A tumba abierta
Un pelot¨®n de veteranos ciclistas recorre las carreteras madrile?as para localizar las 'trampas' para las bicicletas
Ni uno solo de los 2.700 kil¨®metros de las carreteras de la regi¨®n est¨¢ dise?ado pensando en los ciclistas. En cambio existen varias pistas tradicionalmente utilizadas por los aficionados al pedal. Los fines de semana, las bicicletas colman la carretera de Colmenar y desbordan la de San Mart¨ªn de la Vega, y all¨ª es precisamente donde m¨¢s accidentes padecen los aficionados. En general, los arcenes madrile?os, el refugio del ciclista, suelen estar -cuando existen- sucios, con baches o intransitables. El Pa¨ªs Madrid ha esquivado, junto a varios ex ciclistas profesionales, entre ellos el madrile?o Eduardo Chozas, estos obst¨¢culos en las rutas m¨¢s transitadas.Autov¨ªa de Colmenar Viejo. Es la senda tradicional de los ciclistas madrile?os debido a que su arc¨¦n (de 1,5 a 2 metros) es el m¨¢s ancho de la regi¨®n. Sin embargo, es la v¨ªa que padece m¨¢s accidentes. Sus primeros cuatro kil¨®metros son el mayor punto negro de la provincia. En ese tramo -entre el paseo de la Castellana y el hospital Ram¨®n y Cajal- han perdido la vida seis ciclistas en los tres ¨²ltimos a?os. En esta v¨ªa, el riesgo comienza en la incorporaci¨®n a la carretera de Colmenar. Hay que cruzar el paseo de la Castellana y sortear los coches que se dirigen a la carretera de Burgos. Despu¨¦s se debe esquivar la vor¨¢gine de veh¨ªculos procedentes de la M-30, de la M-40 y de la avenida de la Ilustraci¨®n. Sin embargo, ah¨ª no termina el peligro. Junto al Ram¨®n y Cajal, la carretera se encoge a causa de un puente. El arc¨¦n desaparece. Nada m¨¢s salir hay un ¨¢rea de descanso para recuperarse de tanto sobresalto.
Superadas esas trampas, el arc¨¦n, uno de los m¨¢s aseados de la regi¨®n, se extiende sin interrupci¨®n desde el kil¨®metro 15 hasta el 35, aunque a¨²n existen tres enlaces peligrosos. No obstante, es inevitable encontrarse alg¨²n animal muerto o restos de alg¨²n -accidente o gravilla junto a una zona de roca (kil¨®metros 28 y 32). La carretera de Colmenar es la ¨²nica calzada de la regi¨®n con ¨¢reas de descanso para los ciclistas.
Carretera de San Mart¨ªn de la Vega. Es la segunda calzada m¨¢s utilizada por los ciclistas madrile?os. Algo il¨®gico si tenemos en cuenta que es una v¨ªa estrecha, sinuosa y sin arc¨¦n. Adem¨¢s est¨¢ muy transitada por veh¨ªculos pesados. En cambio ofrece otras ventajas: pocos coches y ausencia de cruces e intersecciones. Los ciclistas que utilizan esta v¨ªa viven situaciones delicadas si acceden a ella a trav¨¦s de la M-40 o la carretera de Andaluc¨ªa. Puntos peligrosos: camiones de obras entre el kil¨®metro 1 y el 6. Esta maquinaria pesada ensucia la calzada y puede haber derrapes si se frena en estas zonas.
Carretera de Toledo. Sus arcenes est¨¢n repletos de gravilla y cada d¨ªa es menos frecuentada por los ciclistas. Desde la plaza El¨ªptica hasta Fuenlabrada hay 27 peligrosas incorporaciones. Tantos cruces mantienen al ciclista en tensi¨®n constante. Adem¨¢s, este tramo est¨¢ permanentemente contaminado por las f¨¢bricas. Entre Getafe y Parla, el arc¨¦n est¨¢ repleto de agujeros y baches. En el nuevo puente de Orcasitas, los ciclistas se encontrar¨¢n con una peligrosa trampa: varios pivotes en el arc¨¦n obligan a las bicicletas a invadir la carretera, con el riesgo de ser arrolladas. Precisamente, este tramo de la carretera de Toledo es el segundo punto negro en importancia. Ha concentrado cuatro muertes en los ¨²ltimos cuatro a?os. S¨®lo a partir del kil¨®metro 28 (Torrej¨®n de Velasco) los ciclistas podr¨¢n rodar con sosiego, debido a la ausencia de cruces.
Carretera de Extremadura. Hace a?os, esta carretera era un para¨ªso para los ciclistas. Ahora es dif¨ªcil verlos. La estrechez de los arcenes y la intensidad circulatoria desaconsejan esta ruta para los tubulares. En el paseo de Extremadura, los ciclistas caminan atrapados por los coches durante 13 kil¨®metros y sin arc¨¦n. En el kil¨®metro 16, quienes han elegido esta ruta se encontrar¨¢n con el arriesgado nudo de terminaci¨®n de la M-40. Desde Alcorc¨®n hasta M¨®stoles, los ciclistas deben esquivar numerosos pivotes. Adem¨¢s, el arc¨¦n se diluye y aparece como el Guadiana. La carretera de Extremadura es recomendable para los ciclistas a partir de Navalcarnero. Desde este punto, el resplandeciente firme y el arc¨¦n permiten al corredor disfrutar de la carretera.
Carretera de Valencia. Tiene un arc¨¦n tan ancho como sucio. Desde el barrio de Santa Eugenia hasta el cruce de Arganda est¨¢ lleno de p¨²as, cristales y otros peligrosos residuos. La N-III es, con diferencia, la v¨ªa peor cuidada en su tramo inicial. Sin embargo, los ciclistas disfrutan ahora del tramo de la antigua carretera de Valencia, que ha dejado descargada de tr¨¢fico la apertura de la autov¨ªa entre Arganda y Morata de Taju?a.
Carretera de El Escorial. Un torrente de ciclistas se desv¨ªa diariamente por esta ruta. La carretera s¨®lo dispone de un peque?o arc¨¦n de 60 cent¨ªmetros. Sus reducidas dimensiones originan numerosos contactos entre el manillar de los corredores y el espejo retrovisor de los coches. En el ¨²ltimo trienio, dos ciclistas han muerto y ocho han resultado heridos en esta calzada secundaria. Sin embargo, esta v¨ªa re¨²ne un gran aliciente para los amantes del pedal: el puerto de Galapagar. Una ascensi¨®n tan bella como peligrosa. Los veh¨ªculos, en este tramo, cogen a gran velocidad las cerradas curvas. Sin embargo, la subida, con una inclinaci¨®n del 8%, congrega en esta comarcal a numerosos aficionados. Desde Galapagar hasta El Escorial, la carretera ha sido reformada y cuenta desde hace varios meses con un arc¨¦n amplio, de casi un metro y medio. En este camino hay que tener mucha precauci¨®n las ma?anas de los s¨¢bados y los domingos, puesto que esta carretera es utilizada para eludir los atascos de la N-VI. Algunos corredores utilizan esta alternativa para incorporarse posteriormente a la ruta de los puertos. Las escaladas a Guadarrama, Navacerrada y Cotos cautivan a los corredores. El mediano arc¨¦n -1,20 metros de anchura- permite a los corredores circular con cierto sosiego. Una vez conquistada la cima, los ciclistas deben apretar el manillar y los frenos para evitar despe?arse en alguna curva.
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