El berrinche de Major

Lo de la relaci¨®n especial entre Washington y Londres empieza a ser un chiste. Hace s¨®lo diez a?os, Ronald Reagan y Margaret Thatcher viv¨ªan una aut¨¦ntica luna de miel pol¨ªtica; en estos momentos, Bill Clinton y John Major se tiran los platos a la cabeza. Clinton humill¨® el lunes a Major con la concesi¨®n de un visado especial a Gerry Adams, para que el l¨ªder pol¨ªtico del IRA se exhibiera por Nueva York como una v¨ªctima del "imperio brit¨¢nico". Fue todo un golpe para Major y, seg¨²n algunos, la mayor crisis en las relaciones anglo-norteamericanas desde el desastre de Suez, hace casi 40 a?os. Pero el inquilino de la Casa Blanca no se conform¨® con eso. Cuando Major le llam¨® por tel¨¦fono para quejarse, el martes pasado, Clinton no se molest¨® en ponerse al aparato. El primer ministro brit¨¢nico, un hombre iracundo, se puso como una fiera. Y no debi¨® calmarse al saber, poco despu¨¦s, d¨®nde estaba Clinton al darle plant¨®n: en un restaurante italiano de Washington, compartiendo un feliz ¨¢gape con el canciller alem¨¢n Helmut Kohl, el hombre que ha sustituido a Major como principal interlocutor europeo de la diplomacia estadounidense.