Cicatrices del PSC
EL CONGRESO de los socialistas catalanes descubri¨® unos desgarros internos cuya magnitud sorprendi¨® incluso a sus propios dirigentes. El PSC llegaba a esa cita con un sanedr¨ªn pactado por la c¨²pula y un elaborado discurso de renovaci¨®n. El congreso, que se esperaba pl¨¢cido, fue planteado como un intento de proyectar este mensaje renovador a todo el PSOE desde una organizaci¨®n que desconoc¨ªa las estent¨®reas disputas entre familias. El voto de castigo a su primer secretario, Raimon Obiols, y las tensas negociaciones de madrugada para dar una salida a la crisis dom¨¦stica han hecho a?icos esta imagen y, por tanto, mermado el protagonismo del PSC en el pr¨®ximo c¨®nclave socialista. Algo de lo que se resentir¨¢ personalmente Narc¨ªs Serra.La sonora explosi¨®n de esta larvada crisis tiene m¨¢s de un componente que no ha encontrado su soluci¨®n final en la negociaci¨®n de una nueva c¨²pula donde entra inadvertidamente, pero con grandes apoyos, un militante reciente del PSC: Jos¨¦ Borrell. La figura de un primer secretario sin cartel electoral ha desinhibido a los delegados. Es m¨¢s f¨¢cil castigar a un l¨ªder que no aporta ganancias electorales que a otro cuyo carisma personal le permite sobreponerse en unas elecciones a un partido apesadumbrado ideol¨®gicamente y contaminado de rencillas personales.
Obiols, cuya seriedad intelectual no ha sido atractivo suficiente para batir a Pujol en las auton¨®micas, ya hab¨ªa anticipado que no iba a ser el nuevo candidato del PSC en la pr¨®xima contienda catalana. Y la razonable previsi¨®n de que puede irse a una nueva derrota no es un aliciente para ning¨²n sustituto. En el an¨¢lisis de estas derrotas ya hay signos de discrepancia en el seno del partido. Pasqual Maragall apuesta por atraer al sector del catalanismo liberal insatisfecho con las ondulantes estrategias de Pujol y sustenta la estrategia en el intento de ganar posiciones en segmentos de la burgues¨ªa catalanista. Otro sector del partido, al que no ser¨ªa ajeno Narc¨ªs Serra, parte del convencimiento de que el PSC ha dejado parcialmente hu¨¦rfano al electorado metropolitano y popular, poco receptivo a expansiones nacionalistas, y que, tras votar a Felipe Gonz¨¢lez en las generales, se refugia en la abstenci¨®n en las auton¨®micas.
En esta crisis ha tomado relieve y poder una figura que todos habr¨ªan descabalgado de cualquier quiniela al tener sobre sus espaldas la sombra de Filesa: Josep Mar¨ªa Sala. Desde su anterior responsabilidad como secretario de Organizaci¨®n ha encabezado un movimiento de castigo que, bien o mal controlado, ha arrojado sus rendimientos para ¨¦l y para los llamados capitanes: dirigentes territoriales que ve¨ªan con desagrado tanto la intenci¨®n de Obiols de potenciar la estructura sectorial del partido como las insinuaciones de Maragall de hacerse con una plataforma de apoyo exterior al partido.
Pero si la crisis ha aflorado ha sido, sobre todo, por la novedad, introducida en este congreso, del voto secreto de los delegados al informe de gesti¨®n. Se ha dado la paradoja de que una apuesta insignia de la filosofia renovadora -mejorar la democracia interna ha perjudicado a sus principales valedores y, tras el revolc¨®n del viernes, algunos de ellos dudan ahora de la conveniencia de mantener el voto secreto. Una marcha. atr¨¢s comprometer¨ªa, sin embargo, la sinceridad del empe?o. Es l¨®gico que las votaciones sobre asuntos program¨¢ticos sigan siendo visibles para que se sepa si los delegados cumplen con el mandato de quienes han delegado en ellos su responsabilidad congresual; pero el secreto en las votaciones que afectan a la composici¨®n del propio aparato partidista -a las personases una garant¨ªa contra enjuagues que pueden acabar secuestrando la opini¨®n de los afiliados.
Pero el resultado demuestra que la reforma era verdadera, y arriesgada, y ello es un m¨¦rito que debe reconocerse a los socialistas catalanes. Tras el congreso, se abre una nueva etapa en el PSC donde se deber¨¢ comprobar la reparaci¨®n de heridas personales, la efectividad del nuevo sanedr¨ªn de direcci¨®n compuesto por sus l¨ªderes m¨¢s destacados y la mejora de sus mecanismos de comunicaci¨®n con las bases. Asimismo, deber¨¢ dicho partido precisar con qu¨¦ mensaje acude a las elecciones auton¨®micas, precisi¨®n que dibujar¨¢ muy claramente el perfil del candidato.
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