Un testamento m¨¢s all¨¢ de la pantalla
Un jubilado franc¨¦s nombra herederos a famosos de la televisi¨®n
Los aman, admiran y creen conocerlos. Cada d¨ªa entran en su comedor o dormitorio; son como de la familia, tanto que acaban por nombrarlos herederos. Eso es lo que hizo Jean-Andr¨¦ Sulli, un metal¨²rgico jubilado, antes de fallecer, el 31 de octubre de 1991. Ahora se ha descubierto que la periodista y presentadora Christine Ockrent (51%), la cantante Mich¨¨le Torr (121/6), el humorista Michel Leeb (12%), los periodistas Albert du Roy (8%), Mich¨¨le Cotta (7%) o Philippe Bou vard (4%), as¨ª como el ex primer ministro y ex presidente de la Asamblea Nacional, Laurent Fabius (3%) y la tambi¨¦n cantante Isabelle Aubret (1%) son los elegidos para disfrutar de los millo nes de francos que pudo ahorrar en su extra?a vida de soltero. "Se encerraba en su casa para mirar la tele. Era la ¨²nica compan¨ªa que soportaba", explic¨® un vecino. S¨®lo los famosos de la peque?a pantalla entraban en el hogar de ese hombre a quien otro vecino califica de "insoportable, tal y como lo prueba el que no tuviese ning¨²n amigo". Amigos no, pero si millones acumulados a lo largo de una vida dedicada al trabajo, al ahorro y a escuchar y contemplar a sus amores de rayos cat¨®dicos. Cada d¨ªa, a la misma hora, acud¨ªan a la cita. Si Suni estaba de mal humor, le bastaba con no apretar el bot¨®n. Si Christine, Michel, Philippe, Albert, Laurent o Isabelle no explicaban, cantaban o vest¨ªan como ¨¦l quer¨ªa, si no resultaban todo lo maravillosos y cotidianos que exig¨ªa su sensibilidad de devoto, siempre pod¨ªa cambiar de canal.
El testamento fue dictado por Sulli ante su notario, en Longwy, ciudad vecina a su pueblecito de Mont-Saint-Martin, en la frontera entre Francia, B¨¦lgica y Luxemburgo. Las tres hermanas del difunto s¨®lo pueden recuperar los millones si demuestran que el testamento es falso -ya han desistido- o que Jean-Andr¨¦ estaba loco. "Eso ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil si hubiese nombrado herederos a Correcaminos, a Bugs Bunny y Tint¨ªn", comenta una de las hermanas. Lo que los h¨¦roes de los dibujos animados no hubiesen podido hacer es renunciar a la herencia. "Yo lo hice en cuanto me advirtieron de ese curioso testamento", explica Christine Ockrent, "y s¨¦ que los dem¨¢s han hecho otro tanto".
El abogado de la cantante Mich¨¨le Torr ha dicho que su cliente "no desea expoliar a la familia y renuncia a su parte de herencia, pero la ley no hace que esa renuncia revierta autom¨¢ticamente a las hermanas, de nuevo convertidas en herederas directas". No, para ello es preciso que un tribunal acepte que Sulli, en el momento en que dict¨® sus disposiciones testamentaria, ten¨ªa las facultades mentales perturbadas. ?Por qu¨¦? Sencillamente, porque se sent¨ªa m¨¢s pr¨®ximo a los seres bidimensionales del televisor que de su imprevisible familia.
"Sin duda ese se?or no se entend¨ªa muy bien con sus hermanas, deb¨ªa de sentirse muy solo y ten¨ªa la pantalla por ¨²nica compa?¨ªa resume Christine Ockrent. "Es un gesto que pone en evidencia una de las caracter¨ªsticas peculiares de nuestro medio de comunicaci¨®n: crea una relaci¨®n casi de intimidad entre el telespectador y nosotros. Pero es una relaci¨®n de direcci¨®n ¨²nica", concluye la periodista. As¨ª es. Ella nunca hubiese sabido de Jean-Andr¨¦ Sulli de no convertirse en heredera de una fortuna no deseada. Por fin han entrado en contacto. Antes les separaba y un¨ªa la frialdad y proximidad de la pantalla; ahora, Sulli, desde el otro lado del espejo, sirvi¨¦ndose de la muerte, quiz¨¢s cree seguir manteniendo el ¨²nico tipo de relaci¨®n por el que parece haberse interesado: la de mir¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.