Rojo demuestra, Conde explica
Covadonga L¨®pez Alonso es catedr¨¢tica de Ling¨¹¨ªstica General de la Complutense con una larga experiencia en la interpretaci¨®n de discursos. Hace unos d¨ªas encarg¨® a sus alumnos de doctorado un an¨¢lisis de la intervenci¨®n del gobernador del Banco de Espa?a, Luis ?ngel Rojo, en el Congreso y la del ex presidente de Banesto Mario Conde en su ¨²ltima conferencia de prensa.Las conclusiones de estos trabajos, efectuados por personas ajenas al mundo de la econom¨ªa, suponen una aproximaci¨®n a la crisis de Banesto desde una ¨®ptica distinta e independiente. Los ling¨¹istas consideran que el discurso de Rojo fue demostrativo. Es decir, un discurso did¨¢ctico que describe con un numerosos datos todos los pasos de la crisis de Banesto, para acabar "demostrando" cu¨¢l es la situaci¨®n real del banco. Rojo "dio una magn¨ªfica clase magistral de viejo c¨¢tedro". Act¨²a como un profesor que desarrolla un teorema y los alumnos toman por veraces sus palabras, Todos aceptan el llamado contrato de veracidad entre profesores y alumnos y dan por buenos sus datos.
Despu¨¦s de este discurso Conde lo ten¨ªa muy dif¨ªcil para rebatir la demostraci¨®n de Rojo, que la opini¨®n p¨²blica tom¨® por buena. El banquero opt¨® por un discurso explicativo. "El meollo de su discurso no era rebatir, sino hacer una explicaci¨®n dejando dudas". Conde explic¨® el problema de Banesto con "una argumentaci¨®n muy inteligente". Pero no hizo m¨¢s que esto, una argumentaci¨®n muy buena, pero no una demostraci¨®n. "Una explicaci¨®n no es una demostraci¨®n. La gente que explica bien fascina, pero no demuestra". En cambio, Rojo no necesit¨® explicar nada; con dar los datos que todo el mundo tomaba por buenos era suficiente para su demostraci¨®n,
La argumentaci¨®n explicativa se basa en unos datos que se presentan como objetivos. "En un primer momento, es eficaz, pero en muchos casos suele ser un mecanismo falacioso. Esto ocurre cuando no se dan todos los datos o se demuestra que algunos son err¨®neos". Los ling¨¹istas concluyen que el discurso de Conde es muy bueno. "Si lo ha hecho ¨¦l seguro que saldr¨¢ de las cenizas".
Este dualismo de actitudes se da tambi¨¦n en otros aspectos de la crisis de Banesto. Mientras el Banco de Espa?a y las agencias de calificaci¨®n de riesgo han desempe?ado su papel acertadamente, el control del auditor Price Waterhose, los analistas, y especialmente el papel del prestigioso banco JP Morgan, han dejado mucho que desear.
Luis ?ngel Rojo ya tuvo un primer respaldo por su actuaci¨®n en la crisis de Banesto en la reuni¨®n de gobernadores de Basilea del pasado 11 de enero. M¨¢s tarde, analistas de reconocimiento internacional, como Morgan Stanley, han subrayado que "la acci¨®n del Banco de Espa?a es este caso podr¨ªa servir de ejemplo a otros bancos centrales". El Banco de Espa?a se enfrenta a una situaci¨®n pendular. O era intervencionista- si actuaba demasiado pronto o no se enteraba si apuraba todas las posibilidades de recuperaci¨®n. Pero s¨®lo el meticuloso seguimiento efectuado por la inspecci¨®n desde principios de 1992 ha permitido descubrir la realidad de Banesto. Esta actitud rigurosa de nuestro banco central ha tenido un paralelo en la Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores, cuando exigi¨® una prolija informaci¨®n en el folleto de la ampliaci¨®n de capital, que muchos no han le¨ªdo hasta despu¨¦s de la crisis. Pero hay que hacer una menci¨®n especial a las agencias Moody's, IBCA y Standard and Poor's, que puntualmente han advertido del deterioro de Banesto.
Frente al rigor de estas instituciones sorprende el triunfalismo de JP Morgan despu¨¦s de haber analizado el banco a finales de 1992. "La estrategia de Banesto est¨¢ cerca de producir altos beneficios. El nombre y las posibilidades de Banesto no las tiene ning¨²n otro banco. Los beneficios para los accionistas van a ser muy fuertes".
Este dualismo es reflejado sin complejos en la prensa intemacional. Una publicaci¨®n de prestigio y convicciones tan liberales como The Economist no tiene empacho en reconocer el m¨¦rito de los funcionarios del Bundebsank o apuntar el despiste de Morgan en Banesto. En nuestro pa¨ªs todav¨ªa una buena actuaci¨®n del banco emisor puede levantar sospechas.
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