Una cuesti¨®n de bigotes

Trinidad Monteser¨ªn, una enfermera jubilada y soltera, de 63 a?os, siempre ha sido del PP. Ahora se lo est¨¢ pensando La causa: una docena de gatos Estos felinos viven en los jardines de la Junta municipal de Retiro, detr¨¢s de la antigua Casa de Fieras del parque. Ella los alimenta, los vacuna y, si es preciso, controla su natalidad. Pero los d¨ªas de estos animalillos pueden estar contados.El concejal del distrito, Juan Antonio G¨®mez Angulo, asegura que ha recibido numerosas quejas de funcionarios de la junta por el mal olor y la insalubridad producida por los mininos. Y se propone llevarlos al Centro Municipal de Protecci¨®n Animal de Cantoblanco para sacrificarlos.

La mujer est¨¢ desazonada. Para ella, estos gatos no son seres an¨®nimos, sino El Me¨®n, Perlita, Pintitas, Colorines y Morito. Son tres a?os de cuidados.

Primer anzuelo

El 14 de enero comprob¨® alarmada que varios empleados de Cantoblanco instalaban jaulones con objeto de llev¨¢rselos. Trinidad invocaba a san Ant¨®n para que no entrasen. Y sus plegarias, al parecer, surtieron efecto. Ninguno de los bichos pic¨® el anzuelo. Pero era s¨®lo un primer aviso que se puede repetir."El concejal me ha dicho que me los lleve a donde quiera, pero que all¨ª no pueden seguir", asegura. Ahora quedan unos ocho. Para evitar conflictos ya no les da de comer en los jardines de la junta, sino detr¨¢s, en lo que era la antigua Casa de Fieras. Intenta trasladarlos a otras zonas del parque, pero invariablemente regresan a la junta.

En su domicilio, una planta baja de unos 30 metros cuadrados, tiene ya alojados a otros cuatro felinos. Y no cabe ni uno m¨¢s.

Juan Antonio G¨®mez Angulo aseguraba, el mismo d¨ªa de San Ant¨®n, que el fuerte olor que desprend¨ªan los gatos y las quejas de los empleados de la junta le hab¨ªan obligado a tomar medidas "de car¨¢cter higi¨¦nico". "Tengo que velar por la seguridad e higiene de las personas que trabajan o visitan este centro", dec¨ªa.

El edil insisti¨® en que ¨¦l se limit¨® a pedir la intervenci¨®n del Centro de Protecci¨®n de Animales. "El pasado 14 de enero se efectu¨® una inspecci¨®n que me dio la raz¨®n", concluye G¨®mez-Angulo.

Trinidad reconoce que el pasado mes de agosto los gatos fueron los causantes de un fuerte hedor. Una hembra pari¨® en el tejado de la junta. Toda la camada muri¨® y una hilera de gusanos se desliz¨® por la entrada del recinto municipal. "Pero aquello fue algo puntual", afirma.

"Y no pueden proliferar, porque yo misma he llevado dos hembras a castrar y en alguna ocasi¨®n he matado a algunas cr¨ªas reci¨¦n nacidas para evitar que la zona se pueble de estos animalitos", concluye. Si los retiran, los gatos pasar¨¢n a disposici¨®n del Centro de Cantoblanco, de la Concejal¨ªa de Salud. "All¨ª los puede reclamar quien quiera", asegura Angulo.

Pero su cuidadora lo tiene claro. "All¨ª los gasear¨¢n", a?ade.. "El parque del Retiro est¨¢ lleno de perros que hacen sus necesidades. Me parece muy bien, pero, entonces, ?a qu¨¦ viene tanto l¨ªo por unos gatos?", se pregunta. Sus bigotudos protegidos, ajenos a la pol¨¦mica suscitada, contin¨²an repanching¨¢ndose al sol en los jardines. Y alguno m¨¢s osado hasta decide encaramarse a las ventanas de la concejal¨ªa.