"?Deb¨ªan haber matado a 500!"

"?Deb¨ªan haber matado a 500!". Con el pu?o en alto, la joven colona escupi¨® las palabras con rabia desde el portal de su casa en Beit Hadassa, el n¨²cleo amurallado del asentamiento jud¨ªo clavado en el coraz¨®n de de Hebr¨®n. "?Muerte a los ¨¢rabes, muerte a los ¨¢rabes!", gritaba, tratando de controlar a un hijo de pocos a?os que jugaba con un rev¨®lver de pl¨¢stico y que iba disfrazado de pirata, porque ayer fue el ¨²ltimo d¨ªa del festival carnavalesco jud¨ªo del Purim. A unos veintemetros, detr¨¢s de un ventanal con barras met¨¢licas, tres mujeres palestinas contemplaban la escena sin demostrar emoci¨®n alguna. S¨®lo la m¨¢s anciana de ellas, hizo finalmente un gesto: Se llev¨® un dedo a la sien recurriendo al silencioso lenguaje universal para diagnosticar la demencia.Ayer, Hebr¨®n era un buen escenario para describir la locura de Oriente Pr¨®ximo en sus m¨¢s odiosas formas. Ayer, en Hebron, ¨¢rabes y jud¨ªos extremistas se deseaban mutuamente la muerte, aunque s¨®lo los ¨²ltimos vieron su sue?o realizado gracias a Baruch Goldstein, el autor de la matanza de la mezquita de Abraham, y los soldados que dispararon contra algunos palestinos que se congregaron en el hospital Ahli.

Uno de ellos, un joven a quien nadie pudo identificar en varias horas y que yac¨ªa en una camilla con el cr¨¢neo destrozado por una bala, se hab¨ªa librado de la masacre, pero hall¨® la muerte en el segundo piso del hospital. Hab¨ªa ayudado a transportar heridosen un taxi y cuando centenares de palestinos comenzaron a apedrear a los soldados israel¨ªes que intentaban cercar el hospital fue alcanzado por un disparo. Los soldados tomaron las azoteas de dos casas vecinas y se les pod¨ªa ver apuntado sus fusiles hacia el hospital. Por lo menos tres de los palestinos muertos en el viernes negro cayeron abatidos dentro del per¨ªmetro del hospital Ahli, dijo su portavoz.

Con los ojos desorbitados por el terror, un enfermero llamado Iyad Naser trataba de organizar quir¨®fanos en medio del griter¨ªo generalizado. "El rescate de los heridos fue algo espantoso", dijo. "Cuando llegamos a la mezquita lo que vimos era una carnicer¨ªa. Muertos y heridos por todas partes. Hab¨ªa que tomar decisiones a toda prisa. No sab¨ªamos a qui¨¦n llevar, a qui¨¦n dejar para m¨¢s tarde. Lo peor fue que los soldados israel¨ªes, todos presas de p¨¢nico, retrasaron nuestro trayecto deteniendo ambulancias en seis controles. Nos apuntaban a la cara, apuntaban a los heridos...".

En una habitaci¨®n del piso inferior del hospital, p¨¢lido y mordi¨¦ndose el labio inferior para tratar de ocultar el dolor, un hombre de 27 a?os llamado Sharif Sahde esperaba que los m¨¦dicos le sacaran una bala incrustada justo debajo de la tetilla izquierda. "Fue horrible, sangre, gritos, disparos por todas partes". Sahde dice que lleg¨® a ver fugazmente al asesino a pocos metros de distancia. "Estabamos comenzando a rezar. Luego o¨ª lo que me pareci¨® una explosi¨®n e inmediatamente despu¨¦s las r¨¢fagas interminables. Creo que lo que me salv¨® de recibir otro disparo fue el hecho de que me cay¨® encima otro hombre. Hab¨ªa perdido la mitad de la cabeza".

En las violentas manifestaciones que se registraron en los territorios ocupados ayer era dificil establecer si los palestinos que se lanzaron a las calles estaban m¨¢s furiosos con los israel¨ªes.o con Yasir Arafat, el l¨ªder de la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP). Los gritos de "?Muerte a los jud¨ªos!" se conjugaban con mueras "al traidor Arafat". "Nos ha tracionado", dijo Ahmed Nasrala. "Las manos de este hombre est¨¢n manchadas con la sangre de nuestros m¨¢rtires. Fue ¨¦l quien nos ha embarcado en esta paz del cementerio", agreg¨®. El sentimiento de ira contra Arafat se hizo patente en panfletos distribuidos por el Ham¨¢s, el movimiento de la resistencia isl¨¢mica que ha jurado torpedear el proyecto de paz firmado por Israel y la OLP en septiembre pasado. Uno de esos panfletos acus¨® directamente a Arafat de ser "el verdugo del pueblo palestino". Otro anunci¨® que la venganza contra Israel ser¨¢ implacable. "Todos los israel¨ªes son ahora objetivos militares", dec¨ªa. Incluso entre los mas firmes defensores palestinos de Arafat ayer hab¨ªa rabia y frustraci¨®n. En los campos de refugiados de Gaza, decenas de murales con el rostro de Arafat fueron desfigurados en la ola de resentimiento con la pol¨ªtica pacifista de la OLP. "Arafat tendr¨¢ que responder alg¨²n d¨ªa", dijo un exponente de los Halcones de Fatah, la facci¨®n que supuestamente es leal a muy asediado l¨ªder de la OLP.