Zapatistas por la gracia de Dios en la selva Lacandona
La gran influencia de la Iglesia en Chiapas obliga al Gobierno a pedir su ayuda en el di¨¢logo con la guerrilla
Samuel Ruiz, el sesent¨®n obispo de San Crist¨®bal de las Casas, es un aut¨¦ntico , mito, una leyenda viva desde que hace casi 20 a?os apostara por los postulados de la teolog¨ªa de la liberaci¨®n y la Iglesia de los pobres. De alg¨²n modo, este prelado calvo y bajito de estatura, parlanch¨ªn y gran comunicador de masas, sigue los pasos del famoso Fray Bartolom¨¦ de las Casas, que a mediados del siglo XVI fue el primer religioso espa?ol que defendi¨® los derechos de los ind¨ªgenas en Chiapas y por extensi¨®n en toda Am¨¦rica Latina.Acusado de ser el ide¨®logo de los zapatistas por un sector de las autoridades y de los militares, la imperiosa necesidad del Gobierno de M¨¦xico de hallar una r¨¢pida soluci¨®n al conflicto de Chiapas, Ruiz desempe?ar¨¢ un papel determinante en las negociaciones que se han abierto tras el alto el fuego del pasado mi¨¦rcoles. Tras recibir el apoyo de toda la Conferencia Episcopal Mexicana, Ruiz se mueve por las monta?as, las ciudades y las selvas de Chiapas con la seguridad de contar con el apoyo de la inmensa mayor¨ªa de la poblaci¨®n.
El obispo de San Crist¨®bal de las Casas aparece como la figura m¨¢s emblem¨¢tica de esta Iglesia de los pobres en el Estado m¨¢s subdesarrollado de M¨¦xico, pero los otros dos prelados, de Chiapas -Felipe Aguirre, en Tuxtla Guti¨¦rrez; y Felipe Arizmendi, en Tapachula- participan totalmente de sus tesis.
La inesperada gravedad de la sublevaci¨®n campesina ind¨ªgena ha obligado tambi¨¦n a decantarse a la propia Conferencia Episcopal Mexicana, que ha suscrito una declaraci¨®n dur¨ªsima contra la pol¨ªtica del presidente Carlos Salinas de Gortari y de su Partido Revolucionario Institucional (PRI) que gobierna M¨¦xico desd¨¦ hace d¨¦cadas con una f¨¦rrea dictablanda, una h¨¢bil mezcla de populismo y corrupci¨®n, de palo y de zanahoria, que les ha sostenido en el poder sin apenas competencia.
En opini¨®n de los obispos mexicanos, "el mal uso de la riqueza de algunos puede ser hasta un insulto para la pobreza de otros. Creemos que el sistema econ¨®mico que genere el Tratado de Libre Comercio [firmado con Estados Unidos y Canad¨¢] ha de tener en cuenta la situaci¨®n de los campesinos y de los ind¨ªgenas y propiciar una econom¨ªa con rostro humano, una econom¨ªa de la solidaridad".
Entre duros y blandos
En una evidente defensa de la actitud de los ind¨ªgeneas y en una clara justificaci¨®n de su recurso a la lucha armada, la Conferencia Episcopal a?ade: "No es propio de las culturas ind¨ªgenas agredir a los adversarios. Ellos nos ense?an a todos la hospitalidad, el respeto a la vida humana, el esfuerzo por compartir los bienes de la naturaleza. Nos dan ejemplo de respeto y amor a Dios y a su Iglesia".
A fuego cruzado entre las acusaciones de ser instigadores de la revuelta del Ej¨¦rcito Zapatista de Liberaci¨®n Nacional (EZLN) y las recriminaciones de los sectores m¨¢s radicales de los ind¨ªgenas que les echan en cara la inutilidad de las v¨ªas pac¨ªficas, miles de sacerdotes, de misioneros y de monjas dirigen hospitales, como el de San Carlos de Altamirano, gestionan escuelas para los ni?os y aprenden las lenguas de los tzeltales, tzotziles y lacandones.
Pablo Iribarren, el dominico que dirige la misi¨®n de Ocosingo, explica con una calma aprendida en a?os de paciencia: "Nunca podr¨¢n acusarnos de incitar a la violencia, pero desde luego nuestra tarea pastoral no pasa al margen de la miseria y del atraso. Nuestra evangelizaci¨®n abarca la totalidad de la persona y de la comunidad ind¨ªgena. Por ello, difundimos un solo mensaje: el de la liberaci¨®n. Si le quieren llamar teolog¨ªa de la liberaci¨®n, ll¨¢menlo as¨ª".
Dominicos y franciscanos, especialmente, y tambi¨¦n algunos jesuitas tambi¨¦n siguen los pasos de sus antecesores que desde la conquista espa?ola-con algunas luces, pero tambi¨¦n con muchas sombras- caminan con la cruz y con el catecismo junto a las espadas de anta?o y junto a veh¨ªculos artillados y los blindados de hoy.
No obstante, lo que nadie puede negar es que en Chiapas la Iglesia cat¨®lica y, en mucha menor medida, otras confesiones cristianas, han llegado a zonas donde nunca pisaron ni las autoridades civiles del PRI, obsesionadas s¨®lo por corromper a los l¨ªderes ind¨ªgenas que garantizan a veces el 100% de los votos para el partido del Gobierno, ni los militares, especializados en la represi¨®n pura y dura. La mayor¨ªa del clero de Chiapas est¨¢ integrado por mexicanos, aunque entre los misioneros y las monjas aparezca una significativa presencia de espa?oles, franceses y de religiosos procedentes de otros pa¨ªses latinoamericanos.
Secretos a voces
Este arraigo social en todo el Estado de Chiapas otorga a la Iglesia incre¨ªbles facilidades para establecer contacto con los miles de guerrilleros zapatistas refugiados en la inaccesible selva Lacandona, en la frondosa frontera con Guatemala. Todo el mundo en las calles de San Crist¨®bal sabe que algunos de los dirigentes del EZLN han sido feligreses y disc¨ªpulos aventajados de esta Iglesia de los pobres e incluso algunos comunicados pol¨ªticos redactados por los rebeldes despiden un inequ¨ªvoco aroma a p¨²lpito e incienso.
Del mismo modo, tambi¨¦n resulta un secreto a voces que algunos religiosos pueden haberse echado al monte con los guerrilleros, tomando las armas en defensa de los pobres y de los ind¨ªgenas. La propia Conferencia Episcopal ha tenido que salir al paso de estas informaciones y con un estilo de diplomacia florentina ha subrayado: "Si alguno de los miembros del clero, por su convicci¨®n subjetiva, se ven involucrados [en la guerrilla] esto es independiente de la misi¨®n que hayan recibido y no tienen la aprobaci¨®n de su obispo ni de la Iglesia".
En cualquier caso, en las tres jornadas de mediaci¨®n y de b¨²squeda de di¨¢logo que el ex canciller mexicano Manuel Camacho Sol¨ªs ya ha invertido en el estado de Chiapas recogiendo informaci¨®n, no se ha despegado ni un minuto de Samuel Ruiz, del vicario Gonzalo Ituarte o de los centenares de curas que representan para ¨¦l y para el Gobierno la ¨²nica garant¨ªa de un aut¨¦ntico alto el fuego con los guerrilleros zapatistas.
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