Delicias del gas natural
Como est¨¢ en el ambiente la moda de los budas, yo tambi¨¦n me voy a poner a tono y voy a grabar aqu¨ª mi sentencia con letras de fuego: "Mis peque?os saltamontes, cumplamos rigurosamente nuestras obligaciones y exijamos implacablemente nuestros derechos". Una carta al director publicada en este diario el 16 de febrero y firmada por Angel Fuertes Olavide me hace revivir la aventurilla de una reclamaci¨®n a Gas Natural que se me ha quedado colgada. La reclamaci¨®n de Fuertes es de ¨ªndole econ¨®mica, pues en una carta firmada por el director del ¨¢rea comercial que Gas Natural SDG, SA, nos envi¨® a los usuarios, junto con el folleto titulado Todo lo que usted debe saber antes de la pr¨®xima semana, se afirmaba que el gas natural no es m¨¢s caro ni m¨¢s barato que el gas manufacturado y que nuestros recibos deber¨ªan seguir siendo de un importe semejante a los anteriores. ?Cu¨¢l ha sido la realidad del recibo de este usuario? La factura anterior ten¨ªa un importe de 2.497 pesetas por un consumo de 83 metros c¨²bicos. El importe de la factura actual es de 6.975 pesetas con un consumo de 85 metros c¨²bicos. ?D¨®nde est¨¢n los trucos del gran Tamariz de la diferencia? Gas manufacturado: 26,157 pesetas el metro c¨²bico. Gas natural: 64,604 pesetas el metro c¨²bico. El incremento es, pues, de un m¨®dico 147%. Para que este art¨ªculo resulte publicable y no se me convierta en una sarta de improperios, de momento, y por si acaso, no hago las cuentas de mis recibos, pues por lo que voy a contar se ver¨¢ que, aunque en diferido, tengo todav¨ªa la sangre un poco alterada.Lleg¨® octubre con sus maravillosas lluvias que convirtieron a Madrid en la bienaventurada Escocia y recib¨ª el folleto y la carta mencionados, e incauto de m¨ª, al ver el sicod¨¦lico mapa en que se detalla el denominado Proyecto de conversi¨®n a gas natural en Madrid, me dije con entusiasmo: "Qu¨¦ bonito material para hacer un art¨ªculo sobre la instalaci¨®n del gas, desde los d¨ªas de Alfonso -VIII hasta hoy, en nuestra Villa y Corte". Lo guard¨¦ en el archivo de documentaci¨®n -y por eso estoy disfrutando ahora: de ¨¦l, coloca mucho m¨¢s que el caballo-, y en una fecha que ya no puedo precisar, al borde del portal, hab¨ªan abierto una zanja. Demos ya, pues, por zanjadas todas las zarandajas de la instalaci¨®n. Esper¨¦ la preceptiva orden de nuevo uso del gas y encend¨ª los cacharros. Naturalmente, puse un cuidado especial a la hora de apagarlos antes de irme a dormir, porque era el primer d¨ªa de uso y la propia compa?¨ªa, durante la instalaci¨®n, hab¨ªa adoptado y aconsejado grandes medidas de seguridad. Y adem¨¢s ten¨ªa bien presente la cantidad de muertos que se cobra el gas a lo largo del a?o. No es que aprecie exageradamente mi vida, pero a¨²n no tengo hecho el cerebro a que una est¨²pida explosi¨®n me sacuda de enmedio. Como toda la de mi barrio, so?¨¦, pues, con los angelitos, y me levant¨¦ a las ocho de la ma?ana. Sal¨ª de la habitaci¨®n al pasillo y me pegu¨¦ un susto considerable, porque aquello ol¨ªa a algo que se parec¨ªa much¨ªsimo al gas. Y aunque digo que no aprecio exageradamente mi vida, con velocidad sat¨¢nica abr¨ª todas las ventanas y llam¨¦ inmediatamente a la compa?¨ªa. Me pregunta ron si era urgente, y no tengo que aclarar lo que con test¨¦ cuando hac¨ªa apenas ocho d¨ªas que una ciudadana hab¨ªa muerto por una bromita de ¨¦stas de si la zanja huele o deja de oler a gas: Vinieron dos t¨¦cnicos, diagnosticaron inmediatamente que aquella fragancia proven¨ªa de la zanja abierta en el portal y que se hab¨ªa filtrado a trav¨¦s de la puerta, y me dieron a firmar un recibito de 7.136 pesetas por la visita. Eso s¨ª, me aclararon que me lo cobraban porque era una visita de urgencia. El argumento de que la zanja de la que proven¨ªan las emanaciones la hab¨ªa abierto Gas Natural no ten¨ªa para ellos el menor peso. Un poco desconcertado por la situaci¨®n, firm¨¦, y en 48 horas me lo hab¨ªan cargado en cuenta. Dije en el banco que echaran ese cargo atr¨¢s, pero tampoco estaban inspirados -me pidieron el papelito, que se me hab¨ªa traspapelado- y no lleg¨® a hacerse. Telefone¨¦ a Gas Natural -?y benditos sean sus muchos muertos!- y una voz indeseable me aclar¨® que no aceptaban reclamaciones telef¨®nicas. Bien, les iba a poner un fax a sus partes, que era la f¨®rmula que me aceptaban -o, claro, perder la ma?ana en una ventanilla-, pero entre una cosa y otra, y siendo una cantidad cuya recuperaci¨®n en tiempo sale car¨ªsima, el tema se me que d¨® colgado. Cuerpo de Cristo, ?hay alguien en esa compan¨ªa al que se pueda reclamar sin tener que re correr de rodillas 700 calles madrile?as? (Ya enviado el art¨ªculo al peri¨®dico, al d¨ªa siguiente, 17 de febrero, en otra carta al director, Antonio Blanco Pe?alba, director del ¨¢rea comercial de Gas Natural, da sus razones sobre la diferencia en los importes. Y de mi caso, por supuesto, me olvido, porque no tengo ¨¢nimos para ir hasta el Supremo por 7.000 pesetas).
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