La otra guerra de David Leavitt
Una particular visi¨®n de la contienda civil espa?ola en "Mientras Inglaterra duerme"
David Leavitt, joven escritor norteamericano que hab¨ªa conseguido sintonizar con su generaci¨®n gracias a unos libros que abordaban la homosexualidad en el mundo contempor¨¢neo, decidi¨® escribir una novela ambientada en los a?os treinta en Europa: Mientras Inglaterra duerme. La novela ha sido noticia por la acusaci¨®n de plagio que le lanz¨® el poeta brit¨¢nico Stephen Spender, pero, m¨¢s all¨¢ del plagio (que tiene paralizada de momento la edici¨®n espa?ola), su lectura en la edici¨®n original proporciona una muy particular visi¨®n de la guerra civil espa?ola.
"Habi¨¦ndose identificado como presidente de la c¨¦lula comunista, expuso en primer lugar un informe de la situaci¨®n en Arag¨®n y, a continuaci¨®n, una historia de las largas y d¨ªscolas relaciones entre los castellanos, en Madrid, y los catalanes, en Barcelona". As¨ª empieza un p¨¢rrafo de la edici¨®n americana de Mientras Inglaterra duerme (Viking-Penguin). La acci¨®n se situa en Londres, en un mitin de solidaridad con los republicanos espa?oles al que asiste el narrador, el escritor homosexual Brian Botsford, inspirado claramente en el Stephen Spender de la autobiograf¨ªa Un mundo dentro del mundo.Visi¨®n simplista
La visi¨®n, un tanto simplista, de la guerra civil espa?ola, limitada a un enfrentamiento entre catalanes y castellanos, contin¨²a as¨ª: "Aparentemente, exist¨ªa entre esos dos grupos una intensa y soterrada hostilidad. La lengua era el centro del problema. Espa?a, como pa¨ªs, parec¨ªa que exist¨ªa s¨®lo como resultado de la guerra y sus fronteras eran s¨®lo un testamento de batallas perdidas o ganadas, seg¨²n a qui¨¦n se preguntara..."
La lista de distorsiones ha motivado, seg¨²n el editor Jorge Herralde, que Anagrama haya planteado a Leavitt la necesidad de introducir algunas correcciones.
Y es que la guerra de Leavitt es una guerra muy distinta de la que vivieron otros intelectuales brit¨¢nicos como el mismo Stephen Spender o George Orwell. ?ste ¨²ltimo, en concreto, estuvo en Barcelona en 1936 y, contagiado del esp¨ªritu revolucionario de latiudad, escribi¨® Homenaje a Catalu?a, de una de cuyas frases, por cierto, extrajo Leavitt el t¨ªtulo de Mientras Inglaterra duerme. A diferencia de Orwell, David Leavitt vivi¨® la guerra espa?ola de o¨ªdas y, si recal¨® en Barcelona, no fue precisamente atra¨ªdo por la fiebre revolucionaria de Catalu?a sino por algo tan prosaico como una generosa invitaci¨®n de la Instituci¨® de les Lletres Catalanes, organismo dependiente de la Generalitat.
Leavitt lleg¨® a Barcelona en septiembre de 1989, se instal¨® en un piso de la calle del Carmen (donde tambi¨¦n, por cierto, se hospeda su personaje novelesco) y permaneci¨® cerca de medio a?o en la ciudad. Sus escapadas a Menorca y los puertos de Beceite tienen tambi¨¦n un eco en la novela.
En fin, Leavitt lo ve as¨ª en Mientras Inglaterra duerme... El hilo argumental de la novela es sencillo: a la salida de un mitin pol¨ªtico, Brian Botsford. conoce a Edward Phelan, un militante comunista empleado del metro de Londres, con quien vive una intensa relaci¨®n homosexual.
Phelan acaba marchando como voluntario a la guerra civil espa?ola, donde se desenga?a de la lucha, se convierte en pacifista y es hecho prisionero. Botsford acude a ayudarlo, lo que le permite entrar en contacto con una curiosa realidad espa?ola.
