Mercadillo de segunda mano
Una visita a uno de los ocho lugares pr¨®ximos a Sarajevo donde los serbios han entregado sus armas pesadas
ENVIADO ESPECIAL A juzgar por el "sorprendente" n¨²mero de armas pesadas, en palabras del portavoz militar de la ONU, que los cascos azules est¨¢n encontrando entre la nieve de las colinas que rodean Sarajevo, parece que la decisi¨®n de la OTAN de no atacar las posiciones serbias en la madrugada del lunes pasado fue un indulgente gesto aliado. Cuatro d¨ªas despu¨¦s de vencido el ultim¨¢tum, parece evidente que una parte del armamento pesado que los serbios no se llevaron consigo a m¨¢s de 20 kil¨®metros de Sarajevo no est¨¢ todav¨ªa bajo control f¨ªsico.
Esta impresi¨®n adquiere firmeza en Grbavica, uno de los ocho lugares de la capital bosnia donde se custodian y almacenan armas serbias. All¨ª, un pelot¨®n franc¨¦s al mando de un teniente vigila, con orden de disparar si alguien intenta recuperarlas, alrededor de una docena de piezas artilleras, entre ellas un ca?¨®n antitanque, cinco morteros de 60, mil¨ªmetros y algunos m¨¢s de otros calibres.
La explicaci¨®n que da la ONU de sus nuevos hallazgos es que el mal tiempo y la precipitaci¨®n forzaron a los sitiadores serbios a desprenderse sobre la marcha de su material menos valioso o directamente inservible. El rastreo a¨¦reo de las monta?as con medios electr¨®nicos, y en el que colaboran helic¨®pteros en los ¨²ltimos d¨ªas, est¨¢ revelando centenares de posiciones artilleras serbias, en la mayor¨ªa de las cuales no quedan ni restos de armamento. Los cascos azules, que contin¨²an extendiendo su control por las l¨ªneas del frente en Sarajevo, controlan fisicamente s¨®lo una peque?a parte de ellas.
Grbavica es una de las zonas serbias de Sarajevo sobre la l¨ªnea del frente. Podr¨ªa llegarse a ella a pie en media hora desde el centro de la ciudad, pero debido al rompecabezas provocado por la divisi¨®n de la capital s¨®lo se alcanza tras dos horas de veh¨ªculo todoterreno y la pertinente superaci¨®n de varios controles serbios en los que se exige no s¨®lo una acreditaci¨®n, sino tambi¨¦n, como en las fronteras nacionales, pasaporte. All¨ª est¨¢n acuartelados los 400 paracaidistas rusos que llegaron a Sarajevo.
"No hemos venido aqu¨ª a proteger a los serbios", asegura tajante su jefe, el coronel Evgueni Kobozev, un gigante en la cuarentena, que muestra a los visitantes las deprimentes. instalaciones y asegura que sus tropas no tienen fecha para abandonar Sarajevo. El coronel Kobozev no quiere comentar el envite diplom¨¢tico del presidente Yeltsin para intentar pacificar Bosnia con la firma de un "documento hist¨®rico" que implique a Europa, Rusia y Estados Unidos.
"?se es un tema para los pol¨ªticos; nosotros estamos aqu¨ª a las ¨®rdenes del mando de las Naciones Unidas para vigilar el alto el fuego. Somos una fuerza de pacificaci¨®n, no de combate". La mitad de sus integrantes, algunos de ellos jovenc¨ªsimos, han combatido en Afganist¨¢n y otros lugares.
Las tropas rusas fueron recibidas con flores y signos de victoria por los serbios bosnios que habitan Grbavica. El jefe del batall¨®n, cuyos miembros proceden de diferentes partes de Rusia y en el que est¨¢n integrados soldados musulmanes, cree que fue una reacci¨®n natural, dados los estrechos lazos hist¨®ricos entre rusos y serbios. Para evitar las suspicacias del Gobierno bosnio, que ha protestado formalmente ante el mando de las Naciones Unidas, los soldados rusos saldr¨¢n de la zona serbia y se mezclar¨¢n con otras patrullas de la ONU.
A unos centenares de metros del cuartel general ruso se encuentran las armas entregadas por los serbios a la ONU antes del vencimiento del ultim¨¢tum aliado. En los bajos de una escuela, la exhibici¨®n armamentista dista mucho de intimidar. El teniente franc¨¦s Jean-Marie Pichouron, de Infanter¨ªa de Marina, ha de responder de ellas con su vida. "Vigilamos aqu¨ª d¨ªa y noche. Nuestras ¨®rdenes son disparar contra quien quisiera recuperarlas". La colecci¨®n de piezas, de fabricaci¨®n yugoslava, se asemeja m¨¢s a un mercadillo de segunda mano que a otra, cosa.
El mando de la ONU en Sarajevo admiti¨® ayer haber recibido y estar investigando informes del Ej¨¦rcito bosnio seg¨²n los cuales en la noche del martes hubo un disparo de mortero junto al principal hospital de la ciudad. Los habitantes de Sarajevo, que comienzan a creer en una cierta seguridad, van retornando poco a poco a sus calles confiados en esta tregua incipiente. Pero un incidente armado en el que ni siquiera fue posible establecer de qu¨¦ bando parti¨® podr¨ªa dinamitar el encaje de bolillos de las ¨²ltimas dos semanas.
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