Las heladas obligan a utilizar cadenas en tres puertos de monta?a

Los term¨®metros marcaban a primera hora de ayer dos grados bajo cero en la capital. Por primera vez, en lo que va de invierno, Madrid tirit¨® de fr¨ªo. El puerto de Navacerrada alcanz¨® la temperatura m¨¢s baja, con 12 grados bajo cero. Sin embargo, en dicha estaci¨®n no hab¨ªa suficiente nieve para esquiar. El fuerte viento que sopl¨® durante la noche anterior y el d¨ªa de ayer se la llev¨®. Debido a las heladas, en tres puertos de monta?a -La Hiruela, El Cardoso y La Puebla- es necesario el uso de cadenas.

"No estamos aislados. Hay, algo de nieve, pero lo que m¨¢s hay es hielo en la carretera. Los coches pueden circular", asegura Clemente P¨¦rez, de 75 a?os encargado del ¨²nico tel¨¦fono p¨²blico de La Hiruela, con un censo de ocho vecinos. En Cercedilla, donde la noche anterior se hab¨ªa registrado la mayor nevada del invierno, s¨®lo quedaba a mediod¨ªa de ayer una gran helada. "La nieve no ha cuajado. Hace mucho fr¨ªo pero ha habido inviernos m¨¢s crudos", explica El¨ªas G¨®mez, de 58 a?os, funcionario del Ayuntamiento de Cercedilla. Tampoco hay nieve en la estaci¨®n de Valdesqu¨ª, que permanece cerrada al p¨²blico.En cambio, en la estaci¨®n de Valcotos, donde ayer se registraron 10 grados bajo cero y una temperatura m¨¢xima de cuatro grados bajo cero, las tres pistas de esqu¨ª estaban abiertas- con un espesor de nieve entre 15 y 20 cent¨ªmetros. En Navacerrada apenas hubo esquiadores, ya que la ¨²nica pista -la de fondo- que ten¨ªa nieve estaba helada. Medio centenar de personas, la mayor¨ªa turistas, se atrevieron, a pesar de las bajas temperaturas, a coger el telesilla y subir a la Bola del mundo.

Bufandas y pijamas

El sol luci¨® durante todo el d¨ªa de ayer en la capital, pero los madrile?os 'salieron a la calle con bufandas, abrigos, guantes, gorros, dos pares de calcetines y hasta con el pijama d

bajo del traje. El viento fr¨ªo cortaba la piel. "Me he quedado helada. He estado esperan do el autob¨²s durante un cuarto de hora y tengo los pies congelados", aseguraba Carmen, secretaria de direcci¨®n.

"Yo llevo el pijama debajo una camiseta, calcetines gordos. Estoy todo el d¨ªa en la puerta y estoy congelado", dec¨ªa Javier, guarda de seguridad, quien aseguraba que ayer fue el d¨ªa que m¨¢s fr¨ªo que ha vivido en Madrid. No opina lo mismo Lorenzo Garc¨ªa Pedraza, un jubilado de 70 a?os: "La gente es que es muy sensible. Estamos muy mal acostumbrados. Garc¨ªa Pedraza recuerda tres oleadas de fr¨ªo consecutivas entre el 2 y el 20 de febrero de 1956 que dejaron a Madrid con 10 grados bajo cero. "Entonces si que hac¨ªa fr¨ªo", apostilla.