El "esc¨¢ndalo Whitewater" fuerza a dimitir al asesor jur¨ªdico del presidente Bill Clinton
La bola de nieve del caso Whitewater es ya una avalancha que este fin de semana ha hecho temblar los cimientos de la Casa Blanca y se ha convertido en la peor pesadilla del presidente Clinton, no tanto por su papel y el de Hillary, su mujer, en la fracasada aventura inmobiliaria de principios de los ochenta, sino por los intentos de altos funcionarios de la Administraci¨®n de dirigir y frenar las investigaciones y ocultar pruebas. Bernard Nussbaum, el asesor jur¨ªdico de la Casa Blanca, present¨® ayer su dimisi¨®n en relaci¨®n con el caso, convirti¨¦ndose as¨ª en la primera v¨ªctima del esc¨¢ndalo.
En su carta de dimisi¨®n dirigida ayer al presidente Clinton, Nussbaum dijo que actu¨® en todo momento "de manera totalmente legal y ¨¦tica", pero que tal y como est¨¢n la cosas lo mejor para el presidente era que ¨¦l, Nussbaum, volviese a la vida privada. Clinton acept¨® ayer la dimisi¨®n de su asesor jur¨ªdico.Robert Fiske, el fiscal independiente del caso, orden¨® el viernes por la noche la comparecencia de se¨ªs asesores de los Clinton -Nussbaum entre ellos- para testificar el pr¨®ximo jueves ante un gran jurado y solicit¨® diversos documentos sobre los contactos de estas seis personas con responsables de las investigaciones del caso Whitewater. Otros cuatro altos funcionarios del Departamento del Tesoro tambi¨¦n han recibido citaciones para declarar.
La presi¨®n del conflicto alcanz¨® el viernes su punto m¨¢s elevado. El presidente Clinton, que ya el jueves hab¨ªa dicho que Whitewater no era el esc¨¢ndalo Watergate que acab¨® con el presidente Richard Nixon en agosto de 1974, fue preguntado en cinco ocasiones distintas, a lo largo del d¨ªa, por la dimisi¨®n de Bernard Nussbaum. Clinton no respondi¨® directamente en ning¨²n caso, pero tampoco defendi¨® a Nussbaum -su suerte ya estaba echada- y lament¨®, en cambio, que desde la Casa Blanca se hubiera interferido en las investigaciones del caso Whitewater.
P¨¢nico en los pasillos
Quiz¨¢ algo tarde ya, Clinton asegur¨®: "Hemos construido una clara y adecuada muralla de fuego entre la Casa Blanca y cualquier organismo que se ocupe de esto. Quiero una investigaci¨®n completa. Quiero que se llegue hasta el final, con toda claridad, y acabar con ello".
El puesto y la responsabilidad de las personas citadas para declarar por Fiske dan una idea del p¨¢nico que el viernes pasado recorri¨® los pasillos de la Casa Blanca. Adem¨¢s de Nussbaum, el 10 de marzo deber¨¢n comparecer Bruce Lindsey, asesor de Clinton e ¨ªntimo amigo suyo; Harold Ickes, n¨²mero dos del Gabinete presidencial; Mark Gearan, director de Comunicaciones de la Casa Blanca; Margaret Williams, jefa del gabinete de Hillary Clinton, y Lisa Caputo, secretaria de prensa de la primera dama.
En el Departamento del Tesoro, los citados a declarar tampoco son unos funcionarios cualquiera: Roger Altmari, subsecretario y viejo amigo de Clinton; Jean Hanson, consejera general del secretario del Tesoro, Lloyd Bentsen; Joshua Steiner, jefe de gabinete, y Jack DeVore, antiguo asesor de Bentsen.
Las citaciones son el resultado de la revelaci¨®n de que altos funcionarios de la Casa Blanca y del Departamento del Tesoro participaron, entre septiembre del 1993 y enero de 1994, al menos en tres reuniones con los responsables de la investigaci¨®n sobre las relaciones entre una inversi¨®n inmobiliaria fallida de los Clinton en Arkansas -el proyecto Whitewater- y la quiebra de un banco propiedad de James McDougal, amigo y socio de los Clinton en el proyecto.
Ninguno de los citados est¨¢ implicado en el caso. Lo que el fiscal especial quiere aclarar es su papel en las interferencias y presiones para desviar la investigaci¨®n y, eventualmente, su responsabilidad en la desaparici¨®n de pruebas.
Un caso aparte
Nussbaum es caso aparte. El din¨¢mico y agresivo abogado de Wall Street, de 57 a?os -que ir¨®nicamente conoci¨® a Hillary Clinton a trav¨¦s de su trabajo como abogado en el comit¨¦ del Congreso que se ocupaba de la destituci¨®n de Nixon- ha sido como un elefante en la cacharrer¨ªa de la Casa Blanca desde que tom¨® posesi¨®n de su puesto de jefe del gabinete jur¨ªdico.
Adem¨¢s de estar en el centro de la trama Whitewater, Nussbaum ha sido responsable de varios errores que han contribuido a deteriorar la imagen del presidente: el nombramiento fallido de Kimba M. Wood como responsable de Justicia, la retirada del nombramiento de Lani Guinier como responsable de Derechos Civiles, y el despido y posterior readmisi¨®n de los encargados de la Oficina de Viajes de la Casa Blanca.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.