Una estafa provoca p¨¦rdidas de 20.000 millones a la mayor productora mundial de cobre
La mayor empresa de Chile y la primera productora de cobre del mundo, la estatal Corporaci¨®n del Cobre (Codelco), perdi¨® m¨¢s de 20.000 millones de pesetas en operaciones en el mercado de futuros del metal rojo, realizadas irregularmente por un ejecutivo. Por petici¨®n del presidente chileno, Patricio Aylwin, la Corte Suprema design¨® un juez especial para seguir el caso. La empresa demand¨® al responsable por estafa, y tres altos ejecutivos de Codelco dimitieron.
El esc¨¢ndalo sacudi¨® como un terremoto el apacible verano santiaguino y ha ensombrecido los ¨²ltimos d¨ªas del Gobierno de Aylwin, pues falta poco m¨¢s de un mes para que el presidente electo Eduardo Frei asuma su cargo. Las p¨¦rdidas, adem¨¢s, dieron alas a los argumentos de quienes piden privatizar Codelco, nacionalizada en 1971 durante el Gobierno de Salvador Allende.La empresa culp¨® a un contable de 34 a?os, jefe del departamento de futuro de Codelco, Juan Pablo D¨¢vila, un ejecutivo nivel sobre quien ahora pesa una prohibici¨®n judicial para salir de Chile. Considerado como un funcionario ejemplar, ambicioso y esforzado, D¨¢vila era el operador financiero estrella de Codelco. En cinco a?os logr¨® cuatro ascensos, la empresa le envi¨® a cursos en el extranjero, y, por su talento, le dej¨® a cargo de las operaciones de futuro.
Durante 1992, D¨¢vila obtuvo beneficios para Codelco de 30 millones de d¨®lares en estas operaciones especulativas contra el precio futuro esperado del cobre. En septiembre de 1993, cometi¨® su primer error: al introducir datos en su ordenador, puso un signo m¨¢s donde correspond¨ªa colocar un signo menos.
A finales de a?o, advirti¨® la equivocaci¨®n. En vez de obtener ganancias, hab¨ªa perdido varios millones de d¨®lares. Entonces se desencaden¨® la espiral que llev¨® al ejecutivo al millonario despilfarro. Como en el juego del Monopoly, perdi¨® inexorablemente cuando quiso recuperarse.
D¨¢vila asumi¨® riesgos muy por encima del mill¨®n de d¨®lares que como m¨¢ximo estaba autorizado a perder: Apost¨® contra las tendencias del mercado y una y otra vez perdi¨®. "?l se vio metido en un cicl¨®n, y para salir hac¨ªa cada vez una operaci¨®n mayor para tratar de salvar la anterior, y esto le signific¨® una multiplicaci¨®n de errores", explic¨® el presidente de Codelco, Alejandro Noem¨ª.
En plena fiebre especulativa, D¨¢vila suscribi¨® contratos que se estiman superiores a los 1.800 millones de d¨®lares, el equivalente a casi toda la producci¨®n anual de Codelco, un mill¨®n de toneladas de cobre.
Ocult¨® la informaci¨®n a sus superiores hasta que la situaci¨®n estaba a punto de estallar, porque hab¨ªa copado las l¨ªneas de cr¨¦dito con los operadores. Finalmente, un corredor alem¨¢n llam¨® a Chile para preguntar qu¨¦ suced¨ªa. De vacaciones, con un tel¨¦fono port¨¢til desde su casa en la playa, D¨¢vila cerr¨® contratos hasta poco antes de confesar.
La mayor parte de las operaciones se efectuaron con la firma Merill Lynch, aunque tambi¨¦n hubo con otras 12. Cada firma corredora sab¨ªa que Codelco estaba perdiendo dinero, pero todas cre¨ªan que con el resto de los operadores estaba ganando. En esta ocasi¨®n, el prestigio de la empresa chilena se volvi¨® en su contra y nadie sospech¨® hasta que fue demasiado tarde.
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