"Guerra nunca ha actuado para ser n¨²mero uno"
La fase precongresual del PSOE ha terminado con la elecci¨®n, este fin de semana, de la mayor¨ªa de los delegados provinciales que se reunir¨¢n en marzo en Madrid. La enconada pugna ha reflejado la pluralidad del socialismo espa?ol.Pregunta. ?Qu¨¦ caracteriza, a su juicio, al pr¨®ximo congreso del PSOE con relaci¨®n a los anteriores?
Respuesta. Felipe Gonz¨¢lez ha centrado el congreso. Se est¨¢ imponiendo una cualificada opini¨®n integradora que desea un debate racional, apoya el liderazgo de Felipe Gonz¨¢lez, desea la presencia de Alfonso Guerra en la ejecutiva e interpreta como algo normal que haya mayor¨ªas y minor¨ªas. Pero el tema estrella del congreso de marzo debe ser el debate sobre el Estado de bienestar.. Somos el ¨²nico partido socialista que lleva m¨¢s de 11 a?os gobernando y, por ello, nuestros debates y resoluciones van a seguirse con mucho inter¨¦s desde fuera. Tambi¨¦n me parece importante que se debata sobre la idea de Espa?a, el papel de, los municipios en relaci¨®n con las comunidades aut¨®nomas y la posici¨®n del socialismo frente a los nacionalismos.
P. ?C¨®mo interpreta el mensaje de Felipe Gonz¨¢lez de mantener a Alfonso Guerra en la ejecutiva?
R. El mensaje de Felipe Gonz¨¢lez lo interpreto tal cual. Felipe Gonz¨¢lez ha asumido su condici¨®n de secretario general con todas sus consecuencias. Ha expresado su deseo de tener margen para componer la Ejecutiva. Mientras, tienen que hablar los delegados. Cada vez es m¨¢s necesario que nuestros liderazgos nazcan de las urnas. No debe haber dirigentes por cooptaci¨®n. En este aspecto, Alfonso Guerra tiene el apoyo de mucha gente que coincide en sus planteamientos de partido. Me niego a aceptar ese esquema tan simple de dividir el partido entre guerristas y renovadores.
P. Entonces, ?c¨®mo interpreta la existencia de dos listas en numerosas agrupaciones socialistas?
R. Ha habido una pelea por el poder que ha estado marcada por los resultados del congreso anterior, en el que no hubo la amplitud de miras necesaria. Todo el largo proceso posterior ha producido heridas. El conflicto de Andaluc¨ªa es ajeno al congreso, y el de Galicia es un ejemplo de lo que nunca debi¨® hacerse. En las elecciones auton¨®micas gallegas se produjo una experiencia desgraciada de renovaci¨®n excluyente. Pero lo que la sociedad no nos va a permitir es que el debate congresual se limite a las personas.
P. En junio de 1993 usted defendi¨® ante el Grupo Parlamentario Socialista la permanencia de Eduardo Mart¨ªn Toval como presidente frente al candidato de Felipe Gonz¨¢lez, que fue, y result¨® elegido, Carlos Solchaga. ?Por qu¨¦ ese decantamiento a favor de Guerra frente a Gon¨¢lez?
R. Ejerc¨ª el derecho a tener mi propio criterio y fui leal a mis afectos. Aunque parezca lo contrario, mantuve una posicion integradora. Llam¨¦ al di¨¢logo. Ped¨ª que el tema volviera a debatirse en la ejecutiva. Si se hubiese hecho caso a ese llamamiento, el debate precongresual hubiera sido otro.
P. ?Qu¨¦ perfil de comisi¨®n ejecutiva desea usted?
R. Una ejecutiva fuerte, que dirija el partido, en la que funcione el concepto de lealtad frente al de disciplina. Vivimos un proceso por el que en la pr¨¢ctica nos encontramos con 17 ejecutivas, una por cada comunidad. Eso hay que superarlo. Habr¨ªa que ir a una ejecutiva corta, con dos niveles, uno operativo y otro pol¨ªtico, en ?a que los criterios de Felipe Gonz¨¢lez empalmen con los deseos integraores de una parte importante del partido. Yo me opondr¨ªa a una ejecutiva en la que el peso territorial fuese decisivo, porque entonces se crear¨ªa un poder paralelo, similar al que tienen algunos presidentes de comunidades aut¨®nomas, y as¨ª no habr¨ªa manera de realizar una acci¨®n de gobierno unitaria. En este sentido, propongo la continuidad del secretario de Pol¨ªtica Institucional, Abel, Caballero, por la claridad de sus opiniones en esta materia.
P. ?Atribuye a los l¨ªderes territoriales del PSOE la p¨¦rdida de autoridad de la Ejecutiva Federal?
R. Ha sido un factor importante. En el ¨²ltimo a?o y medio hemos vivido una situaci¨®n de clara indisciplina. El debate principal ha sido entre socialistas. No puede suceder que cuando un socialista hable, le conteste otro. Ofrece una imagen de desuni¨®n que castiga el electorado.
P. ?Cree superables las diferencias entre Gonz¨¢lez y Guerra tras este congreso?
R. Se suele olvidar que Alfonso Guerra nunca ha actuado para ser n¨²mero uno y ha sido un factor de estabilidad del PSOE. M¨¢s que las diferencias entre Felipe y Alfonso me preocupa la carga de virulencia que los int¨¦rpretes de ambos dan a sus enfrentamiento s. Como alcalde que soy, comprendo el pragmatismo de Felipe que tiene que gobernar y, con ello, ejecutar un presupuesto.
P. ?Ve usted con buenos ojos que Jos¨¦ Luis Corcuera sea el pr¨®ximo secretario de Organizaci¨®n del PSOE?
R., S¨ª, porque tiene una sensibilidad muy amplia avalada por su trayectoria. Ha sido un importante dirigente sindical, ha sido responsable institucional del partido y ha tenido una gran responsablidad en el Gobierno. Tambi¨¦n tengo que a?adir que, conociendo el criterio de Corcuera, nunca ser¨¢ secretario de Organizaci¨®n a costa de enfrentarse con Benegas.
P. ?Qu¨¦ papel asignar¨ªa usted a Benegas?
R. Benegas es el eterno sacrificado en este partido. Lo conoc¨ª como secretario general de las Juventudes Socialistas. Le han tocado papeles muy dif¨ªciles y tiene un importante capital pol¨ªtico. Creo que Benegas debe tener una responsabilidad importante. Yo me niego a entrar a discutir el sacrificio de tres o cuatro compa?eros. Va a haber que escuchar a personas que han dado ejemplos de lealtad como Lerma, J¨¢uregui y otros companeros.
P. ?No cree que tambi¨¦n ha llegado la hora de que Joaqu¨ªn Almunia tenga un puesto importante en la direcci¨®n del partido?
R. A Almunia lo veo m¨¢s en funciones parlamentarias o de asesoramiento que en tareas ejecutivas del partido.
P. ?No cree que se puede repetir la historia y este congreso se quede sin cerrar, como sucedi¨® en el anterior, en noviembre de 1990?
R. Creo que este congreso se va a cerrar bien, porque en los momentos dif¨ªles surge el n¨²cleo hist¨®rico del partido que encauza los problemas. Hace unos d¨ªas hubo una muestra de ello. En un acto p¨²blico en La Coru?a coincidimos Corcuera, Lerma, Abel Caballero y yo, y destacaron las coincidencias.
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