Hay m¨¢s ejemplos de esta visi¨®n un tanto distorsionada de Espa?a. En algunos casos, los errores son atribuibles a una redacci¨®n apresurada, como cuando el general Queipo de Llano se transforma en Quiepo de Lieno o cuando el narrador afirma que es raro que se coma en Espa?a antes de las tres (!).En otros, asoma el t¨®pico m¨¢s t¨®pico de la Espa?a de M¨¦rirn¨¦e. Veamos, si no, el fragmento francamente grotesco en que el narrador nos cuenta como su amiga Philippa sol¨ªa viajar por Espa?a con su t¨ªa Dot: "Llev¨® a Philippa a toda clase de lugares indeseables -casas de juego y burdeles- as¨ª como a palacios de duques, uno de los cuales intent¨® tocarle los pechos. En cierta ocasi¨®n, la t¨ªa Dot incluso le present¨® a un joven pintor. Tomaron el t¨¦ con ¨¦l en su taller y, al marchar, la t¨ªa Dot le dijo: "Ser¨¢ el mayor pintor del siglo". Su nombre era Picasso. Muy clarividente la t¨ªa Dot. En la lista de dedicatorias de la novela, Leavitt no olvida agradecer la invitaci¨®n de la Instituci¨®n de les Lletres Catalanes. Tambi¨¦n agradece su ayuda, entre otros, a ?lex Susanna (su editor en lenga catalana) y a Didac Teixidor, "que me dio a conocer una guerra y una cultura de las que, de otro modo, no hubiera sabido nunca nada".
Del plagio a los retoques
Tanto la edici¨®n castellana (Anagrama) como la catalana (Columna) de Mientras Inglaterra duerme est¨¢n paradas de momento, aunque est¨¢ previsto que aparezcan en mayo. Para entonces, es muy probable que los abogados de David Leavitt ya hayan llegado a un acuerdo sobre las correcciones que hay que introducir en el libro para evitar la acusaci¨®n de plagio por parte de Stephen Spender.Cuando el libro apareci¨® en septiembre en EE UU, Spender lo critic¨® abiertamente: "Habr¨ªa aceptado el plagio si la novela fuera digna de Tolstoi, pero no es m¨¢s que una novelucha desagradable, un robo. Leavitt no se saldr¨¢ con la suya". Poco despu¨¦s, se paraba su venta en EE UU.
La noticia del supuesto plagio la dio The Washington Post al revelar que Mientras Inglaterra duerme copia un cap¨ªtulo entero de la autobiograf¨ªa de Spender, a?adiendo, seg¨²n palabras del poeta ingl¨¦s, "sus in¨²tiles fantas¨ªas sexuales".
U?a lectura del cap¨ªtulo cuarto de la autobiograf¨ªa Un mundo dentro del mundo (publicada recientemente por Muchnik Editores) permite intuir un paralelismo m¨¢s que sospechoso entre las peripecias del propio Stephne Spender y las del escritor Brian Botsford en Mientras Inglaterra duerme.
Como Spender, Botsford es un escritor brit¨¢nico que acaba de llegar de Berl¨ªn y que tiene una relaci¨®n homosexual con un joven obrero comunista (Edward Phelan, en la novela; Jimmy Younger, en la autobiografia). El obrero se une a las Brigadas Internacionales y luchar¨¢ a la guerra civil espa?ola. Tras convertirse al pacifismo, es hecho prisionero y el escritor acude en su ayuda.
Los cambios son m¨ªnimos en algunos casos. En la autobiograf¨ªa, por ejemplo, el obrero comunista est¨¢ en un campo de prisioneros en Albacete. En la novela, Albacete se convierte en Altaguera. Cuando el escritor viaja a Espa?a, en la autobiograf¨ªa aprovecha una oferta del Daily Worker para informar sobre un barco ruso hundido en el Mediterr¨¢neo. En la novela, es el Worker quien le manda (sin el Daily) y el barco ruso contin¨²a siendo el mismo.
Aunque hay quien ha querido ver un "homenaje" por parte de David Leavitt a los escritores brit¨¢nicos de los a?os treinta, Stephen Spender, que actualmente tiene 85 a?os, ha preferido llamarlo plagio. Los abogados, a juzgar por la lista de correcciones que van a imponer, parecen coincidir con el anciano escritor brit¨¢nico.
Babelia
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