El pulso de las calles se toma a pie, a motor y a pedales

El mapa de intensidades de tr¨¢fico de una ciudad como Madrid se traza a motor, a pedales y a pie. El grueso de los datos se obtiene de 20 estaciones permanentes, que registran, mediante elaborados sistemas electr¨®nicos, el n¨²mero de veh¨ªculos. Las estaciones est¨¢n situadas en lugares estrat¨¦gicos para el tr¨¢fico, como la Castellana, la M-30, la calle de la Princesa o Arturo Soria.Para complementar su labor, los aparatos cuentacoches port¨¢tiles -es decir, una goma tendida sobre la calzada que siente el paso de los coches- rotan por toda la ciudad (nunca est¨¢n m¨¢s de una semana en el mismo punto). La informaci¨®n obtenida por estos medios m¨¢s o menos avanzados no ser¨ªa fiable de no existir un tercer sistema de medida, m¨¢s pedestre: los ojeadores del tr¨¢fico, equipos de tres o cuatros personas que se sit¨²an en un cruce para contar los coches que pasan.

Para rellenar el mapa se recopilan miles de datos durante cuatro a?os. Se aplican coeficientes para equilibrar las distorsiones que producen los meses de verano o las horas nocturnas. Y se cruzan con los datos recogidos por el gabinete municipal de tr¨¢fico.

Despu¨¦s de un a?o de elaboraci¨®n se dibuja un mapa en el que el grosor de las calles no corresponde a su anchura real sino al n¨²mero de coches que la usan. En concreto, el mapa de aforos expresa la intensidad media de veh¨ªculos que pasan por cada calle en un d¨ªa laborable.