Noticia y mensaje
EL DIARIO El Mundo publicaba ayer la noticia de que ocho periodistas, entre ellos el director de ese medio, han presentado una denuncia contra el director general de Telecomunicaciones y contra el presidente y el consejero delegado de PRISA, editora de EL PA?S. La denuncia es una ampliaci¨®n de la que ellos mismos plantearon hace un a?o ante. el Servicio de Defensa de la Competencia (SDC) por supuestas pr¨¢cticas monopol¨ªsticas en la radiodifusi¨®n tras la entrada minoritaria de PRISA -propietaria de la SER- en el capital de Antena 3 Radio. La reciente creaci¨®n de una empresa de gesti¨®n, Uni¨®n Radio, que prestar¨¢ servicios a las dos cadenas radiof¨®nicas ha llevado a los denunciantes a reforzar y ampliar su anterior iniciativa, pidiendo al SDC "que se determinen las presuntas responsabilidades criminales contra cualesquiera persona que resultare criminalinente responsable y presuntamente contra: don Jes¨²s de Polanco, don Juan Luis Cebri¨¢n y el director general de Telecomunicaciones, don Javier Nadal". Por si no queda claro, El Mundo a?ade que "se plantea en la denuncia la posibilidad de la comisi¨®n de un delito de prevaricaci¨®n, otro de impedir el ejercicio de derechos c¨ªvicos y otro de obstaculizar el ejercicio de la libertad de expresi¨®n y de difusi¨®n informativa".El Servicio de Defensa de la Competencia es un ¨®rgano administrativo, no jurisdiccional, al que los ocho periodistas pueden apelar obviamente si consideran lesionados sus derechos a la libre concurrencia en el mercado radiof¨®nico. Si los denunciantes tienen indicios de que se han cometido delitos, es al juzgado de guardia adonde deben ir. ?Se han equivocado al presentar una acusaci¨®n penal ante una ventanilla administrativa? Es evidente que no cabe tama?a ingenuidad. Se han limitado a fabricar el pretexto de un escrito legal para darle publicidad en sus respectivos medios. El objetivo perseguido no es la intervenci¨®n de tal o cual tribunal, sino el puro enunciado de sus acusaciones. Despu¨¦s las glosan entre los propios denunciantes -sociedad de autobombo rec¨ªproco- por tierra, mar y aire. Eso se ha llamado siempre manipulaci¨®n. Incluso ellos deben a¨²n saberlo.
Ellos: unos periodistas con nombres y trayectorias conocidos. Tanto, que su incesante presencia en las ondas -especialmente en la cadena de la Conferencia Episcopal- constituye la mejor refutaci¨®n de, que exista situaci¨®n de monopolio en la radiodifusi¨®n espa?ola. Ser¨ªa ofenderles pensar que desconocen la diferencia entre los delitos de los que entiende el C¨®digo Penal y las cuestiones administrativas que dirime el Tribunal de la Competencia. En realidad no les importa, la denuncia es lo de menos. Simplemente les ha parecido conveniente, en defensa de los intereses comerciales que representan, volver a poner en circulaci¨®n un asunto que piensan que puede perjudicar a sus competidores. Si esta vez se les ha ido la mano puede ser porque acontecimientos recientes han puesto de manifiesto cu¨¢l es la alternativa a las empresas solventes de comunicaci¨®n. Sepan en todo caso, para su tranquilidad, que Uni¨®n Radio se dirigi¨® al Ministerio de Econom¨ªa para que verificara el cumplimiento o no de las normas de defensa de la competencia.
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