Psiquiatras argentinos curan la nostalgia
Un dispensario de M¨¦dicos del Mundo atiende de modo integral a los inmigrantes
Abogados dominicanos metidos a camareros o marroqu¨ªes sin oficio que habitan en los poblados marginales de Pe?a Grande. Legales o ilegales, muchos inmigrantes acuden al local de M¨¦dicos del Mundo, que abri¨® hace tres semanas en el centro de Madrid gracias a una herencia de un rico entusiasta de este tipo de organizaciones altruistas. M¨¢s de 100 m¨¦dicos y enfermeros voluntarios trabajan sin cobrar un duro para ellos. Su salud, f¨ªsica y mental, es lo que importa. Precisamente en un sector de la poblaci¨®n que sufre de una nostalgia casi incurable o de ligeras depresiones por la situaci¨®n en la que se hallan.Hasta ahora, los inmigrantes no ten¨ªan un lugar al que acudir en caso de enfermedad. Y aunque una urgencia no quedaba sin asistir en cualquiera de los hospitales p¨²blicos, este sector de la poblaci¨®n nunca ha tenido acceso a una asistencia que los trate de modo integral. Pero en la Corredera Baja de San Pablo, 25, donde se halla el local, queda adem¨¢s registrado su historial cl¨ªnico.
No han llegado en avalanchas; hasta ahora se han abierto 69 historias cl¨ªnicas. Pero d¨ªa a d¨ªa aumenta el n¨²mero de los que se acercan a este local; algunos, eso s¨ª, con cierto recelo por la proximidad de la comisar¨ªa de la calle de la Luna, seg¨²n cuenta Cristina Garc¨ªa, m¨¦dica y responsable de este consultorio. Tampoco acuden aquejados de enfermedades ex¨®ticas, o con historias demasiado conflictivas, de drogas o enfermedades incurables; muy al contrario. La mayor dolencia de gran parte de ellos es la ansiedad. La insatisfacci¨®n o el rechazo que a veces encuentran en la sociedad madrile?a tambi¨¦n causa estragos. Por lo dem¨¢s, su perfil sanitario es id¨¦ntico al de sus vecinos madrile?os.
La consulta de salud mental es, por ello, una de las que quieren potenciar los responsables del local. De hecho, todos los pacientes que llegan por primera vez a la Corredera Baja de San Pablo pasan por un gabinete de salud laboral. Una entrevista en profundidad sobre su entorno o su familia descubre si los dolores de cabeza o la otitis de turno son reflejo de una depresi¨®n.
A Cristina Garc¨ªa no le van los pa?os calientes cuando habla del proyecto y de la sanidad en Espa?a. "Esto no es caridad, porque todo el mundo tiene derecho a la salud", asegura sin pesta?ear; "este proyecto tiene una carga ideol¨®gica muy clara, y es que denunciamos que la Administraci¨®n no cubre una asistencia de la que debe hacerse cargo", sentencia.
Hasta que esto no ocurra, m¨¢s de 100 m¨¦dicos voluntarios atienden a los inmigrantes. Y entre ellos tambi¨¦n hay historias de todos los colores. Abundan los psic¨®logos argentinos, que una vez tambi¨¦n supieron lo que es llegar a un pa¨ªs extra?o a buscarse la vida, como Andr¨¦s Vieytes, de 35 a?os. Otros, como Luis Castellano, que a los 40 se han embarcado en M¨¦dicos del Mundo casi como una b¨²squeda personal y que est¨¢n deseando hacer las maletas para irse a Brasil o a Guatemala a prestar asistencia sanitaria. "Como profesional y como persona me siento mucho m¨¢s realizado atendiendo a esta gente", explica Castellano, "que en un consultorio de la Seguridad Social haciendo el parip¨¦ de sellar recetas".
Un bombero, muchas amas de casa y montones de asistentes trabajan tambi¨¦n con M¨¦dicos del Mundo en un proyecto de sensibilizaci¨®n por los barrios madrile?os que complementa la labor del dispensario. El fin es conseguir que los m¨¢s de 200.000 inmigrantes que habitan en Madrid, seg¨²n cifras no oficiales, se sientan mejor en su nueva casa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Psiquiatr¨ªa
- Servicios sociales
- M¨¦dicos del Mundo
- Psicolog¨ªa
- Centros salud
- Comunidades aut¨®nomas
- Atenci¨®n primaria
- Cl¨ªnicas
- Hospitales
- ONG
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Pol¨ªtica social
- Especialidades m¨¦dicas
- Asistencia sanitaria
- Comunidad de Madrid
- Solidaridad
- Sanidad
- Espa?a
- Medicina
- Salud
- Administraci¨®n p¨²blica
- Ciencia
- Sociedad