Indur¨¢in correr¨¢ m¨¢s en Espa?a que en el extranjero, a pesar de no ir a la Vuelta
Miguel Indur¨¢in disput¨® el a?o pasado 110 d¨ªas de carreras: 60 en Espa?a y 50 en el extranjero, y eso que no hizo la Vuelta. Y este a?o har¨¢ lo mismo. Uno de los argumentos morales de Unipublic y TVE- para intentar su participaci¨®n en la ronda espa?ola es que se debe al p¨²blico espa?ol. El Banesto enviar¨¢ a Unipublic la lista de corredores que desea inscribir en la Vuelta. Sin Indur¨¢in —que tiene 2.583,5 puntos—, y sin alcanzar el 60% pedido por Unipublic, pondr¨ªa casi el 40% de los puntos que pueden aportar entre todos los corredores espa?oles que participen.
"La Vuelta no es la ¨²nica carrera espa?ola", dice Jos¨¦ Miguel Ech¨¢varri. "Sus organizadores no pueden estar por encima de los dem¨¢s". Para esta temporada, Indur¨¢in tiene previsto un calendario similar al de 1993: 110 d¨ªas de competici¨®n; 50 en el extranjero —de los cuales, 42 se van entre Giro y Tour— y 60 en Espa?a. Y en Espa?a no sale s¨®lo a pasearse. En 1993 consigui¨® seis triunfos en las carreteras, en pruebas que van desde la Vuelta a Murcia al trofeo de Castilla y Le¨®n.
No es una cuesti¨®n de matem¨¢ticas, repiten desde Unipublic mientras utilizan el argumento de los puntos acumulados por los ciclistas como combustible para forzar la presencia de Miguel Indur¨¢in en la Vuelta. Los puntos UCI es lo de menos, dicen tambi¨¦n los equipos mientras muestran la clasificaci¨®n de la Uni¨®n Ciclista Internacional y argumentan que los equipos espa?oles acumulan 12.000 de los 18.000 puntos totales que pueden presentar los 180 corredores que participar¨¢n en la Vuelta. Y el interesado, Indur¨¢in, los repele: "Los puntos son un incordio. S¨®lo me traen obligaciones".
Si los equipos espa?oles alinearan s¨®lo a ciclistas nacionales, sin extranjeros, el Banesto ser¨ªa el equipo que m¨¢s puntos presenta r¨ªa, m¨¢s del 35% del total: m¨¢s de 2.000 por s¨®lo 515 que alcanzar¨ªa, por ejemplo, el ONCE.
Los puntos UCI —forma de cuantificar el rendimiento de los ciclistas a lo largo de varias temporadas— han perdido su preponderancia —el Tour ya no los utilizar¨¢ para seleccionar los equipos que admita a su prueba—, los corredores los consideran injustos, algunos directores abominan de ellos, pero han conquistado el debate de la Vuelta: la cuesti¨®n formal se ha convertido en fundamental.
La raz¨®n de Unipublic, organizador de la Vuelta, es que le interesa que el mejor corredor del mundo, Miguel Indur¨¢in, no sea un extra?o a la Vuelta. Para ello sac¨® la condici¨®n del 60%. Aplicando ese baremo, el Banesto sin Indur¨¢in no podr¨ªa participar en la ronda espa?ola. Los equipos, ante el principio de la organizaci¨®n de libertad de contrataci¨®n responden con el de libertad de alineaci¨®n.
La Vuelta quiere huir como de la peste de una repetici¨®n de la edici¨®n de 1993: un duelo entre suizos que deje indiferentes a los aficionados. Y para ello necesita a los mejores espa?oles, aunque no est¨¦ Indur¨¢in.
?Qui¨¦n pierde m¨¢s si gana el rival? El pulso se establece entre los dos criterios y s¨®lo puede ganarlo el que pueda disponer de m¨¢s artiller¨ªa para defenderlo y mejor punter¨ªa para atinar en los puntos d¨¦biles rivales. La fuerza de Unipublic es que las cuentas le salen participe quien participe. Sus v¨ªas de ingresos —contrato con TVE, aportaciones de los ayuntamientos y publicidad directa— ya est¨¢n cerradas.
Su debilidad es que quiere algo que est¨¢ en poder de otro. Quiere a Indur¨¢in por prestigio, por intentar quitarle al Giro el segundo puesto como mejor carrera del mundo y por el argumento patri¨®tico: si pelean por tener a los mejores ciclistas y resulta que el mejor es espa?ol, ven incongruente que ¨¦ste no participe en la carrera que recorre toda Espa?a.
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