Buscaban v¨ªveres, hallaron balas

"Cuando nos atrev¨ªamos a salir, nos top¨¢bamos con los zapatistas, que se cubr¨ªan tras las esquinas y nos miraban sin hablar. Ellos disparaban al Ej¨¦rcito y a los ricos del pueblo. La gente muri¨® porque sal¨ªa en busca de v¨ªveres y en el camino se toparon con alguna bala". Calixto S¨¢nchez, del barrio Linda Vista de Ocosingo, interrumpe el relato, se abre paso hasta el televisor y escucha las noticias: "A ver si dicen algo de los que no pudieron salir" ?l lo logr¨®. "No sabemos nada de nuestros familiares, si est¨¢n vivos o muertos" afirma por su parte Carmen Cruz, que dej¨® en Ocosingo a sus hermanas, cu?ados y sobrinos. "Salimos muy a las carreras el martes por la- tarde porque los del Ej¨¦rcito nos dijeron que estaban desocupando las casas para comenzar con los bombardeos" tercia su marido, Calixto, quien dice haber visto que los zapatistas entregaron armas a algunos vecinos, que les siguieron a la selva. "A la familia de Eleuterio Cansino", a?ade, "la agarraron los militares porque apoyaba a los zapatistas, y se los llevaron quien sabe donde".La situaci¨®n de Marco Antonio G¨®mez es desesperante. La guerrilla le agarr¨® cerca de Ocosingo, y lleva 10 d¨ªas sin saber nada de sus padres, sus cinco hermanos, su esposa y su hija de seis meses. Su esperanza es que puedan llegar a Villahermosa. En situaci¨®n similar se encuentra el resto de los 96 refugiados en el albergue de la seguridad p¨²blica de esta localidad.

La mayor¨ªa de los refugiados est¨¢ "con la pena de no saber nada de la gente que se qued¨® en Ocosingo en medio de la balacera". Con ansiedad, los chiapanecos devoran las informaciones de prensa, radio y televisi¨®n.

Se han organizado en comit¨¦s "para no ser una carga total para los voluntarios" que les atienden. Hay comit¨¦s de localizaci¨®n y b¨²squeda, de higiene y limpieza, de cocina, de botiqu¨ªn y de donativos.

Los afectados por la revuelta esperan en Villahermosa a que "se calme un poquito la bulla" para poder regresar a sus hogares. De momento, se planea trasladarlos a la localidad tur¨ªstica de Palenque.

La Jornada