La fortaleza vac¨ªa

Entre el tercer y s¨¦ptimo mes de embarazo, cuando se construye y desarrolla el sistema nervioso, alguna instrucci¨®n err¨®nea en el c¨®digo gen¨¦tico determina la suerte del futuro autista. "Hasta no hace mucho se cre¨ªa que la causa de este padecimiento era psicol¨®gica o ambiental, y eso ha dado lugar a todo tipo de confusiones, que han alimentado la mitolog¨ªa popular y han convertido este problema en un terreno abonado para el psicoan¨¢lisis", comenta el catedr¨¢tico de Psicolog¨ªa ?ngel Rivi¨¨re para aclarar que, el motivo de la enfermedad, sin llegar a saberse con precisi¨®n, es siempre biol¨®gico. Hasta 1978, el ¨²nico libro traducido en Espa?a sobre esta dolencia, La fortaleza vac¨ªa, de Bruno Bettelheim, hac¨ªa de la enfermedad la consecuencia de la presi¨®n de una madre neur¨®tica y posesiva que obligaba al infante a rechazar el mundo exterior. Ahora, el ¨¢mbito cient¨ªfico se ha centrado, y de hecho varios estudios sobre padres de ni?os autistas hacen descartar esa primera hip¨®tesis, tan atractiva como falsa.Rivi¨¨re insiste en que la eficacia literaria y period¨ªstica de suponer que el autista posee un rico mundo interior como rechazo de la realidad ha provocado todo tipo de imposturas: "Esta enfermedad no oculta complejidad, sino todo lo contrario".

En el tiempo que pasa desde los 18 meses hasta los cinco a?os, un ni?o puede aprender una palabra cada hora que est¨¢ despierto. "Es el periodo m¨¢s activo y, por tanto, cr¨ªtico, en el que se aprende lo m¨¢s importante: a integrarse en el grupo social mediante el juego simb¨®lico que despliega el lenguaje", dice Rivi¨¨re para, a rengl¨®n seguido, indicar que es precisamente en este momento cuando el ni?o autista se ve incapaz de acceder a los rudimentos m¨¢s b¨¢sicos del juego.