S¨®lo el 10% de los rayos X est¨¢n registrados
En Espa?a funcionan unas 30.000 de estas instalaciones radiactivas m¨¦dicas
Poco m¨¢s del 10% de las aproximadamente 30.000 instalaciones de rayos X m¨¦dicos que existen en Espa?a se han registrado ante el Ministerio de Industria desde que en 1992 se promulgo una normativa espec¨ªfica para la instalaci¨®n y utilizaci¨®n de estos aparatos. Antes, no hab¨ªa obligaci¨®n de declararlos oficialmente. Ahora, el registro es m¨ªnimo, seg¨²n el Consejo de Seguridad Nuclear, y la mayor¨ªa funciona sin control de la Administraci¨®n. Aunque la dosis de una prueba com¨²n es muy peque?a, los rayos X son la mayor fuente de irradiaci¨®n artificial de la poblaci¨®n.
La mayor¨ªa de estas instalaclones no legalizadas pertenece a consultas y cl¨ªnicas privadas, especialmente de odontolog¨ªa. Pero el propio Insalud, que representa el 52% de la sanidad p¨²blica, desconoce las instalaciones radiactivas que posee, aunque su control est¨¢ asegurado a trav¨¦s de 16 Unidad Protecci¨®n Radiol¨®gica, localizadas en grandes hospital referencia, regularmente inspeccionadas por el CSN. Sanidad todav¨ªa no ha elaborado el Censo Nacional de Instalaciones Radiactivas, fijado en un decreto sobre protecci¨®n del paciente de 1990.Aunque son de poca importancia y las dosis diagn¨®sticas son muy peque?as para da?ar la salud, a¨²n en caso de un posible exceso, seg¨²n los expertos, hasta 1992 no exist¨ªa sobre ellas ning¨²n control de la Administraci¨®n.
La ley exige ahora declarar las instalaciones, previo informe de un especialista, ante el Ministerio o las Consejer¨ªas de Industria de las comunidades aut¨®nomas. "El problema es c¨®mo hacer cumplir esta nueva normativa", afirma Victor Senderos, subdirector de instalaciones radiactivas del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN). "El Consejo, hasta 1992, intent¨® controlar estos equipos, aplic¨¢ndoles la normativa general. Los consider¨¢bamos instalaciones de tercera categor¨ªa (las de menor intensidad y toxicidad). Mediante este m¨¦todo, el CSN autoriz¨® 2.323 equipos, seg¨²n su ¨²ltimo informe.
"En la actualidad, de una forma o de otra, est¨¢n controladas unas 4.000 Instalaciones Pero existen alrededor de 25.000 sin declarar. Y el CSN no tiene capacidad para ir piso por piso o instalaci¨®n por instalaci¨®n comprobando si lo est¨¢n o no. Por eso es fundamental la labor de los propios colegios m¨¦dicos y de las comunidades aut¨®nomas y los ayuntamientos", explica.
"El Consejo ha hecho lo que ha podido y ha inspeccionado toda instalaci¨®n de la que ten¨ªa noticia", asegura Carmen ?lvarez, jefa de la Unidad de Rayos X M¨¦dicos del CSN. "Pero, por ejemplo, cuando hemos mandado un cuestionario a los radi¨®logos, aconsej¨¢ndoles la legalizaci¨®n por esta v¨ªa indirecta, s¨®lo recibimos contestaci¨®n en un 10% de los casos".
"La legislaci¨®n espa?ola actual es buena, si realmente las instalaciones estuvieran censadas y controladas", afirma Francisco Castej¨®n, de la asociaci¨®n ecologista Aedenat. "El problema fundamental son los centros peque?os o las consultas privadas".
La legislaci¨®n espa?ola sobre radioprotecci¨®n se ha ido adaptando con varios a?os de retraso a la normativa comunitaria. La legislaci¨®n no prohibi¨® hasta 1990 las radioscopias sin intensificador de imagen, cuyo uso esta prohibido por una directiva de 1984. "El CSN lleva a?os retirando estos aparatos, aunque todav¨ªa quedan algunos con este sistema antiguo", afirma Carmen Alvarez.
La ley prohibe tambi¨¦n los ex¨¢menes radiol¨®gicos rutinarios, algo usual hasta hace unos a?os, tanto a ni?os como a adultos en los chequeos m¨¦dicos.
Protecci¨®n del paciente y del p¨²blico
En radiodiagn¨®stico, el riesgo posible es el de irradiaci¨®n externa, cuando est¨¢ en funcionamiento el tubo de rayos X. Puede afectar a todo el organismo O s¨®lo a una parte del cuerpo; las zonas m¨¢s sensibles son los ¨®rganos genitales, los ojos y el tiroides. "Aunque no existe una dosis m¨ªnima exenta de riesgo, en radiodiagn¨®stico se utilizan dosis muy bajas para resultar peligrosas", explica Pedro San Mart¨ªn, jefe de la Unidad de Radiodiagn¨®stico del Hospital La Paz de Madrid. "Los aparatos no admiten niveles altos. Los riesgos mayores se producen en pruebas como las exploraciones vasculares o card¨ªacas, porque son m¨¢s largas, pero siempre dentro de unos niveles muy bajos".Los l¨ªmites de dosis acumuladas anuales y las normas de protecci¨®n para los profesionales y el p¨²blico en general est¨¢n fijados por la ley (ver cuadro adjunto). Los pacientes est¨¢n unos criterios para evitar una radiaci¨®n innecesaria: que las pruebas est¨¦n m¨¦dicamente justificadas, que se hagan bajo la responsabilidad de un especialista y que sean siempre tan bajas como sea posible, protegiendo las zonas del cuerpo que no se examinan, cuando es necesario.
La utilizaci¨®n de delantales plomados para proteger los genitales de los ni?os y de las mujeres en edad f¨¦rtil y carteles visibles que adviertan a ¨¦stas ¨²ltimas para no someterse a una prueba o no acompa?ar al paciente en caso de embarazo, son otras normas b¨¢sicas de protecci¨®n. Cuando se realiza la prueba, s¨®lo debe estar el paciente interesado y, si se trata de ni?os, en todo caso el acompa?ante. "El riesgo en los ni?os es la alteraci¨®n de las c¨¦lulas reproductivas, que pueden llevar a tener hijos con malformaciones contin¨²a San Mart¨ªn. "Sin embargo, en exploraciones de cadera es inevitable exponer los test¨ªculos o los ovarios. Si la zona explorada est¨¢ muy alejada de estos ¨®rganos, no se necesita protecci¨®n".
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