Un chale ilegal de la sierra se convertir¨¢ en un simple corral para ganado

A Carlos Lozano le gusta la naturaleza. Por eso eligi¨® como lugar para levantar su chal¨¦ un enclave rodeado por un hayedo, a orillas del embalse de Miraflores, con abundante caza mayor y en los l¨ªmites del Parque Regional del Manzanares. Sin embargo, Lozano sabe poco de leyes: olvid¨® que no se pod¨ªa construir en terreno rural. La Comunidad le record¨® la ley de una manera dr¨¢stica: convertir¨¢ su ¨ªdilico refugio en un corral.

"Al mediod¨ªa de ayer una excavadora, un grupo de operarios del Instituto de la Vivienda de Madrid, una dotaci¨®n del Servicio de Protecci¨®n Medioambiental de la Guardia Civil, dos inspectores de la Comunidad de Madrid y un asesor jur¨ªdico se presentaron ante el chal¨¦ que Carlos Lozano se hab¨ªa levantado en los hayedos que rodean Miraflores de la Sierra (2.900 habitantes).Comenzaba de esta manera el ¨²ltimo asalto del combate que la Consejer¨ªa de Pol¨ªtica Territorial manten¨ªa con el infractor desde 1991.

"No voy a decir nada. Pero toda la ladera del monte est¨¢ llena de edificaciones ilegales. Lo ¨²nico que yo he hecho ha sido rehabilitar el corral que aqu¨ª exist¨ªa desde hace 100 a?os", clamaba el nervioso propietario.

"Ya est¨¢ todo hablado. O coopera con nosotros, o le tiramos el chal¨¦ por las bravas", le conminaba el inspector. La Guardia Civil vigilaba de reojo.

Carlos Lozano no rechist¨®. Incluso, ayud¨® a retirar las tejas de su chal¨¦. Por eso, los funcionarios de la Comunidad de Madrid se apiadaron del, infractor. "Le echaremos abajo s¨®lo la buhardilla. Se lo dejaremos a la altura del primer piso, pero ya sin techo". Los responsables de la Comunidad le recordaron a continuaci¨®n que nunca m¨¢s podr¨ªa techar la edificaci¨®n. "Si lo hace, volveremos", le indicaron.

Los seis operarios subieron al tejado de inmediato. Armados con un soplete y una sierra circular desmontaron las vigas met¨¢licas que sustentaban el tejado. "Por favor, que no se rompan las viguetas. Me gustar¨ªa revenderlas", suplicaba el propietario del chal¨¦ ilegal.

Lozano, a pesar del trato preferente de los funcionarios, se mostraba desconsolado. "Desde hace tres a?os he dedicado todo mi tiempo libre a rehabilitar la granja que se levantaba aqu¨ª. Ahora me la derriban porque no tengo influencias", mascullaba. A ¨²ltima horas de la tarde, la finca de 30.000 metros cuadrados no urbanizables que Lozano hab¨ªa comprado en 1991 por tres millones de pesetas perdi¨® el chal¨¦ que la adornaba desde hac¨ªa un trienio.

El propietario, aprendida la lecci¨®n, dice ahora que se ir¨¢ a una urbanizaci¨®n legal. "Invert¨ª en ella nueve millones de pesetas. ?ra todo lo que ten¨ªa", sollozaba.

La asociaci¨®n ecologista Aedenat considera que en la sierra madrile?a se levantan todav¨ªa unas 500 edificaciones ilegales, de ellas unas 20 en los bordes del parque regional.