se te perdona todo. Pero parece ser que hubo un problema. Seg¨²n se ha sabido por un experimento hecho en California, el Proyecto Owen no ha funcionado como se esperaba. Por lo visto, en el pabell¨®n de recordar, pr¨¢cticamente s¨®lo entraban mujeres, y en el de olvidar, hombres. ?sta ha sido la raz¨®n por la cual el proyecto ha sido rechazado. Una gran l¨¢stima, ya que esto supone una interrupci¨®n en todo el discurso de este momento, un discurso tan trascendental en la vida de la sociedad, como es la tercera edad. La edad en que el hombre est¨¢ en el altar. Owen, que ahora escribe un libreto de ¨®pera sobre el tema, aclara que en esta divergencia de comportamientos frente a la memoria, se pueden vislumbrar las nuevas relaciones entre los hombres y mujeres que invadir¨¢n el siglo XXI.
Esto en California. En Madrid, sin embargo, la respuesta ha sido diametralmente distinta. Seg¨²n la Consejer¨ªa de Integraci¨®n Social, los resultados del experimento piloto realizado en el geri¨¢trico, de Navalmoral de la Mata han sido opuestos. Aqu¨ª han sido las mujeres quienes entraron en el pabell¨®n de olvidar, y los hombres en el de recordar. La aplicaci¨®n del Proyecto Owen ha quedado tambi¨¦n aqu¨ª suspendida, a la espera de alguna soluci¨®n. Las preguntas son dos. ?Por qu¨¦ esta diferenciaci¨®n sexual a la hora de disfrutar plenamente de la vejez? Y segundo, ?por qu¨¦ somos tan diferentes de los americanos?
Unos 4.000 abuelos "engrosan las listas de espera de los geri¨¢tricos p¨²blicos".
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