"El pasado siempre fue peor"
El historiador Ian Michael est¨¢ terminando su ¨²ltima novela negra, 00 La muerte, un nuevo caso para su h¨¦roe, el comisario Bernal, por tierras de Madrid y Cartagena. Pero para llegar tan lejos, Michael tuvo que iniciar hace m¨¢s de 30 a?os un viaje muy largo: nieto de mineros, parti¨® de Gales para licenciarse en literatura espa?ola en el King's College de Londres y doctorarse despu¨¦s con una tesis sobre El libro de Alexandre en Manchester.Un viaje que le llev¨® primero a conocer Sevilla a los 19 a?os -"f¨²e como llegar a ?frica. En la estaci¨®n hab¨ªa una horda de gente descalza pidiendo limosna"- y, m¨¢s tarde, a enmendarle la plana al mism¨ªsimo M¨¦nendez Pidal en la interpretaci¨®n del Cantar del Cid. "Recuerdo a Don Ram¨®n con 95 a?os d¨¢ndome ¨¢nimos para que investigase porque ?¨¦l ya s¨®lo pod¨ªa trabajar 12 horas diarias!"
Titular de la c¨¢tedra Alfonso XIII en el Exeter College de Oxford, lan Michael se dedicar¨¢ este trimestre en Madrid a impartir un curso de doctorado sobre el fondo socioecon¨®mico de La Celestina.
Pregunta. ?C¨®mo llega un gal¨¦s a escribir del Cid?
Respuesta. A los nueve a?os aprend¨ª lat¨ªn y franc¨¦s, y despu¨¦s estudi¨¦ Rom¨¢nicas en Londres. Entonces el plan de estudios ofrec¨ªa opciones muy raras: qu¨ªmica o alem¨¢n, f¨ªsica o espa?ol. Como no se me daban bien las ciencias, opt¨¦ simpre por las lenguas y las literaturas, pero fue en Sevilla, donde viv¨ª tres meses en 1955, cuando me entusiasm¨¦ con la literatura medieval espa?ola gracias al profesor Francisco L¨®pez Estrada.
P. ?Qu¨¦ impresi¨®n le caus¨® Espa?a?
R. Espa?a era muy pobre. Sevilla fue un trauma. Encontramos justo lo que esper¨¢bamos, lo que contaba Richard Ford en sus libros de viajes. Luego fuimos a Madrid y pasamos el verano en Santander, que era otro pa¨ªs. En realidad, Espa?a es un conjunto de pa¨ªses. Espa?a ha cambiado m¨¢s que cualquier otra naci¨®n europea, ahora es un pa¨ªs muy moderno que se ha internacionalizado de forma irrecuperable. Actualmente hay m¨¢s mendigos en Londres, y m¨¢s agresivos. El pasado siempre fue peor y lo digo como medievalista.
P. ?Qu¨¦ distingue al Poema del Mio Cid de otras epopeyas europeas?
R. Es chocante el papel de las mujeres, que tienen una importancia en la trama impensable en otros poemas ¨¦picos europeos; y luego el realismo econ¨®mico, la idea de ganarse el pan venciendo a los moros.
P. ?Qu¨¦ opini¨®n tiene de la universidad espa?ola?
R. No importa el sistema universitario de un pa¨ªs para que surjan cabezas en la investigaci¨®n. El problema es la masificaci¨®n. Un campus como el de la Complutense, con 132.000 estudiantes, es un horror. Nunca he trabajado en campus de m¨¢s de 12.000 alumnos. A ellos se a?ade la escasa relaci¨®n profesor-alumno. En Inglaterra la media actual es de 15 alumnos por profesor y el Gobierno conservador la quiere aumentar a 20. Las clases convertidas en conferencias no tiene sentido. El profesor tiene que estar en el filo de la investigaci¨®n porque, si no, la universidad se convierte en un colegio.
P. ?Vot¨® contra la concesi¨®n del doctorado honoris causa a Margaret Thatcher por la univesidad de Oxford en 1985?
R. Estaba en Madrid entonces, pero hubiera votado en contra. Oxford perdi¨® muchos fondos para investigaci¨®n. Conoc¨ª a Margaret Thatcher y cuando le protest¨¦ por el posible cierre de 14 departamentos de espa?ol me dijo: "No se preocupe usted, que dentro de muy pronto todo el mundo hablar¨¢ ingl¨¦s". El thatcherismo ten¨ªa una agenda oculta: a todas las instituciones que no controlaba, el Gobierno les quitaba el dinero para acabar con su poder. Fue una mala d¨¦cada. Casi suprimi¨® los sindicatos y destruy¨® el poder sociopol¨ªtico de las universidades. El actual Gobierno conservador carece de ideas, le falta moral y le sobra arrogancia e hipocres¨ªa. Conf¨ªo en que con el tiempo se produzca una alianza entre liberales y laboristas.
P. ?C¨®mo ve la actual pol¨¦mica con el catal¨¢n?
R. Empec¨¦ a aprender catal¨¢n en Oxford hace seis a?os y como gal¨¦s tengo simpat¨ªa por los sentimientos catalanes. Habl¨¦ gal¨¦s de ni?o y aprend¨ª ingl¨¦s en la calle. Viv¨ª el problema gal¨¦s hasta los 18 a?os. El lenguaje es poder y el que tiene las dos cosas no puede ser derrotado, como lo entendieron muy bien los Reyes Cat¨®licos y el propio Franco. Lo que ocurre es que el catal¨¢n es un fen¨®meno nunca visto en Europa, una excepci¨®n absoluta. Su desarrollo ha ido unido al poder econ¨®mico catalanista. Y no tiene soluci¨®n f¨¢cil.
P. ?Qui¨¦n es el comisario Bernal?
R. El protagonista de mis seis novelas, editadas en Espa?a por Grijalbo. Son novelas de procedimiento policial. Mi modelo es Georges Simenon, pero donde ¨¦l pone psicolog¨ªa yo pongo pol¨ªtica. El comisario Bernal es un hombre mayor, desenga?ado, casado con una mujer franquista y que comparte un piso secreto con una amante joven. Lleva una doble vida entre las dos Espa?as, la antigua y la nueva.
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