Comedia con asistenta

Dentro de la comedia, g¨¦nero cada vez m¨¢s cultivado en Espa?a, Manuel G¨®mez Pereira ocupa una posici¨®n destacada. Su mejor obra es Salsa rosa, por tener un gui¨®n con una estructura tradicional que funciona bien, pero los actores desequilibran el conjunto. ?Por qu¨¦ lo llaman amor cuando quieren decir sexo? (1992) tiene un buen arranque de comedia er¨®tica, pero no tarda en convertirse en algo a medio camino entre la comedia de equ¨ªvocos y la sentimental, nunca bien resuelto por culpa del gui¨®n, pero donde los protagonistas est¨¢n bien. En Todos los hombres sois iguales vuelve a fallar el gui¨®n, pero no tanto como en la anterior. Ahora, el punto de partida es un constante enfrentamiento entre hombres y mujeres, y la relativa novedad es que los protagonistas son tres hombres divorciados; pero los resultados son los de siempre.El hallazgo de Todos los hombres sois iguales es que los tres amigos reci¨¦n separados encuentran una eficac¨ªsima asistenta que les resuelve sus problemas dom¨¦sticos, pero de la que no tardan en enamorarse. Cuando parece que la situaci¨®n va a dar un atractivo paso hacia adelante y entablarse una interesante relaci¨®n a tres bandas, los guionistas dan marcha atr¨¢s y la historia finaliza de una manera tan previsible como convencional.

No obstante, est¨¢ eficazmente rodada por Manuel G¨®mez Pereira, tiene una buena utilizaci¨®n del cinemascope, a la que contribuye la excelente fotograf¨ªa de Juan Amor¨®s, y el terceto protagonista funciona bien. No tanto Antonio Resines y Juanjo Puigcorbe, m¨¢s habituales al g¨¦nero, como Imanol Arias, que es tan buen actor c¨®mico como dram¨¢tico. El papel con m¨¢s posibilidades es el de Cristina Marcos, que encarna a la asistenta; sabe aprovecharlas bien, pero los guionistas no la dejan ir todo lo lejos que hubiese podido.