El color de dos mundos

Los ojos de Occidente suelen ver a la mujer ¨¢rabe como la v¨ªctima sumisa de una cultura f¨¦rrea que le niega la libertad. Por eso se sorprenden cuando descubren en ella una artista, una novelista o, simplemente, una rebelde. ?se es el caso de la pintora Houria Aldi, una joven argelina que expone su obra en Granada. Seg¨²n el mito occidental, es inusual que un ¨¢rabe pinte, ya que su cultura no permite representaciones simb¨®licas, y menos a¨²n que lo haga una mujer de Argelia. Seg¨²n A?di, lo ¨²nico que trata es de expresar su visi¨®n de dos mundos que no se entienden y chocan."Lo que quiero", comentaba d¨ªas atr¨¢s, frente a uno de sus cuadros expuestos en el centro Gran Capit¨¢n, "es buscar mis ra¨ªces ¨¢rabes a trav¨¦s de la pintura, pero tambi¨¦n mis influencias francesas, y las contradicciones que en algunas ocasiones tienen esas dos formas de vivir".

Houria A?di se march¨® de Argelia con su familia cuando ten¨ªa ocho a?os; desde entonces vive en Par¨ªs. All¨ª comenz¨® a percibir que se mov¨ªa en dos ¨¢mbitos, el familiar, de tradici¨®n y costumbres ¨¢rabes, y el entorno, totalmente occidental. "Entonces comenc¨¦ a tener muchas dudas, a preguntarme cosas, a sentir curiosidad. Creo que me hice bastante rebelde".

Hab¨ªa recibido una educaci¨®n normal dentro de la cultura ¨¢rabe, "sin-embargo nunca tuve fuertes presiones religiosas". Por eso su familia termin¨® aceptando que, pese a que no existe tradici¨®n pict¨®rica ni escult¨®rica en los pa¨ªses musulmanes, ella optara por el arte. "Al principio", admite, "hab¨ªa incomprensi¨®n por parte de mi familia, que no entend¨ªa que yo pudiera pintar. Pero luego acabaron compr¨¢ndome cuadros, que era una forma impl¨ªcita de alentarme a seguir. Ahora saben que esto es para m¨ª muy importante".

Despu¨¦s de conseguir el diploma superior de Artes Pl¨¢sticas de la Universidad de Par¨ªs, A?di consigui¨® una beca del programa Erasmus de la Uni¨®n Europea para continuar su carrera en la Academia de Bellas Artes de Florencia. Desde entonces es profesora de Artes Pl¨¢sticas. Su exposici¨®n de Granada est¨¢ englobada dentro del programa Tres pueblos, tres culturas, que organiza el Ayuntamiento.

La veintena de cuadros que se exhiben hasta el d¨ªa 30 ha sido realizada a caballo entre Par¨ªs y Granada y muestra, seg¨²n su autora, sus dos facetas, sus dos almas. "En mis cuadros parisinos todo es m¨¢s urbano, persigo el movimiento, mientras que los que he pintado en Granada busco mis ra¨ªces ¨¢rabes, la armon¨ªa, la serenidad, la sensaci¨®n del tiempo". Son obras suaves, luminosas, evocadoras.

"En Occidente", comenta, "se ve a la mujer ¨¢rabe de una forma diferente, muy extra?a, sobre todo si es pintora. Pero dentro de m¨ª hay una parte muy importante de mi cultura, y eso es lo que trato de reflejar, como tambi¨¦n mis dudas y mis preguntas". Critica los prejuicios raciales que existen hacia los norteafricanos y reh¨²sa hablar de pol¨ªtica: "La situaci¨®n en la que vive Argelia ahora es muy fuerte", comenta rotunda, "pero no me gusta hablar de eso".

Llegar a Granada, vivir en la ciudad durante varios meses ha supuesto una nueva orientaci¨®n. "El flamenco y la m¨²sica ¨¢rabe me inspiran otras emociones", dice. Esa m¨²sica sonaba el d¨ªa de la inauguraci¨®n en sala de exposiciones mientra Houria repart¨ªa t¨¦ con yerbabuena y d¨¢tiles. Su intenci¨®n es buscar casa en el sur espa?ol o en el norte de Marruecos, un lugar que vuelva a ligarla a su pasado.