El 'annus horribilis' de M¨¦xico
La revuelta indigena convierte en 'hombre fuerte' a Camacho y debilita la candidatura presidencial de Colosio
La historia reciente de M¨¦xico ha confirmado que el ¨²ltimo a?o de cada sexenio presidencial trae siempre consigo convulsiones. Unos le han llamado a?o axial, pero por lo general es tiempo de desastres. Lo ocurrido en Chiapas supera todos los a?os axiales y todos los desastres anteriores, porque se trata de lo que ya denominan el annus horribilis de M¨¦xico. Si hay algo en que todo el mundo est¨¢ de acuerdo es que a partir de ahora todo ser¨¢ distinto en este pa¨ªs que se acost¨® el 31 de diciembre como el flamante sur de Am¨¦rica del Norte y se despert¨® al d¨ªa siguiente como el turbulento norte de Centroam¨¦rica. Chiapas es ya el viajero inc¨®modo, y probablemente decisorio, de las elecciones presidenciales del 21 de agosto pr¨®ximo.Hoy d¨ªa hay incertidumbre entre la clase pol¨ªtica mexicana en general, pero enorme confusi¨®n y nerviosismo en el caso particular del Partido Revolucionario Institucional (PRI), la fuerza pol¨ªtica que gobierna M¨¦xico desde hace 64 a?os. Hasta el 31 de diciembre, cerrada ya la gran reforma econ¨®mica del presidente Carlos Salinas con la aprobaci¨®n del Tratado de Libre Comercio (TLC) de Am¨¦rica del Norte, todo estaba atado y bien atado en M¨¦xico.
Salinas, al apostar por Luis Donaldo Colosio como candidato del PRI, garantizaba al pa¨ªs la continuidad de su pol¨ªtica de modernizaci¨®n, saludable desde el lado econ¨®mico, porque hab¨ªa dotado de solidez y salubridad financiera al pa¨ªs, pero incompleta del lado pol¨ªtico.
Colosio, hasta el 31 de diciembre, part¨ªa como candidato favorito para las elecciones de agosto. Hab¨ªa recogido la antorcha de la modernizaci¨®n salinista, muy aplaudida desde el exterior, y ten¨ªa tras de s¨ª a toda esa confusa pero eficaz maquinaria que es el PRI, que lo mismo mueve masas como partido que regula y controla unas elecciones como Gobierno.
El proyecto Colosio nac¨ªa como ganador frente a las dos principales fuerzas pol¨ªticas dispuestas a competir con el PRI en estas elecciones: el Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica (PRD), con Cuauht¨¦moc C¨¢rdenas nuevamente sobre la arena electoral, y el Partido de Acci¨®n Nacional (PAN), la organizaci¨®n que m¨¢s concesiones pol¨ªticas ha obtenido del Gobierno salinista en estos a?os y cuyo candidato es el abogado Diego Fern¨¢ndez de Cevallos.
Las encuestas situaban bien a C¨¢rdenas, muy radicalizado desde aquellas elecciones de 1988 que siempre consider¨® robadas, pero nunca por delante de Colosio. En aquellos d¨ªas de diciembre posteriores al destape, el temor del PRI no era otro que la reacci¨®n de C¨¢rdenas y los suyos a una elecci¨®n que en todo momento consideraban que iban a ganar. Por eso el discurso inicial del candidato Colosio se centr¨® en prometer democracia y limpieza electoral.
?ste era el estado de cosas de M¨¦xico hasta la medianoche del 31 de diciembre, fecha que Salinas hab¨ªa concebido como hist¨®rica para el pa¨ªs porque con el nuevo a?o entrada en vigor el TLC. Pero todo cambi¨® y ese M¨¦xico primermundista moldeado por Salinas en los cinco a?os anteriores qued¨® derruido en cuesti¨®n de segundos con la aparici¨®n de ese ej¨¦rcito de desheredados ind¨ªgenas que ped¨ªan: "?Tierra, pan y libertad!", el grito de Emiliano Zapata, en la regi¨®n m¨¢s pobre de la Rep¨²blica mexicana: Chiapas.
Si los zapatistas salpicaron de lodo al Gobierno de Salinas, el Ej¨¦rcito, enviado como primer, recurso constitucional para aplastar la revuelta, se encarg¨® de hacerlo posteriormente con sangre. S¨®lo la reacci¨®n a tiempo de Salinas, que cort¨® en seco la represi¨®n militar y apost¨® por una salida pol¨ªtica y negociada del conflicto, pudo detener lo que ya se consideraba como la peor cat¨¢strofe pol¨ªtica de la historia reciente del pa¨ªs.
Convulsi¨®n pol¨ªtica
Evitar por los pelos la cat¨¢strofe no impidi¨® la convulsi¨®n. Salinas, agobiado por una situaci¨®n que pon¨ªa en riesgo su trabajo pol¨ªtico y econ¨®mico de cinco a?os, recurri¨® para buscar la paz a un hombre al que s¨®lo un mes antes hab¨ªa eliminado como candidato a la presidencia de la Rep¨²blica. Era Manuel Camacho, el ex regente y despu¨¦s canciller de M¨¦xico, todav¨ªa no repuesto de la conmoci¨®n que le supuso haber, perdido la pelea de la sucesi¨®n frente a Colosio.
Camacho, un pol¨ªtico ambicioso que en los ¨²ltimos a?os se prepar¨® concienzudamente para ser presidente de los mexicanos, no escamote¨® esfuerzos para dejar todo por ir en busca de la paz a la seIva Lacadona. Conferido, en calidad de comisionado por la paz, de atribuciones superiores a cualquier ministro, Camacho se ha convertido en una persona de extraordinario poder pol¨ªtico en M¨¦xico, hasta el punto de que ha eclipsado el inicio de campa?a de quien estaba destinado a ser el verdadero hombre fuerte del sistema: Luis Donaldo Colosio.
Hay quien dice que Colosio tiene los d¨ªas contados porque Camacho, de obtener ¨¦xito en su misi¨®n de paz, puede darle la vuelta al proyecto pri¨ªsta y convertirse en el nuevo candidato de su partido a las elecciones de agosto. Legalmente es posible, porque el registro oficial de candidatos expira el 1 de marzo, pero antes se puede producir una guerra de titanes en el partido con consecuencias imprevisibles. El ring est¨¢ preparado y el arbitro se llama Salinas de Gortari.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.