Autorretrato en interior
No es, desde luego, la delicada tensi¨®n emotiva, o ese refinado y l¨ªrico temblor sensual, impregnado a menudo por una sombra de melancol¨ªa, lo que debiera sorprendernos en este excelente ciclo de acuarelas que abre un territorio in¨¦dito en el hacer de Nazario. A menudo sospechadas, bajo tanto y tan intempestivo desgarro, casi desde los tiempos, hoy remotos y hasta inconcebibles, de aquella primera edici¨®n ilegal de La Pira?a Divina, son virtudes que afloraban ya sin pudor en trabajos m¨¢s recientes del dibujante sevillano, como su exaltada versi¨®n de la tragedia de Turandot.La verdadera sorpresa es, a mi juicio, de un orden cualitativamente distinto. Confieso que, pese a la admiraci¨®n incondicional y c¨®mplice que desde siempre me ha despertado la obra de Nazario, sent¨ªa cierta inquietud ante la expectativa de esta muestra. Y no por dudar, desde luego, de sus virtudes como dibujante o del alcance de su invenci¨®n po¨¦tica, sino por temor de encontrarme, como es frecuente en otros casos semejantes, con la ambici¨®n frustrada de una obra que no alcanza a alzar efectivamente el vuelo m¨¢s all¨¢ de sus l¨ªmites naturales en la esfera de la ilustraci¨®n.
Nazario
Galer¨ªa Sen. N¨²?ez de Balboa, 37. Madrid. Hasta el 17 de marzo.
De ah¨ª el impacto causado por estas espl¨¦ndidas acuarelas, de calidad y riesgo hoy infrecuentes, que obtienen un misterioso equilibrio entre el espont¨¢neo candor que gu¨ªa su acercamiento al entorno y la excelencia de aquellos acentos que otorgan a su visi¨®n un inquietante v¨¦rtigo emocional.
Desde los paisajistas ingleses o los rom¨¢nticos alemanes hasta las exploraciones de Kandinsky y Klee, la acuarela ha sido el medio id¨®neo donde hacer visible, en el l¨ªmite de lo inmaterial, esa vibraci¨®n inefable que constituir¨ªa la naturaleza ¨ªntima de lo real. Sirvi¨¦ndose aqu¨ª de armas muy cercanas, Nazario pone, por as¨ª decir, su coraz¨®n al desnudo, reflejando su perfil m¨¢s privado, y el relato de los afectos, en la piel de los objetos que componen, desde el horizonte cotidiano de la mirada, su escenario y su lugar.
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