La Opera de Nueva York despide a la caprichosa soprano Kathleen Battle
Cuando la semana pasada la Metropolitan Opera House de Nueva York decidi¨® prescindir. de la controvertida soprano Kathleen Battle, ¨¦sta emiti¨® un comunicado en el que aseguraba: "No conozco la raz¨®n de este despido inesperado. S¨®lo puedo decir que me entristece la decisi¨®n".Hasta cierto punto, a Battle se le puede reconocer que habla de buena fe. Al fin y al cabo, ella no ha hecho m¨¢s que ajustarse, hasta sus ¨²ltimas consecuencias, al papel que lleva 10 a?os interpretando: el de una diva, una superestrella del escenario, la prima donna de la ¨®pera de Nueva York.
Las leyendas que se han difundido en el mundo de la ¨®pera han acusado a Battle de no hacer ni caso a los directores de orquesta, de ordenar a sus compa?eros de reparto y miembros del coro que no la mirasen cuando cantaba e incluso de haber invadido, en 1985, el camerino de otra soprano en la ¨®pera de Nueva York despu¨¦s de arrojar al pasillo todo su vestuario.
Para el MET (como se conoce a la ¨®pera de esta ciudad), Battle ha llevado su temperamento demasiado lejos, y su director general Joseph Volpe anunci¨® el pasado 7 de febrero que el contrato de la soprano hab¨ªa sido "anulado" debido a "un comportamiento no profesional durante los ensayos de la obra La fille du regiment".
Excesos
Pero la paciencia de los que rodean a la cantante estaba ya al l¨ªmite. Las excentricidades de Battle, cuyos discos son ¨¦xitos inmediatos en medio mundo y que es adem¨¢s conocida por sus grabaciones de canciones espirituales negras, har¨ªan palidecer a muchas estrellas de rock que desatan la controversia por detalles como pedir un piano en los vestuarios de sus conciertos.Battle, nacida en Ohio hace 45 a?os y famosa por llegar tarde (cuando llega) a los ensayos, ha cancelado multitud de conciertos importantes. En enero de 1993 se retir¨® de una producci¨®n del MET porque Joseph Volpe no se present¨® en su camerino dentro del plazo de cinco minutos que ella le impuso. Tambi¨¦n ha tenido agrios enfrentamientos con t¨¦cnicos y maquilladores, cocineros que ponen guisantes en sus platos y hoteles a los que llega o abandona sin previo aviso...
Se dice que en una ocasi¨®n Battle telefone¨® a su agente desde una limousine para que ¨¦ste llamara a la central de alquiler de coches para que avisaran al ch¨®fer que bajara la calefacci¨®n del autom¨®vil. El hecho de que seg¨²n otra versi¨®n la queja se refer¨ªa a la velocidad del coche, indica que muchos de estos rumores no est¨¢n del todo verificados.
Los arranques de divas tempestuosas como Mar¨ªa Callas, Teresa Stratas o Eva Marton han sido una constante en la historia reciente de la ¨®pera, pero las disputas han sido casi siempre sobre los contratos, y nunca se ha puesto en duda la profesionalidad de las cantantes. Tampoco se ha hablado como ha hecho la revista Newsweek esta semana, de un comportamiento de "una ni?a de cinco a?os".
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