Todos los cacos calzan el mismo pie
Los escaparates de una tienda de zapatillas deportivas lucen curiosos carteles 'avisaladrones'
En la tienda de calzado deportivo Floisa, en la esquina de la calle de Fuencarral con la de las Infantas (distrito Centro), los carteles de los escaparates no s¨®lo anuncian rebajas. Tambi¨¦n avisan a los ladrones: "Cacos, no nos jod¨¢is m¨¢s las lunas"; "estimados cacos, hab¨¦is roto las lunas de este escaparate 17 veces durante 1993, y en enero de 1994 ya van dos veces. Desde ahora, s¨®lo hay zapatos del mismo pie". La eficacia de estos avisos en la prevenci¨®n de robos est¨¢ por ver, per¨® s¨ª que llaman la atenci¨®n de los viandantes -clientes potenciales- que se paran, entre divertidos y perplejos, a contemplarlos."No es una maniobra comercial, de verdad", se defiende Paco Ramos, de 39 a?os y encargado del establecimiento. "Es que estamos m¨¢s que hartos de que nos entren a todas horas o de que se peleen y nos rompan los cristales". Encontrar sangre, jeringuillas o navajas, dice, es "normal" en la entrada de la tienda. Un edificio abandonado, justo enfrente del local, es "la causa principal", a su entender, de la epidemia de robos y reyertas. "Durante un par de a?os, pernoctaron all¨ª unos 60 yonquis y mendigos", explica. "En junio pasado la polic¨ªa tapi¨® las entradas, por las quejas del vecindario", prosigue, "pero dio igual". "De noche siguen concentr¨¢ndose en esta esquina, que est¨¢ muy oscura, trapicheando y robando lo que pillan", concluye.
Ladrillos, piedras e incluso balas son los instrumentos que los mangantes utilizan para reventar los cristales. Aunque en ocasiones son m¨¢s sutiles. "Una vez usaron una valla protectora del Ayuntamiento para entrar por el doble techo de la fachada", cuenta Juan Carlos, dependiente de 20 a?os. "Despu¨¦s se deslizaron por el conducto del aire acondicionado, hicieron un agujero y entraron en la tienda. De pel¨ªcula, vamos".
"Nos han asaltado tantas veces que el seguro ya no nos cubre", se lamenta Jos¨¦ Miguel Melendo, de 60 a?os, socio mayoritario, presidente y gerente de la cadena Floisa, SA. "Es que cada mampara rota cuesta del orden de 70.000 a 80.000 pesetas, y ha habido meses en que nos han destrozado ocho o nueve", comenta cabizbajo. "Hasta hemos tenido que clausurar uno de los esca., parates", precisa, por su parte, Ramos. "E incluso as¨ª, los muy cabrones siguen intentando entrar por ah¨ª".La consecuencia es que la tienda ha pasado de ser la segunda en ventas de las 19 que tiene la cadena, a la cola de la clasificaci¨®n. "Hasta un 50% menos de ingresos", puntualiza Melero.
El Ayuntamiento y la polic¨ªa son objeto de cr¨ªtica tanto por parte del due?o como de los empleados. "La Gerencia de Urbanismo no me deja hacer obra o poner lunas blindadas, porque una ordenanza lo proh¨ªbe al estar la tienda en un edificio protegido", asegura Melero. Y Ramos concluye: "Lo ¨²nico que hacen los agentes es pasearse. Yo he visto por la zona a muchos t¨ªos calzando dos zapatillas del mismo pie, o vendi¨¦ndolas en el metro".
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