Clinton conf¨ªa en que el Gobierno nip¨®n abra su mercado
La Administraci¨®n norteamericana conf¨ªa en que su t¨¢ctica de acoso y amenazas contra Jap¨®n, que ha demostrado un efecto contundente en la revalorizaci¨®n del yen, sirva para torcer el brazo al Gobierno nip¨®n y obligarle a negociar una apertura m¨¢s generosa de sus mercados a los productos estadounidenses. Esta disputa entre los dos colosos econ¨®micos, que recuerda la tensi¨®n militar de los tiempos de la guerra fr¨ªa, puede agravarse m¨¢s a¨²n si el presidente Bill Clinton hace uso, como se teme, de una ley comercial norteamericana que le permite fijar plazos para sanciones en toda la gama de importaciones japonesas.El conflicto entre EE UU y Jap¨®n, dos importantes aliados estrat¨¦gicos, parece haber entrado en una fase en la que nadie desea pelear, pero nadie puede evitarlo. Para el presidente Clinton debe ser duro hostigar a un primer ministro reformista que, a la larga, trata de dirigir su econom¨ªa en una direcci¨®n beneficiosa para EE UU. Pero tanto Clinton como Mirihiro Hosokawa est¨¢n presionados por sus opiniones p¨²blicas que les exigen firmeza frente al contrario.
Las autoridades norteamericanas siguen sosteniendo que no tienen intenci¨®n de iniciar una guerra comercial, pero lo cierto es que, tras el anuncio de que aplicar¨¢n sanciones comerciales contra Jap¨®n en 30 d¨ªas, se van dando todos los pasos en esa direcci¨®n. El secretario de Comercio, Ron Brown, ha afirmado que "no existe un esfuerzo deliberado" por parte de su Gobierno de fortalecer el yen para encarecer as¨ª las exportaciones japonesas. La moneda japonesa, sin embargo, se ha apreciado en torno a un 6% desde que fracasaron el viernes pasado las negociaciones entre Clinton y Hosokawa, lo que, en realidad, es una forma ya de sanci¨®n contra los productos japoneses.
Los responsable econ¨®micos norteamericanos consideran que los japoneses no van a poder soportar por mucho tiempo esa presi¨®n sobre su moneda y se ver¨¢n obligados a satisfacer las exigencias de EE UU: impulsar una pol¨ªtica m¨¢s decidida de crecimiento, incrementar la demanda interna y dejar paso a los productos norteamericanos.
Expertos en Wall Street advierten, sin embargo, que la alta cotizaci¨®n del yen provoca una distorsi¨®n en los mercados que los norteamericanos tampoco van a poder permitirse. El a?o pasado Estados Unidos ayud¨® en dos ocasiones a Jap¨®n a comprar yenes para contener el excesivo aumento de su cotizaci¨®n. Eso no parece que pueda ocurrir ahora. Al contrario, Washington se muestra en disposici¨®n de permanecer sentado mientras el mercado coloca al yen en una cifra entre los 102 y 104 yenes por d¨®lar. Si esa t¨¢ctica no fuese suficiente, la Casa Blanca podr¨ªa apelar esta misma semana a la temida ley s¨²per 301, que le da derecho a elaborar una lista de productos a los que se ponen dificultades en el mercado japon¨¦s y a imponer sanciones en proporci¨®n similar sobre productos nipones.
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