Washington recela del protagonismo de Mosc¨²

El enfriamiento de la tensi¨®n militar en Bosnia ha dejado en evidencia la pol¨¦mica sobre a qu¨¦ pa¨ªses corresponde este triunfo, sobre qui¨¦nes han demostrado m¨¢s influencia. Esta controversia afecta principalmente a Rusia y EE UU, que han convertido el territorio de los Balcanes en el escenario de su primer duelo diplom¨¢tico significativo en la nueva era del poscomunismo. La prudencia con la que es manejado este primer caso de rivalidad entre las dos grandes potencias no oculta las discrepancias de ambas ni las sospechas con las que Washington ha encajado el s¨²bito protagonismo de Mosc¨²:
En una intervenci¨®n en la televisi¨®n el pasado fin de semana, el secretario de Estado norteamericano, Warren Christopher, rest¨® importancia a la intervenci¨®n rusa en la crisis de Bosnia, sobre la que dijo que "no hab¨ªa sido el hecho m¨¢s importante de la semana". "No quiero menospreciar lo que ha hecho Rusia, pero eso fue una respuesta a una solicitud de Estados Unidos. Ha sido el hecho de que la OTAN se haya mantenido firme lo que ha obligado a los rusos a pensar que no pod¨ªan quedarse fuera, aunque nosotros damos por bienvenida su intervenci¨®n".Un d¨ªa m¨¢s tarde, el propio Christopher expres¨® dudas sobre la labor que pueden realizar los 400 soldados rusos desplazados a Sarajevo para colaborar con las fuerzas de las Naciones Unidas. El secretario de Estado advirti¨® que el jefe de los cascos azules, general Michael Rose, "debe asegurarse de que [los rusos] act¨²an correctamente o, de lo contrario, no podr¨¢n seguir haciendo ese trabajo".
Los responsables norteamericanos no s¨®lo sospechan de que los rusos puedan sentirse inclinados a actuar a favor de los serbios, sus tradicionales aliados, sino que temen que la presencia de tropas rusas en Bosnia sirva en la pr¨¢ctica como una garant¨ªa definitiva de que jam¨¢s habr¨¢ un ataque militar de la OTAN. Si la Alianza Atl¨¢ntica ha sido remisa a actuar hasta ahora en Bosnia por el riesgo de extensi¨®n del conflicto que eso supon¨ªa, ese temor aumenta considerablemente cuando soldados rusos pueden ser v¨ªctimas de esos ataques.
EE UU muestra tambi¨¦n desagrado por el hecho de que la presencia rusa del lado de los serbios, recibido con v¨ªtores el pasado fin de semana, hace aparecer a la OTAN y a la ONU como organizaciones volcadas del lado de los musulmanes bosnios.
Malestar
En estos t¨¦rminos, funcionarios norteamericanos han reaccionado con malestar a la idea de plantear la carnicer¨ªa de Bosnia como una responsabilidad por igual de serbios y bosnios.
La discrepancia ruso-norteamericana sobre este conflicto puede afectar incluso al tono general de las relaciones entre los dos Gobiernos. Eso empez¨® a hacerse ostensible cuando, la semana pasada, Bill Clinton tard¨® 48 horas en conectar por tel¨¦fono con Boris Yeltsin para hablar sobre Bosnia. Una vez que esa comunicaci¨®n se estableci¨®, Clinton pidi¨® a Yeltsin su colaboraci¨®n en beneficio de la paz, pero el presidente ruso no le anticip¨® los planes que Rusia pondr¨ªa en pr¨¢ctica en Bosnia.
Esa incomunicaci¨®n se volvi¨® a repetir el lunes, cuando Christopher invit¨® a su colega ruso, Andr¨¦i K¨®zirev, a una entrevista bilateral para tratar sobre Bosnia, y encontr¨® el silencio como ¨²nica respuesta. Otra muestra de la tensi¨®n diplom¨¢tica fue la solicitud del ministro de Defensa ruso, Pavel Grachov, de que EE UU env¨ªe tropas a Bosnia para controlar a sus aliados musulmanes. El secretario norteamericano del Pent¨¢gono, William Perry, rechaz¨® esa propuesta e insisti¨® en que su Gobierno ¨²nicamente enviar¨¢ soldados cuando se haya alcanzado un acuerdo de paz, pero la petici¨®n de Grachev fue interpretada en Washington aqu¨ª como un intento m¨¢s por parte de Rusia de equiparar el trato a los serbios y a los musulmanes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.